La violencia tribal se agrava y se extiende a Soweto
La violencia tribal desatada desde el domingo en los barrios que rodean Johanesburgo se recrudeci¨® ayer en la ciudad de Soweto a pesar de la reuni¨®n de emergencia sostenida entre el presidente de Sur¨¢frica, Frederick de Klerk, y el l¨ªder del Congreso Nacional Africano (ANC), Nelson Mandela, para buscar una soluci¨®n al conflicto.Despu¨¦s de la reuni¨®n con De Klerk, Nelson Mandela se reuni¨® en la noche del jueves en Soweto con el ministro de Ley y Orden, Adrian Vlok, con quien lleg¨® a un acuerdo para convocar un "foro por la paz", integrado por la polic¨ªa y representantes de los grupos enfrentados en los combates, que han costado ya 173 vidas en los suburbios de Katlehong, Vosloorus y Tokoza, al este de Johanesburgo.
A pesar de este acuerdo y del llamamiento a la calma y a la imparcialidad policial hecho por Mandela, nuevos disturbios estallaron ayer en el centro de Soweto. Un primer balance de estos incidentes inclu¨ªa 22 muertos -uno de ellos por disparos de la polic¨ªa- y m¨¢s de 200 heridos.
Los enfrentamientos, que recuerdan a los sucesos de Sharpeville de 1984 o a los disturbios de Soweto en junio de 1976, han sido descritos por un testigo como "la semana m¨¢s horrible de la historia de este pa¨ªs".
La mayor¨ªa de los comentaristas no ven posible una soluci¨®n de los conflictos mientras la polic¨ªa no adopte una posici¨®n de plena imparcialidad y hasta que no se produzca un llamamiento conjunto a la calma de Mandela y el l¨ªder del grupo conservador zul¨² Inkatha, Mangosuthu Buthelezi, pr¨ªncipe de la casa real zul¨².
Durante todo el d¨ªa de ayer, la polic¨ªa, reforzada por veh¨ªculos armados, utiliz¨® gases lacrim¨®genos y otros medios antidisturbios para intentar mantener separados a los trabajadores emigrantes zul¨²es (seguidores de Inkatha) de los residentes de Soweto (partidarios del ANC).
En la ma?ana se vivi¨® una situaci¨®n explosiva en torno a las barracas en las que viven los emigrantes zul¨²es. Seguidores de Inkatha, armados con pistolas y palos, se lanzaron a las calles, en medio de c¨¢nticos y danzas tribales, con intenci¨®n de provocar a los residentes de Soweto. La polic¨ªa consigui¨® separar a los dos grupos cuando se encontraban a pocos metros de distancia uno de otro.
Posteriormente, la polic¨ªa se apoder¨® de numerosas armas de fuego, c¨®cteles m¨®lotov y diversos explosivos caseros en poder de los zul¨²es. Un experto en conflictos tr¨ªbales, el profesor universitario Lloyd Vogelmanof, advirti¨® que las barracas en las que residen los bien organizados emigrantes zul¨²es pueden convertirse f¨¢cilmente en, campos militares o fortalezas.
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