La 'zona' de Alcal¨¢
La zona para un aficionado a baloncesto es una parte concreta de la cancha de juego. Para los j¨®venes de Alcal¨¢ de Henares es una concentraci¨®n de bares situados en dos calles del casco antiguo, paso casi obligado antes de cenar y visitar discotecas.La parroquia de San Pedro, en la plaza de los Santos Ni?os, ampara 20 mesas alumbradas por farolas donde, atendidos por un camarero como los de antes, es decir amable, procedente del bar La Parrilla, se puede reponer fuerzas entre cubata y cubata.
La ruta comienza para muchos en esta plaza de Santos y, discurre por la calle del Empecinado, donde se acumulan la mayor¨ªa de los garitos, aunque los nost¨¢lgicos hacen una parada previa en la plaza de Santa Mar¨ªa la Rica para visitar un antiguo almac¨¦n de vinos y licores, casa fundada en 1921 y coronada por un cartel con m¨¢s de 50 a?os que reza "Almac¨¦n S. Criado".
Techos altos, vigas de madera, alusiones al Quijote y Sancho Panza, estanter¨ªas met¨¢licas, mostrador tradicional, grandes cubas de vino -ahora vac¨ªas- y toneles de vino dulce contrastan con la m¨²sica a la ¨²ltima que resuena en un moderno equipo. Lo t¨ªpico del local evidentemente es el vino. Manzanilla, montilla, moriles, moscatel o mistela se sirven con un canutillo de galleta en el vaso, "para mojar y que empape bien", y se catan bajo las aspas de grandes ventiladores. Tambi¨¦n se bebe mucha cerveza, aunque s¨®lo botellines, ya que Sebasti¨¢n Criado, due?o de la bodega, con un bigote a la antigua usanza, decidi¨® no vender litronas para evitar problemas.
Sangr¨ªa de champa?a
La Casona, bar-taller, y Moby-Dick, pared con pared, completan la calle, adem¨¢s de otros dos cerrados por motivos de droga. En el Moby, pionero de la zona, se degusta la bebida m¨¢s afamada del contorno: una sangr¨ªa de, champa?a que puede tumbar a cualquiera tras la quinta copa.
A 100 metros, la calle Rico Home acoge otros seis bares: No se lo Digas a Mam¨¢, Na?f, Yupi, el Paizano, Pichi y Alborada. Todo son contrastes. Desde mesones hasta un caf¨¦, el Na?f, con mesas de m¨¢rmol blanco y pie de hierro forjado, en un ambiente tranquilo, hasta el local de moda, Alborada, pasarela del ligue de 18 a?os y escaparate de motocicletas, pasando por Yupi, nacido al amparo de este estereotipo pero que nada tiene que ver con su clientela: j¨®venes entre 18 y 25 a?os, aunque en un principio los modies llenaron el local. Jos¨¦ Vicente y su hermano regentan el bar, decorado con fotograf¨ªas de Alcal¨¢ en blanco y negro.
Despu¨¦s de cenar tranquilamente o tomar un pincho a la espera de que lleguen las doce de la noche, en que se abre la discoteca Radical, situada en la antigua carretera de Barcelona, "ni?os y ni?as bien" se dan cita en esta sala, antiguo chal¨¦ habilitado para tablao flamenco. Laura, de 20 a?os, es la encargada de m¨¢s de 15 personas y de que todo funcione. Cuenta que la marcha comienza a partir de la una de la madrugada y prefiere a la gente joven. Mil metros pr¨¢cticamente di¨¢fanos para bailar al son del bacalao, m¨²sica espa?ola y algo de pachanga dentro de un palacete blanco que contrasta con las naves industriales de los alrededores. Alrededor, otros 2.000 metros de terraza para tomar un respiro y observar las habilidades de los camareros haciendo malabarismos con las botellas.
Entrada restringida y gente llegada de Madrid, Guadalajara, Torrej¨®n, Coslada y Alcal¨¢ forman la clientela. Aparcacoches y aparcamiento propio evitan problemas, y un reguero de gente a pie desde la ciudad estudiantil discurre hasta las seis de la ma?ana, en que cierra sus puertas la discoteca Radical, que s¨®lo abre las noches del viernes y el s¨¢bado, aunque en septiembre franquear¨¢n sus puertas "a los ni?os" en la sesi¨®n de tarde.
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