Hablemos de sexo
NARCISO IB??EZ Serrador, creador del programa de televisi¨®n que lleva este mismo t¨ªtulo, ha explicado que su intenci¨®n es la que propone: que las personas, las parejas o las familias puedan hablar de sexo con la misma claridad y limpieza con que lo hace su emisi¨®n. Borrar la sombra aciaga que se cierne desde hace siglos -y unos siglos, o unos a?os, con m¨¢s ceguera que otros- sobre la sociedad espa?ola.El programa es evidentemente comercial, en el sentido de que est¨¢ dirigido y realizado con oficio, con sentido profesional del ritmo y del espect¨¢culo, incluso con un artificio que es conocido en su creador; gracias a ello, es m¨¢s eficaz que las conferencias o las tesis, con m¨¢s alcance del que consiguen las maneras cl¨¢sicas y distanciadas (le presentar estos temas. El programa tiene un personaje principal, sin el cual no ser¨ªa lo que es: la doctora Elena Ochoa, en quien se re¨²ne una doctrina absolutamente libre y sin represiones, una sabidur¨ªa sobre el tema y una capacidad de hablar claramente y de pronunciar sencillamente las palabras que fueran sagradas y de detallar las pr¨¢cticas y las posibilidades sexuales, en respuesta a las preguntas -si son espont¨¢neas o preparadas importa poco, la fuerza did¨¢ctica de las respuestas es la misma- con una limpieza de ¨¢nimo que traspasa la pantalla y no tiene la menor sombra de obscenidad.
Es la primera vez en Espa?a que la televisi¨®n p¨²blica aborda este tema con el nuevo sentido del conocimiento que deber¨ªa ser el de esta ¨¦poca. Hay unas cuantas emisoras en el mundo -pocas, porque ya se sabe que la represi¨®n no es meramente espa?ola, aunque tenga un color muy peculiar- que han emprendido tambi¨¦n esta practica. Aqu¨ª, algunas revistas y diarios abordan rectamente los temas, cuando la actualidad los; plantea, y muchos libros lo explican con la misma ¨¦tica, aunque haya otros claramente apuntados del lado de la mixtificaci¨®n y las represiones. Cada lector estar¨¢ en su derecho de elegir la l¨ªnea que prefiera, y de ninguna manera se puede reprochar nada a quienes elijan la castidad y el alejamiento (son formas de la libertad del cuerpo) a condici¨®n de que no traten de impon¨¦rselo a los dem¨¢s. En este respeto mutuo nos debemos basar para esto y para todo.
Si lit doctora Ochoa y su programa no dicen nada, por tanto, desconocido a quienes se han acercado libremente al tema, su valor es que lo hagan por primera vez en un medio que es aut¨¦nticamente de masas, a una hora y un d¨ªa en que puede ser visto y o¨ªdo por todos los que lo deseen y dirigido precisamente para todos aquellos que no han podido usar de su libertad de conciencia. Para los dem¨¢s, est¨¢ la libertad de pasar a otra emisora, ya que ahora no hay escasez, o de cerrar la televisi¨®n y entregarse a sus reflexiones favoritas. El programa es, por tanto, de alta condici¨®n social y de inter¨¦s pedag¨®gico. Tendr¨¢ sus enemigos naturales, como los tiene la educaci¨®n sexual en las escuelas o los sigue teniendo el desnudo enmarcado o fotografiado, en momentos en que es de dominio p¨²blico en las playas, en las piscinas y casi dir¨ªamos que en las calles; o como los tienen formas de libertad de conciencia que aparecen como negativas a quienes tienen otras con las mismas caracter¨ªsticas, pero de otro signo. Sepan sus autores y los encargados de las responsabilidades de Televisi¨®n Espa?ola, visibles o invisibles, que tiene tambi¨¦n una gran audiencia, los muy favorables, y que est¨¢ y unos juicio ayudando a resolver enredos de conciencia que el pasado y poca claridad del presente hab¨ªan convertido en sentimientos de culpabilidad o de verg¨¹enza.
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