Los demonios de Almansa
El asesinato de una ni?a de 11 a?os desvela redes ocultistas en la ciudad manchega
La muerte de la peque?a Rosa, una ni?a de 11 a?os sometida por su madre y tres mujeres a un ritual sat¨¢nico, ha puesto de manifiesto la precaria distancia entre el curanderismo y la violencia criminal, saturada de ignorancia. La localidad de Almansa, una poblaci¨®n de la Comunidad de Castilla-La Mancha de 23.000 habitantes, industrial, rica y tranquila, qued¨® consternada ante el tr¨¢gico suceso. No obstante, los almanse?os reconocen que el curanderismo y el espiritismo han venido constituyendo una pr¨¢ctica aceptada entre los vecinos de esta ciudad.
La peque?a Rosa Gonz¨¢lvez falleci¨® a primeras horas de la madrugada del martes [18 de septiembre de 1990], despu¨¦s de que su madre, una t¨ªa carnal y dos vecinas, hermanas entre s¨ª, la sometieran a un ritual sat¨¢nico y le extrajeran los intestinos con las manos, seg¨²n confirm¨® el juez Jos¨¦ Rafael Cuesta. La madre de la peque?a, conocida popularmente como Rosa la Curandera, pens¨® que su hija estaba "embarazada por el demonio" y, a pesar de que la peque?a no hab¨ªa superado la pubertad, decidi¨® extirpar la supuesta posesi¨®n.
Los vecinos de la vivienda de la calle de Valencia n¨²mero 4 de Almansa, donde ocurrieron los hechos, alertados por los gritos de la peque?a, avisaron a la polic¨ªa, que detuvo a tres de las mujeres y confirm¨® la muerte de Rosa, que falleci¨® desangrada. El forense confirm¨® que a la ni?a le hab¨ªan extra¨ªdo los intestinos por la vagina y hab¨ªa muerto por un choque hipovol¨¦mico. "El cad¨¢ver carec¨ªa de signos externos de violencia", afirm¨® en una nota oficial el juez de Almansa, despu¨¦s de la autopsia a la que fue sometida por el m¨¦dico forense, el doctor G¨®mez S¨¢ez.
Al d¨ªa siguiente la peque?a Rosa era enterrada en el cementerio de Almansa, en medio del dolor de los vecinos de la localidad y tras un cortejo f¨²nebre presidido por su padre, Jes¨²s Fern¨¢ndez, que no particip¨® en el ritual criminal y cuyo silencio parece ser la clave del misterio del exorcismo de la peque?a.
La muerte de Rosa ha dejado una estela de dolor en la localidad de Almansa, pero tambi¨¦n ha puesto de manifiesto la afici¨®n y credibilidad que las pr¨¢cticas de curander¨ªa y espiritismo tienen en esta poblaci¨®n.
Mart¨ªn Toledo, un joven de 28 a?os, casado con Mar¨ªa ?ngeles Rodr¨ªguez Espinilla, una de las dos hermanas detenidas y acusadas del asesinato de la peque?a Rosa Fern¨¢ndez, ha asegurado a este peri¨®dico que la creciente afici¨®n de su mujer a las pr¨¢cticas curanderiles rompi¨® la relaci¨®n familiar.
Semanas despu¨¦s de que su esposa empezara a abandonar el domicilio sin causa justificada, Mart¨ªn acudi¨® al cuartel de la. Guardia Civil y exigi¨® ayuda para rescatar su esposa. Pocas horas antes del asesinato ritual de la peque?a Rosa, Mercedes y Daniel, los hijos de Mart¨ªn y Mar¨ªa ?ngeles, preguntaron a su padre. "?A la mam¨¢ le pasa algo?". Tras el interrogatorio de Mart¨ªn, los peque?os confesaron: "Nos ha metido los dedos en la garganta para sacarnos sangre .
Mejor en la c¨¢rcel
El esposo de la detenida asegura, d¨ªas m¨¢s tarde de los sucesos, que no sabe si prefiere que su esposa salga en libertad. "Quiero a mi mujer, pero nunca la volver¨ªa a dejar a solas con mis hijos", asegura Mart¨ªn, que a?ade: "Por otro lado, nadie en Almansa admitir¨ªa la presencia de mi mujer, ni de las otras mujeres".Esta poblaci¨®n, cuya principal riqueza se basa en la industria del calzado, tiene una n¨®mina de curanderos, aficionados al espiritismo y ponedoras de manos que se puede cifrar en cerca de 200 personas. Almansa acoge, seg¨²n las estad¨ªsticas, una proporci¨®n realmente significativa de seguidores del ocultismo. Seg¨²n ha podido comprobar este peri¨®dico, algunas consultas de conocidas curanderas de la poblaci¨®n tienen m¨¢s clientes que el ambulatorio de la localidad.
Conchica, de 58 a?os, es una de las curanderas de m¨¢s prestigio de Almansa. En su domicilio, en la calle de los Bancos, una anciana, dos amas de casa y un joven, que lleva el brazo en cabestrillo, esperaban ser recibidos el pasado jueves. Seis sillas de enea compon¨ªan el ¨²nico mobiliario.
Algunas mujeres acud¨ªan a la vivienda y solicitaban la vez, para seguir con su tareas dom¨¦sticas sin perder el turno. Conchica asegura que lo sucedido con la peque?a Rosa "es cosa del diablo". Esta mujer, que ejerce el curanderismo desde hace m¨¢s de 20 a?os, asegura, sin despreciar la ciencia m¨¦dica, que con sus poderes, ha logrado la curaci¨®n de peque?as dolencias.
Pero hay m¨¢s. Una aut¨¦ntica legi¨®n de personas se dedican, de forma altruista, en Almansa, a poner la mano. Beb¨¦s con fiebre, ni?os con dolores, adolescentes con tendinitis o adultos con dolencias menores acuden a las casas de estas personas y esperan que se produzca alg¨²n efecto curativo tras el contacto f¨ªsico.
Un episodio de incultura
Francisco Moreno, presidente de la Asociaci¨®n Divulgativa de ?mbito Cultural (ADIDAC), antigua Asociaci¨®n Parapsicol¨®gica de Almansa, afirma que el mal no tiene ninguna legitimidad y subraya que lo ocurrido en la calle de Valencia es un episodio de incultura y violencia.Estos testimonios y el hecho de que Almansa albergue varias sectas religiosas, no le quitan el sue?o al alcalde de la poblaci¨®n, el socialista Antonio Callado, que asegura que la ciudad, no tiene excesivas carencias. Callado, descontento con que la localidad que preside sea noticiable por un crimen, asegura: "Los sucesos que hemos vivido deben constituir un aviso de que determinadas pr¨¢cticas de curander¨ªa y espiritismo pueden acabar tr¨¢gicamente".
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