A coraz¨®n abierto
Espa?oles que han sufrido un injerto cardiaco participan en los Juegos Europeos en Par¨ªs
Tras una lucha cara a cara con la muerte han logrado sobrevivir gracias a un coraz¨®n ajeno y constituyen una cofrad¨ªa unida por evidentes v¨ªnculos de solidaridad. Varios miembros de la Asociaci¨®n de Trasplantados de Coraz¨®n recuerdan su antiguo mal y enarbolan un dato como prueba irrefutable de que llevan una vida normal: varios espa?oles han participado en el campeonato europeo para trasplantados, clausurado ayer en Par¨ªs.
Creada en 1988, la Asociaci¨®n de Trasplantados de Coraz¨®n cuenta hoy con un centenar de miembros y, seg¨²n explica su presidente, Jos¨¦ Mar¨ªa Pindado, tiene un objetivo prioritario: "Atendemos a la gente en lista de espera y estamos organizando una campa?a de donaci¨®n de ¨®rganos para diciembre". Pindado, un ex delineante de 47 a?os que sobrevive con un coraz¨®n ajeno desde hace seis, afirma que hacen tambi¨¦n especial hincapi¨¦ en la rehabilitaci¨®n social de los trasplantados. "Varios socios participaron el pasado mes de junio en los primeros Juegos nacionales para trasplantados, y algunos de ellos se calificaron para el campeonato europeo, celebrado en Par¨ªs del 30 de agosto al 2 de septiembre", dice.La pr¨¢ctica deportiva es, seg¨²n los especialistas, una de las actividades cotidianas que m¨¢s se resiente de los cambios de car¨¢cter que aparecen tras un injerto cardiaco. La experiencia de la enfermedad ha modificado su filosof¨ªa de la vida: se interesan menos por el dinero y m¨¢s en su familia, viven a corto plazo y muestran una solidaridad activa con los dem¨¢s enfermos, pero muchos reducen su actividad por razones psicol¨®gicas m¨¢s que puramente f¨ªsicas.
"Hoy ni me acuerdo de que, estoy trasplantado", asegura Rafael de la Cruz, un madrile?o de 47 a?os, padre de dos hijos, que fue operado en febrero de 1987. La miocardiopat¨ªa que padec¨ªa le oblig¨® a abandonar en 1985 su fruter¨ªa y le dej¨® inmovilizado, "sin poder andar, ni moverme". Ahora se siente tan bien que estuvo a punto de participar en los juegos celebrados en Pamplona. "Me hab¨ªa apuntado en la prueba de ciclismo", dice, "pero tuve que desistir para estar presente en una fiesta en la Cl¨ªnica Puerta de Hierro, en la celebraci¨®n del cent¨¦simo trasplante realizado".
Antonio Alonso, un delineante de 46 a?os, sufri¨® hace tres meses un trasplante simult¨¢neo de ri?¨®n y de coraz¨®n. "Estuve dos a?os con di¨¢lisis peritoneal por culpa de una insuficiencia renal", explica, "y el ri?¨®n enfermo da?¨® al coraz¨®n".
Algo lejano
Antonio Alonso relata su experiencia con voz calmada, transmitiendo la impresi¨®n de que se trata de algo ya muy lejano. "El momento m¨¢s duro fue cuando me desped¨ª de mi mujer y de mis hijos", prosigue, "antes de entrar en el quir¨®fano. ?ste es tal vez el ¨²ltimo adi¨®s, pensaba". Despu¨¦s del doble trasplante, Antonio Alonso se restableci¨® de un modo espectacular. "Seg¨²n los m¨¦dicos, mi organismo ha reaccionado de un modo excepcional", a?ade con una sonrisa reprimida de orgullo.La enfermedad y el trasplante han provocado una toma de conciencia importante, tanto en Antonio Alonso como en sus familiares: "Ahora valoro m¨¢s mi familia que el trabajo y mis hijos han empezado a dar sangre y tambi¨¦n han decidido ser donantes de ¨®rganos", a?ade.
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