Desgraciado d¨ªa para una hormiga
Ayer por la tarde, mientras masticaba el ¨²ltimo trozo de un exquisito queso en mi boca, observ¨¦ a una hormiga que se hab¨ªa atrevido a subir confiada por mi pierna; la cog¨ª y comenc¨¦ a deshojarla. Al quitarle las peque?as antenas pens¨¦ en cu¨¢n enga?osa es la orientaci¨®n humana, pues confiando en haber escogido la opci¨®n acertada, advertimos enseguida que no es as¨ª; entonces caemos en un error a¨²n mayor si cabe, el arrepentimiento y el miedo. Segu¨ª con mi tarea de deshojar a la desgraciada hormiga arranc¨¢ndole entonces una por una sus patas, vini¨¦ndome a la memoria por casualidad la imagen de m¨ª mismo que al reflejarse en las claras aguas de un r¨ªo de peque?as dimensiones se ve¨ªa sentada en una silla de ruedas moviendo piernas y brazos. Me preguntaba una y otra vez el significado que ese pensamiento podr¨ªa encerrar, pero hall¨¦ como ¨²nica e in¨²til respuesta algo as¨ª: "Creo que tendr¨¦ que leer m¨¢s libros sobre psicolog¨ªa de los sue?os...".Lleg¨® el turno del t¨®rax, el cual, como parte de un t¨ªpico insecto ap¨®crito, estaba peciolado a la base y desunido a la cabeza desde el momento en que separ¨¦ ambos deshaci¨¦ndome del primero y sujetando delicadamente aquello ¨²ltimo que quedaba de la hormiga v¨ªctima de mi macabro capricho. "?Y es aqu¨ª donde se supone tienes lo mejor de ti?", pregunt¨¦, haciendo obviamente la pregunta a los iniembros m¨¢s inteligentes de la especie a la que tambi¨¦n pertenec¨ªa aquella pobre hormiga. "Si ah¨ª tuvieras, lo mejor de ti, tu inteligencia, sentimientos... no te destruir¨ªas a ti mismo aplastando a otros, y seguro, no estar¨ªas todav¨ªa deshojando esta casa tuya, nuestra, que se llama mundo; solamente te lo digo porque quiz¨¢ al deshojar yo, t¨², nosotros, en lugar de quedarnos con el s¨ª, puede que quede el p¨¦talo no, seguramente m¨¢s abundante. Ser¨¢ entonces cuando quiz¨¢ recordemos este ahora solamente desgraciado d¨ªa para u?a hormiga.-
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