La frontera basurero
El paso entre Irak y Jordania, un vertedero maloliente en el que se agolpan miles de refugiados
GEORGINA HIGUERAS, ENVIADA ESPECIAL, El paso fronterizo de Al Ruweished se ha convertido en un basurero infecto y maloliente por el que deambulan miles de ¨¢rabes y asi¨¢ticos a la espera de encontrar un medio de transporte que les devuelva definitivamente a su pa¨ªs. El temor a ser pasto de la guerra del golfo P¨¦rsico es su ¨²nico impulso. El ¨¦xodo masivo que colaps¨® la semana pasada la ¨²nica puerta que Irak hab¨ªa dejado completamente abierta se ha reducido considerablemente en estos dos ¨²ltimos d¨ªas. A pesar de ello, a¨²n son muchos los refugiados que duermen exhaustos sobre restos putrefactos de comida, botellas rotas, latas y todo tipo de desperdicios abandonados por las m¨¢s de 200.000 personas que han huido de Kuwait e Irak a trav¨¦s de Al Ruweished.
Varios centenares de tailandeses, llegados desde Kuwait en autob¨²s, llevaban m¨¢s de un d¨ªa bajo el sol del desierto a la espera de solucionar su papeleo de emigraci¨®n y de que Bangkok enviase, como se hab¨ªa comprometido con las autoridades jordanas, un avi¨®n a recogerlos.Sin hablar ni ¨¢rabe, ni ingl¨¦s, sin comprender ni el pa¨ªs donde hab¨ªan ido a ganar unos d¨®lares ni por qu¨¦ se lo hab¨ªa tragado Irak, los tailandeses trataban de dormir sobre las basuras, reclinadas sus cabezas sobre las maletas que conten¨ªan sus ¨²nicas pertenencias.
Indolentes, detr¨¢s de la alambrada que los separaba de coches y autobuses, apenas abr¨ªan los ojos cuando se les hac¨ªa una pregunta. Parec¨ªan una manada de animales asustadizos.
El doctor Al¨ª al Kayed es uno de los seis voluntarios de la Media Luna Roja que el viernes pasado, cuando Jordania decidi¨® reabrir la frontera cerrada por 36 horas, acudi¨® a Al Ruweished para atender a las decenas de miles de emigrantes que se encontraban al borde de la desesperaci¨®n. De Ginebra, llegaron entonces tambi¨¦n dos enfermeras y un doctor del Comit¨¦ de la Cruz Roja Internacional.
El equipo ha levantado una peque?a tienda en el mismo paso fronterizo y en sus dos primeros d¨ªas de trabajo reparti¨® incansablemente medicinas entre numerosas personas deshidratadas, diab¨¦ticas, afectadas por la disenter¨ªa u otras muchas enfermedades, pero, sobre todo, agotadas por la huida a trav¨¦s del desierto.
Para todas ellas sus principales enemigos fueron la avalancha de gente que las hizo marchar como hormigas por colas kilom¨¦tricas y el sol de justicia que convert¨ªa en espejismo cualquier esperanza de poner fin a la pesadilla iniciada con la entrada de los tanques iraqu¨ªes en el rico emirato petrolero, el pasado d¨ªa 2.
En las ¨²ltimas 24 horas han debido de cruzar unas 5.000 personas, pero la semana pasada cruzaban hasta 20.000 por d¨ªa", se?ala el doctor.
Puerta abierta
Tras la invasi¨®n de Kuwait, Irak abri¨® su frontera con Jordania el d¨ªa 7 y anunci¨® que se permitir¨ªa salir a todo el que lo quisiera, a excepci¨®n de los ciudadanos de pa¨ªses occidentales. Comenz¨® entonces un ¨¦xodo que una semana m¨¢s tarde se convirti¨® en estampida, debido a la confusi¨®n sobre qui¨¦nes ser¨ªan los elegidos por el r¨¦gimen de Sadam Husein como rehenes o "invitados para impedir una guerra".
Jordania, con una poblaci¨®n de tres millones de habitantes que ya sufr¨ªa las secuelas del regreso de sus propios emigrantes en Kuwait, que ascend¨ªan a unos 100.000 individuos y de la vuelta de otros 300.000 palestinos, sinti¨® que se desbordaba completamente con aquel r¨ªo humano.
Llamamiento al exterior
El Gobierno hizo entonces un llamamiento a la comunidad internacional para que le enviaran desde medicinas a alimentos, pasando por ropas y tiendas con las que montar campamentos para albergar a la gente hasta que tenga un medio de salida hacia su patria.
Cuando la ayuda apenas ha hecho acto de presencia, el r¨ªo comienza a secarse y de no estallar la guerra, parece que quedar¨¢ reducido a un goteo m¨¢s o menos intenso. De hecho, Amm¨¢n manifest¨® que limitar¨ªa la entrada de refugiados a un m¨¢ximo de 20.000 por d¨ªa. El flujo de nuevos llegados ya se ha reducido por s¨ª solo a unos 6.000 diarios, aunque sigan sin evacuar miles de ellos.
"He dejado Bagad porque todos mis amigos se volv¨ªan a Egipto y no me iba a quedar yo solo", se?ala Mohamed Salem, un obrero que llevaba dos a?os trabajando en Irak donde existe una colonia egipcia que supera el mill¨®n de personas.
Salem, con otros cinco compa?eros tom¨® un autob¨²s en la madrugada del domingo y 10 horas m¨¢s tarde se encontraba en Al Ruweished tratando de mentarse en otro veh¨ªculo con destino al puerto de Aqaba, que se encuentra a tres horas de navegaci¨®n de su pa¨ªs.
La semana pasada, se requer¨ªan cinco d¨ªas para hacer este trayecto. Los emigrantes que vuelven ahora tambi¨¦n son muy distintos de los que ya se encuentran en Egipto, o merodean por la capital a la espera de un avi¨®n que los transporte a lugares m¨¢s lejanos. Los primeros en llegar fueron los que llevaban m¨¢s tiempo en Kuwait; hab¨ªan logrado trasladar a su familia y hab¨ªan comprado un coche.
Los de ahora, son hombres solos, sin m¨¢s posesiones que lo que llevan en la gran maletona de pl¨¢stico que arrastran. Hombres que se apretujan como ganado en camiones, autobuses y barcos. Que se van sin saber muy bien por qu¨¦ ni lo que les espera cuando salgan de Jordania.
El cobijo de los m¨¢s pobres
El recinto ferial situado en las afueras de Amim¨¢n se ha convertido tambi¨¦n en un gran corral, donde habitan los m¨¢s desheredados, los emigrantes de Bangladesh. Para ellos no se sabe cu¨¢ndo llegar¨¢ la hora de partir.
Su Gobierno enzarzado en c¨®mo sacar de la miseria a m¨¢s de 100 millones de personas no ha tenido tiempo de escuchar el llamamiento de Jordania para que se lleve a estos cientos de emigrantes frustrados.
India, Filipinas, Pakist¨¢n y China pa¨ªses todos ellos con un gran n¨²mero de ciudadanos en Kuwait e Irak ya han mandado varios aviones a recogerlos. Hasan Kazi y otros 47 habitantes de Bombay (India) contactaron con su embajada en Bagdad y se les asegur¨® que podr¨ªan tomar un vuelo cuando llegaran a Amm¨¢n.
"Dejamos Kuwait porque cada d¨ªa es m¨¢s dif¨ªcil encontrar comida, pero no hemos tenido ning¨²n problema, ni con el ej¨¦rcito ni con la gente. Lo ¨²nico malo es el cambio de dinero que cada kil¨®metro es peor", se?ala Caz?. ?ste es uno de los afortunados que no ha perdido demasiado en la aventura kuwait¨ª. Seg¨²n dice, mandaba mensualmente su salario a su familia en Bombay y el cierre de los bancos le ha afectado poco. "Bueno, no he cobrado el salario del mes pasado ni de ¨¦ste", murmura resignado.
Por otro lado, est¨¢ previsto que ma?ana mi¨¦rcoles salga con destino a Jordania un avi¨®n H¨¦rcules de la Fuerza A¨¦rea espa?ola con ayuda material para los miles de refugiados, principalmente egipcios, que tratan de huir de Irak a trav¨¦s de la frontera jordana. El avi¨®n militar de transporte, que ha sido fletado por la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n, trasladar¨¢ un cargamente de alimentos, tiendas de campa?a y medicinas, que permitir¨¢ dar asistencia a m¨¢s de 1.500 personas, seg¨²n la Oficina de Informaci¨®n Diplom¨¢tica del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Al frente de la expedici¨®n humanitaria viajar¨¢ el director general de Cooperaci¨®n con el Mundo Arabe, Mariano Alonso Bur¨®n.
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