Un personaje singular
Hay autores que siempre proporcionan un buen material narrativo al cine -al margen de sus valores literarios propios- y otros que no encajan en la pantalla luminosa, por m¨¢s que se lo propongan. Simenon es uno de los afortunados escritores cuyas obras parecen pensadas para su trasvase al celuloide, pero s¨®lo en el caso de que haya una cierta armon¨ªa y coherencia entre ellas y la visi¨®n del director.Patrice Leconte, un director franc¨¦s poco conocido fuera de su pa¨ªs, se ha atrevido a elegir una amarga novela del padre de Maigret para llevarla al cine: Les fian?ailles de Monsieur Hire. No s¨®lo ha salido ileso del intento, sino que puede estar satisfecho porque ha sido capaz de elaborar un obra enormemente atractiva, que no oculta sus or¨ªgenes literarios, aunque se mueva tambi¨¦n en un mundo de pesadilla, que recuerda, vagamente, el nuestro.
Monsieur Hire
Francia, 1989. Producci¨®n: Cin¨¦a-Hachette, Fr 3-Soficas-Sofimage-Cr¨¦ations, con la participaci¨®n del Centro Nacional de la Cinematograf¨ªa del Ministerio de Cultura. Gui¨®n, adaptaci¨®n y di¨¢logos de Patrice Leconte y Patrick Dewolf, seg¨²n la novela de Georges Simenon Les fian?ailles de Monsieur Hire. Montaje: Jo?lle Hache. Im¨¢genes: Denis Lenoir. M¨²sica: Michael Nyman. Ambientaci¨®n: Ivan Maussion. Director: Patrice Leconte. Int¨¦rpretes: Michel Blanc, Sandrine Bonnaire. Estreno en Madrid, en versi¨®n espa?ola: Azul, Minicines La Vaguada; en versi¨®n original: cine Renoir.
El filme es, adem¨¢s, una de las mejores versiones cinematogr¨¢ficas de Simenon que se hayan hecho jam¨¢s. Si nos olvidamos, incluso, de la obra original, Monsieur Hire se impone al espectador como producto cinematogr¨¢fico s¨®lido y bien construido, con un clima dram¨¢tico perfectamente resuelto y un ritmo denso y lleno de sugerencias, capaz de transmitir el aut¨¦ntico v¨¦rtigo existencial en el que se mueven los personajes.
Por un lado es una novela policiaca escrita por un aut¨¦ntico maestro del g¨¦nero, pero tambi¨¦n se sobrepasa ese g¨¦nero en la medida en que la b¨²squeda de los culpables o la descripci¨®n del delito es menos importante que el an¨¢lisis de las criaturas de ficci¨®n y del universo f¨ªsico que las alberga. Simenon es un creador de mundos y, por eso mismo, no necesita imitar a otros autores, ni recurrir a la inevitable influencia norteamericana.
Un mundo propio
Ya s¨®lo por eso valdr¨ªa la pena ver esta pel¨ªcula, que no se limita a recoger una vez m¨¢s, cansinamente, los rasgos externos de un marco narrativo sorprendentemente popular, sino que explora con hondura y acierto un terreno propio, marcado por el temor, la soledad y el m¨¢s absoluto escepticismo, en el que aparece un personaje singular, cuyo nombre sirve de t¨ªtulo a la pel¨ªcula. Hire es un solitario, una criatura huidiza de apariencia extra?a e inquietante -gracias a una labor excelente de Michel Blanc, int¨¦rprete de rostro habitual, que consigue la mejor interpretaci¨®n de su carrera- que predispone en su contra. Es una persona muy callada y la vida parece concentrarse en los ojos, dirigidos, obsesivamente, a espiar lo que le rodea, sobre todo a su bella vecina.El inter¨¦s de esta obra de Simenon -que convendr¨ªa leer, antes, y, sobre todo, despu¨¦s de ver la pel¨ªcula, para apreciar mejor el talento del adaptador- es haber sobrepasado el nivel del mir¨®n (o voyeur, si preferimos el t¨¦rmino franc¨¦s) para llegar a una formulaci¨®n m¨¢s ambiciosa y amplia del valor de la mirada como forma de conocer la realidad, de la que el horror y la desesperaci¨®n no est¨¢n excluidos.
Sandrine Bonnaire resuelve un personaje dif¨ªcil con su caracter¨ªstica facilidad, y se adapta perfectamente al estilo de Leconte, solemne, lleno de tensiones secretas y dotado de una perfecci¨®n visual ins¨®lita. La composici¨®n panor¨¢mica de las im¨¢genes muestra una sorprendente sabidur¨ªa y la luz de Denis Lenoir re crea un sentido crom¨¢tico lleno de significados sombr¨ªos, Con una solidez y vigor poco habituales. La banda sonora del filme, con la que Michael Nyman subraya la agon¨ªa interna del protagonista, posee, asimismo, una sostenida inspiraci¨®n.
Babelia
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