Guerra santa
La guerra ha terminado. Las tropas regresaron en gracia de Dios a sus pa¨ªses de procedencia. Kuwait recuper¨® la libertad. El dictador Sadam Husein se encuentra en paradero desconocido y Occidente celebra el fin del conflicto emborrach¨¢ndose con gasolina a 100 pesetas litro. En Libia, el coronel Gaddafi rompi¨® su extra?o silencio para anunciar que el pr¨®ximo susto lo dar¨¢ ¨¦l. El rey Hussein de Jordania ya no tiembla en su trono, y al novelista Salman Rushdie se le ha visto repartiendo el Cor¨¢n en Oxford Street. Estados Unidos y la URSS declararon el D¨ªa del Golfo fiesta nacional y decidieron que ardan en la antorcha de la estatua de la Libertad y en la aguja del mausoleo de Lenin dos llamas de petr¨®leo. El jefe de la CIA pidi¨® el relevo por motivos familiares. El Congreso aprob¨® que este alto cargo de la inteligencia norteamericana lo cubra un adivino de Ohio sin t¨ªtulo acad¨¦mico de Harvard o Standford, universidades que iniciar¨¢n un programa de cultivo acelerado de algarrobas para atender la demanda de esta leguminosa en los think tank de la naci¨®n m¨¢s poderosa del mundo. Analistas pol¨ªticos valoran las causas de la agresi¨®n iraqu¨ª, cuyo l¨ªder ha sido reclamado por el Gobierno de Teher¨¢n para que explique a los ayatol¨¢s con qu¨¦ derecho decidi¨® hacer la guerra santa por su cuenta y erigirse en cabecilla del terror mundial, compitiendo deslealmente con la escuela de Jomeini. Ir¨¢n ha exigido al servicio secreto israel¨ª que localice y ejecute a Sadam Husein, cuyo cad¨¢ver ser¨¢ devuelto a Bagdad embalsamado por especialistas egipcios en momias.Amnist¨ªa Internacional patrocinar¨¢ un concierto en beneficio de los damnificados de la tragedia b¨¦lica con intervenci¨®n de las grandes estrellas del rock. Durante la retransmisi¨®n en directo por Mundovisi¨®n se subastar¨¢n las cazoletas del sujetador de Madonna sobre im¨¢genes reales del conflicto seguidas del vuelo de 10.000 palomas, s¨ªmbolo de la paz.
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