Adi¨®s, Manzanares, adi¨®s

El fallo de esta feria se vio ayer ante la mala programaci¨®n del cartel. Anunciar un solo diestro con seis toros y que se llame Manzanares, en este su a?o de bajo rendimiento, no se le ocurre ni al que as¨® la manteca. Que hoy haya un torero capaz por s¨ª mismo de llenar una plaza, est¨¢ por ver, y m¨¢xime si para despachar seis toros no se lleva vitola de tor¨¦ro largo.

El respetable, que no es tonto, demostr¨® ante la convocatoria de ayer su escasa presencia en tan s¨®lo un cuarto de entrada, juzguen pues los empresarios. Lo del torero es otro cantar, pues si hoy le preguntan a Manzanares por lo de ayer, tal vez responda que los toros no sirvieron. Si esa pregunta se la hacen a la afici¨®n de Palma, seguro que contestar¨¢ que fue el torero quien no sirvi¨®. Y raz¨®n lleva.

Ver a Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares en este bello Coliseo Balear despu¨¦s de la tarde gloriosa que tuvieron otros toreros, el d¨ªa anterior, daba pena. No se puede estar m¨¢s ap¨¢tico y con tan pocos recursos como anduvo el torero de Alicante; alguien dec¨ªa por el tendido: "?A qu¨¦ ha venido este aqu¨ª?".

Se llevaban al sexto al desolladero y no hab¨ªa constancia de la menor vuelta al ruedo, y eso que toros hubo, aunque no todos, que sirvieron, caso evidente del cuarto, de Flores Tassara, que tomaba la franela a modo de carret¨®n. Muleteaba Manzanares en derechazos sin ligaz¨®n; cambiaba de mano y era el pico cuanto met¨ªa insistente en ayudados naturales.

Se fue sin torear

Se fue, evidentemente, el toro sin torear, y faena ten¨ªa de cante grande, mas algunos, esperanzados, que los hay, vieron tal vez en esto lo ¨²nico importante de la tarde; imag¨ªnense el resto: trasteos, mantazos, realizar la suerte suprema de. pinchazo y descabellos, y todo a una velocidad preocupante, pues en hora y media todos est¨¢bamos paseando por la bah¨ªa y el torero reci¨¦n duchado.

No hubo concesi¨®n de quite para los sobresalientes, no fuera a ser que saltara la sorpresa y se aguara el proyecto. Sin embargo, aunque lo intent¨® Manzanares, no pudo evitar que ese extraordinario banderillero de la isla que se llama Valent¨ªn Luj¨¢n saludara montera en mano y total por colocar dos pares de banderillas tal y como mandan los c¨¢nones, casi nada.

Eso s¨ª que fue lo m¨¢s torero de la tarde, y nosotros que lo vimos. Al maestro de Alicante mejor olvidarlo, pues a estas horas casi todos dudan que ayer toreara en Palma, con lo bien que habr¨ªa estado metidito en su casa y jugando al domin¨® con quien le contrat¨®.