Meditaci¨®n sociol¨®gica
Por muchos estudios que se hayan hecho sobre la psicolog¨ªa del p¨²blico de toros, nunca se llegar¨¢ a desentra?ar las causas de las reacciones que se dan en los cosos. El mismo p¨²blico que ovaciona acciones intrascendentes, como colocar el torero la montera boca arriba o pedir el cambio de tercio con un picotazo, o brindar la muerte a un se?or desconocido... Ese mismo p¨²blico se encoleriza por sucesos fortuitos, como ocurri¨® en Almer¨ªa en el sexto, que se parti¨® el cuerno izquierdo, no al derrotar contra un burladero, sino en los medios al perder el equilibrio e hincar las defensas en la arena. El sujeto pasivo de la bronca, con arrojo de botellas, latas y otros objetos contundentes, no f¨²e el ganadero que, rebuscando, podr¨ªa tener alguna responsabilidad por la ca¨ªda del toro, sino Espartaco, que empez¨® a torearlo con temple por el lado agresivo ante ¨¦l griter¨ªo general. No fue una bronca innominada, sino que como se advirti¨®, claramente, cuando abandonaba la plaza el destinatario era el de Espartinas, que mientras m¨¢s gestos hac¨ªa de incomprension mas arreciaba la protesta. Reacci¨®n opuesta presenciamos la pasada temporada, cuando en circunstancia similar se aclamaba a Manzanares por los muletazos que le daba a un toro, con la diferencia sustancial de d¨¢rselos por el lado del cuerno partido.
Algarra / Dom¨ªnguez, Mu?oz, Espartaco
Toros de Luis Algara, bien presentados, con casta y desigual juego. Roberto Dom¨ªnguez: media, tres descabellos (palmas); pinchazo, estocada, aviso (ovaci¨®n). Emilio Mu?oz: pinchazo, estocada (silencio); estocada ca¨ªda, descabello (oreja). Espartaco: pinchazo, estocada, descabello (silencio); media ca¨ªda (bronca). Plaza de toros de Almer¨ªa, 23 de agosto. Cuarta corrida de Feria. Cartel de no hay billetes.
Despego
A su primero, mansurr¨®n, Espartaco lo cit¨® con la muleta oblicua, con bastante despego. Si se hubiera cruzado con ¨¦l y le hubiera adelantado la fl¨¢mula, quiz¨¢ el toro hubiera respondido. Con la izquierda apenas lo intent¨®.Roberto Dom¨ªnguez es esta temporada un torero muy distinto a aquel que, hace dos a?os, se coloc¨® en los primeros puestos del escalaf¨®n. Por lo visto, no hay como tener muchos contratos para aliviarse tarde tras tarde. A lo mejor, cuando quiera torear de verdad, se le ha olvidado. A su primero le dio numerosos pases sin limpieza alguna. Acab¨® machete¨¢ndolo. En el cuarto, prob¨® en tod os los terrenos de la plaza, y en ninguno se acoplaba. Acab¨®' en la solanera d¨¢ndole las tablas al toro en unos mantazos.
Lo ¨²nico importante de la tarde fueron la media docena de naturales excepcionales que le dio Emilio Mu?oz al quinto, rematando en la cadera. El resto de faena baj¨® de tono.
La reacci¨®n del p¨²blico de Almer¨ªa, ?pudo ser por motivos zoofilicos? Y el de Ronda, ?es menos amante de los animales? ?Que lo averig¨¹en los soci¨®logos!
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