Cientos de personas usan las zonas industriales para aprender a conducir
A la ca¨ªda de la tarde, en fines de semana o d¨ªas festivos, los recintos industriales se vac¨ªan de trabajadores y se pueblan de desvencijados coches familiares en los que padres, novios o amigos desbravan a los aprendices de conductores en el uso combinado de embrague, freno y acelerador, ahorr¨¢ndose de paso alguna clase en la autoescuella. Mientras que la Direcci¨®n Provincial de Tr¨¢fico afirma que estas pr¨¢cticas s¨®lo est¨¢n prohibidas en las v¨ªas p¨²blicas en las que se aplique la Ley de Seguridad Vial y el C¨®digo de la Circulaci¨®n, las autoescuelas las consideran caldo de cultivo de futuros conductores conflictivos.
Teresa quiere sacarse el carn¨¦ de conducir. Est¨¢ esperando a que la mayor¨ªa de las autoescuelas de su ciudad vuelvan de vacaciones, la pr¨®xima semana, para inscribirse en una de ellas y comenzar las clases te¨®ricas y pr¨¢cticas que la preparar¨¢n para el examen que m¨¢s teme desde que acab¨® su etapa de estudiante. Sin embargo, esta joven ha decidido que su espera no sea totalmente pasiva. Los s¨¢bados y domingos Teresa se arma de valor, acude a un pol¨ªgono industrial, situado a escasos kil¨®metros de su domicilio en Alcal¨¢ de Henares, y se pone al volante del decr¨¦pito Simca 1.000 de su novio para iniciarse en la t¨¦cnica de la conducci¨®n."De esta forma aprovecho el tiempo y me voy quitando el miedo al volante para que, cuando empiece las clases en la autoescuela sepa qu¨¦ pedal es cada uno, c¨®mo se meten las marchas y d¨®nde se activan los intermitentes, las luces e incluso el claxon. No pretendo llegar sabi¨¦ndolo todo, pero si me puedo evitar alguna clase pr¨¢ctica, pues mejor, porque la verdad es que debe ser fastidioso pagar todos los d¨ªas m¨¢s de 2.000 pesetas por menos de, una hora de clase con el profesor", dice Teresa.
Ejercicios b¨¢sicos
Como Teresa, cientos de aprendices en todas las ciudades y pueblos de la regi¨®n utilizan los recintos fabriles, aparcamientos, v¨ªas de servicio o calles de poco tr¨¢nsito para practicar las maniobras, aparcamientos, cambios de sentido y giros que componen los ejercicios b¨¢sicos de la iniciaci¨®n a la conducci¨®n.En alguno de ellos, como en el pol¨ªgono Azque, a las afueras de la ciudad de Alcal¨¢ de Henares, un cartel proh¨ªbe expresamente la realizaci¨®n de pr¨¢cticas automovil¨ªsticas en el recinto. En otros, sin embargo, la ausencia de vigilancia, una vez acabada la jornada laboral, facilita estas pruebas de los aprendices. En general, la postura de los propietarios o inquilinos de las naves industriales de estos improvisados campos de pr¨¢cticas es permisiva con los aspirantes, siempre que su conducta al volante no sea temeraria y se realice en horas o d¨ªas de poca actividad en los recintos.
La Direcci¨®n General de Tr¨¢fico se muestra contraria a estas pr¨¢cticas particulares "siempre que se realicen en v¨ªas de tr¨¢nsito p¨²blico en las que sea aplicable la Ley de Seguridad Vial y el C¨®digo de la Circulaci¨®n, y cuando sean impartidas por personas que cobren por sus servicios de asesoramiento, ya que esta actividad incurrir¨ªa en un delito de intrusismo profesional y competencia desleal con las autoescuelas autorizadas para llevar a cabo estos ejercicios pr¨¢cticos", seg¨²n manifest¨® un portavoz oficial de este departamento.
En el resto de supuestos -pr¨¢cticas supervisadas por personas no interesadas econ¨®micamente en v¨ªas privadas o sin tr¨¢nsito-, la ¨²nica responsabilidad exigible ser¨ªa la derivada de un posible accidente ocurrido cuando el aprendiz estuviera al volante.
Los directores y profesores de autoescuelas se muestran contrarios a estas pr¨¢cticas, que entran en colisi¨®n directa con los intereses econ¨®micos de estos establecimientos docentes y que califican como una competencia desleal. "Los aprendices que realicen estos ejercicios de pruebas en coches particulares para ahorrarse un par de clases en la autoescuela est¨¢n malaprendiendo la t¨¦cnica de conducci¨®n, ya que el due?o del coche en el que aprenden suele mirar m¨¢s por la integridad de su veh¨ªculo que por los pasos que hay que seguir para que un novato capte realmente las reglas de la conducci¨®n", dice Jos¨¦ Manuel B¨¢ez, presidente de la Confederaci¨®n Nacional de Autoescuelas.
Adquirir vicios
"Los que aprenden de esta manera est¨¢n adquiriendo vicios que luego son muy dificiles de eliminar", a?ade B¨¢ez, "y que pueden suponer una merma en la seguridad del futuro conductor y de sus acompa?antes".Para Jos¨¦ Manuel B¨¢ez, el modo de aprender la t¨¦cnica de conducir est¨¢ directamente relacionado con la seguridad al volante del futuro conductor. "En Alemania, donde es obligatorio aprender y examinarse a trav¨¦s de una autoescuela, el n¨²mero de accidentes de circulaci¨®n es cinco puntos m¨¢s bajo que en Espa?a, donde se permite el acceso libre a las pruebas".
F¨¦lix Mart¨ªnez, profesor de autoescuela, afirma que "dejar a un aprendiz que coja el volante de un coche convencional -sin doble mando para el copiloto- "es como dejar una caja de bombas a un mono, aunque se est¨¦ en una calle sin demasiado tr¨¢fico". L¨®pez estima en "una sesi¨®n por a?o de edad", las clases necesarias para que un aspirante est¨¦ preparado para afrontar con garant¨ªas el examen de conducir, aunque esta media aumenta a 1,5 clases por a?o cuando el aprendiz supera los 35 a?os de edad. El precio medio de las clases de conducci¨®n en la Comunidad de Madrid es de unas 2.000 o 2.500 pesetas los tres cuartos de hora lectiva pr¨¢ctica.
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