Un libro con cartas de amor de Jorge Luis Borges bate r¨¦cords de venta en Argentina
Las apasionadas misivas a Estela Canto revelan a un artista que padeci¨® el desamor
Las cartas de amor que Jorge Luis Borges envi¨® a Estela Canto, y que ella incluy¨® en su libro Borges a contraluz (Espasa-Calpe en Espa?a y Argentina), se han convertido en uno de los escasos ¨¦xitos de ventas para las librer¨ªas argentinas. La revelaci¨®n de un Borges ardiente, sentimental, desesperado por la certeza de que su pasi¨®n no era correspondida, atrajo el inter¨¦s de lectores que tal vez lo imaginaban demasiado fr¨ªo y distante, entregado s¨®lo a la elaboraci¨®n de sus calculadas tramas de ficci¨®n. La primera edici¨®n del libro, de 3.000 ejemplares, se agot¨® en un mes.
"Hoy, viernes 18. Querida Estela, no s¨¦ cu¨¢ndo leer¨¢s estas l¨ªneas, no s¨¦ si est¨¢s aqu¨ª o en el Uruguay ( ... ) Me abruman las tareas: un pr¨®logo para Las novelas ejemplares, otro para el Paradise lost, otro para un libro de Emerson; un cuento para un libro m¨ªo ( ... )". Todas las cartas dirigidas a la "querida Estela" (a quien dedic¨® el cuento El aleph), Borges las firm¨® con su nombre en diminutivo en ingl¨¦s, Georgie, tal como lo llamaban sus amigos m¨¢s ¨ªntimos.Aun cuando, en el libro, Estela Canto trata de echar luz sobre ese otro Borges menos conocido para el gran p¨²blico y no especula con la relaci¨®n entre ambos, el inter¨¦s se sostiene principalmente por el cap¨ªtulo dedicado a las cartas. La relaci¨®n, que se mantuvo amistosamente casi hasta la muerte del escritor, en 1986, fue particularmente intensa al comienzo, cuando Borges inici¨® su asedio amoroso. Ese hombre ya maduro, reconocido p¨²blicamente como un gran escritor, ocult¨® el rostro de adolescente enamorado que tuvo entre los 45 y los 52 a?os. Cuando el dolor de la ausencia era demasiado intenso, Borges le escrib¨ªa a su "querida Estela" en ingl¨¦s: "Santiago tiene un sabor propio, un sabor triste, intenso. La tierra es amarilla. El suelo es arena en su mayor parte, el verde es realmente gris. Hay varias casas viejas y bonitas, de gran belleza y nobleza. Te echo de menos todo el tiempo". Estela, ahora, recuerda: "En momentos de exaltaci¨®n o gran dolor, Borges. escrib¨ªa en ingl¨¦s. Una manera m¨¢s de cubrir sus entusiasmos, sus sentimientos, una forma de su pudor. Esta carta es del segundo periodo de nuestras relaciones".
Uno de los cuentos m¨¢s c¨¦lebres de Borges, El Aleph, est¨¢ dedicado a Estela Canto.
La cr¨ªtica Nora Puppo, que escribi¨® un estudio sobre el libro de Estela Canto cuando el peri¨®dico argentino Clar¨ªn public¨® un adelanto, asegura:
"Borges le dijo a Estela que quer¨ªa escribir un cuento sobre un lugar que encerrara todos los lugares del mundo, y le sugiri¨® que pod¨ªa ayudarle en la enumeraci¨®n de los objetos que deseaba nombrar. El Aleph, en realidad, fue al principio el caleidoscopio de juguete que Borges descubri¨®, y que To?o -el hijo de la muchacha que serv¨ªa en lo de Estela- rompi¨® ante el asombro del propio Borges. Esto sucedi¨® en un apartamento en la esquina de las calles Chile y Tacuar¨ª, la misma del bar desde donde Borges llamaba todas las ma?anas a Estela para anunciarle su visita. Mientras tomaba su vaso de leche y hac¨ªa tiempo, un camarero del bar le dio de cambio una moneda de 20 centavos que se convertir¨ªa en El Zahir, y que Borges mostraba euf¨®rico en la palma de su mano".
Estela Canto describe tambi¨¦n el amor que Borges ten¨ªa por ella: "Me quer¨ªa, yo le admiraba intelectualmente y gozaba con su compa?¨ªa. Camin¨¢bamos tomados de la mano, nos bes¨¢bamos y abraz¨¢bamos. El amor de Borges era rom¨¢ntico, exaltado, ten¨ªa una especie de pureza juvenil. Al parecer se entregaba completamente, suplicando no ser rechazado, convirtiendo a la mujer en un ¨ªdolo inalcanzable al cual no se atrev¨ªa a aspirar. No era sentimental, sino l¨ªrico".
El fin
El propio Borges anunci¨® en sus cartas el final del cerco amoroso: "(... )?stas son, lo prometo, las ¨²ltimas l¨ªneas que me permitir¨¦ en este sentido; no volver¨¦ a entregarme a la piedad por m¨ª mismo. Querido amor, te amo, te deseo toda la dicha; un vasto, complejo y entretejido futuro de felicidad yace ante nosotros. Escribo como alg¨²n horrible poeta prosista. No me atrevo a releer esta lamentable tarjeta postal. Estela, Estela Canto, cuando leas esto estar¨¦ terminando el cuento que te promet¨ª, el primero de una larga serie. Tuyo. Georgie".Poco despu¨¦s, un mi¨¦rcoles por la ma?a?a, Borges comienza a escribir en castellano la ¨²ltima tarjeta postal en la que ¨ªntroduce dos p¨¢rrafos en ingl¨¦s: "No hay ninguna raz¨®n por la que dejemos de ser amigos. Te debo las mejores y quiz¨¢ las peores horas de mi vida, y eso es un v¨ªnculo que no puede romperse. Adem¨¢s, te quiero mucho. En cuanto a lo dem¨¢s, me repites que puedo contar contigo. Si ello fuera obra de tu amor, ser¨ªa mucho; si es un efecto de tu cortes¨ªa o de tu piedad"; y en ingl¨¦s: "no puedo decentemente aceptarlo. Amar o incluso salvar a un ser humano es un trabajo de todo el tiempo, y creo que no puede ser exitoso si se realiza en momentos perdidos". Y sigue en espa?ol: "Estela, Estela, quiero estar contigo, quiero estar contigo, quiero estar silenciosamente contigo. Ojal¨¢ no faltes hoy a Constituci¨®n".
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