Tenistas probeta
Los ¨¦xitos de Capriati despiertan la ambici¨®n de los padres norteamericanos
Hace cinco a?os, Russ y Maggie Miller no dudaron un segundo en dejar su hogar, en el sur de Nueva Jersey, para acompa?ar a su hija de siete a?os, Karin, a la prestigiosa escuela de tenis que Nick Bollettieri dirige en Bradenton, Florida, centro del que han surgido jugadores de la talla de Andre Agassi, Monica Seles, Aaron Krickstein, Jimmy Arias o Carling Basset. Los Miller constituyeron la avanzadilla de un fen¨®meno que, en la actualidad, se ha extendido a otros muchos padres estadounidenses y del resto del mundo, capaces de arrancar a sus hijos de la cuna, entregarles una raqueta y someterlos a duros entrenamientos con la convicci¨®n de que llegar¨¢n a campeones.
"Ning¨²n entrenador puede decir que un ni?o de esta edad vaya a ser un campe¨®n, pero, en estos momentos, el tenis es una carrera de velocidad. Es como una bomba que acaba de ser activada, y todo el mundo piensa que su hijo, si comienza a prepararse cuanto antes, ser¨¢ el pr¨®ximo campe¨®n. En Karin veo algo que la distingue del resto, y en el resto veo muchos padres que han visto el ¨¦xito de Jennifer Capriati y piensan que sus hijos tambi¨¦n pueden hacerlo. Sin embargo, no se dan cuenta de que fen¨®menos como Capriati o Agassi surgen uno cada 15 a?os", explica Bollettieri.Cuando Jennifer Capriati se convirti¨®, a los 13 a?os, en una de las jugadoras m¨¢s ricas del mundo, padres de todo el mundo se dirigieron a escuelas de tenis como la que posee Bollettieri y otras repartidas por Estados Unidos para seguir tan atractivo ejemplo. Cerca de Tampa, en Florida, en la escuela Harry Hopman Saddlebrook International, en la que recibi¨® clases Capriati, ni?os de 10 a?os residen y desarrollan un exhaustivo plan de estudios a un precio de 2.500.000 pesetas anuales. Los cursillos de verano de dicho centro atraen a 200 ni?os cada semana. La edad media de las j¨®venes promesas es de 12 a?os. Howard Moore, director del campo, asegura que el inter¨¦s por este tipo de actividades ha experimentado un impulso sin precedentes desde el ¨²ltimo a?o.
Rick Macci, responsable de los programas de entrenamiento del Greenlefe Resort y antiguo preparador de Capriati, asegura que el deseo de fabricar campeones se ha convertido en una obsesi¨®n para muchas familias. "La gente se ciega cuando ve triunfar a los j¨®venes en el circuito profesional. Evidentemente, hay muchas maneras de alcanzar el arco iris, pero hacer jugar a un chico de 12 a?os 35 torneos al a?o no es una de ellas. Jennifer Capriati naci¨® campeona, pero eso no significa que deba ser tomada como modelo a seguir. No hay otra como ella", explica Macci. El t¨¦cnico considera que el ¨¦xito de Arantxa S¨¢nchez y Michael Chang en Roland Garros en 1989, ambos con 17 a?os, actu¨® como una espoleta en las mentes de muchos progenitores.
James Loehr, prestigioso psic¨®logo deportivo de la Academia de Tenis Bollettieri, opina que el tenis se ha convertido en la carrera m¨¢s r¨¢pida y m¨¢s joven, especialmente en categor¨ªa femenina: "En el tenis masculino, a causa de que la fuerza f¨ªsica juega un papel fundamental, es dif¨ªcil encontrar campeones como un Agassi o un Pete Sampras, menores de 18 a?os. Con las mujeres es distinto. Steffi Graf o Gabriela Sabatini se convirtieron en profesionales con 15 a?os. Actualmente, existe la impresi¨®n de que si una chica no triunfa a los 16 es porque ha dejado pasar su oportunidad".
Loehr destaca los peligros que entra?a una carrera tan vertiginosa. El m¨¢s obvio es el de la presi¨®n: "La mayor parte de los adultos no puede controlar la presi¨®n que rodea el circuito. En este sentido, la obsesi¨®n de los padres deber¨ªa ser garantizar que el tenis har¨¢ m¨¢s fuertes a sus hijos, no m¨¢s d¨¦biles". Asimismo, resalta la importancia de que el padre est¨¦ junto al ni?o, sobre todo en las duras sesiones de entrenamiento. Es el caso de Russ Miller, siempre al lado de su hija Karin. "Hay un peque?o porcentaje de su dedicaci¨®n que est¨¢ dedicado a satisfacernos, pero el 95% lo hace por ella. Karin es agresiva, competitiva, en ella el tenis es una extensi¨®n de su personalidad, aunque somos conscientes de que puede llegar a cansarse", comenta Russ Miller.
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