Las "cocineras" del poder
S¨®lo el 10% de los altos cargos de la Administraci¨®n son mujeres
"?Pero han hecho cocinas en el nuevo edificio del Consejo?". Esta frase del ministro de Justicia, Enrique M¨²gica, bromeando sobre la, reclamaci¨®n de m¨¢s presencia femenina en el Consejo General del Poder Judicial, manifestada por su ¨²nica vocal, Cristina Alberdi, ha vuelto a poner en evidencia el subconsciente machista de la sociedad espa?ola. Las cifras de representatividad de las mujeres en la c¨²spide del poder no permiten ser optimistas. Poco m¨¢s del 10% de los puestos de responsabilidad en la carrera administrativa est¨¢n ocupados por mujeres.Dos ministras, una subsecretaria, una secretaria general, dos directoras de Gabinete de ministros, 17 directoras generales, 81 subdirectoras, dos delegadas de Gobierno en regiones uniprovinciales a sumar a otras dos gobernadoras civiles, 46 diputadas en la C¨¢mara baja, 28 senadoras, 64 altos cargos auton¨®micos y 249 alcaldesas. Eso, en la Administraci¨®n del Estado y en su propio territorio. En el extranjero, ninguna embajadora y s¨®lo dos c¨®nsules generales.
La presencia de las mujeres en la funci¨®n p¨²blica, adem¨¢s de recaer esta direcci¨®n general en la persona de Mar¨ªa Teresa Mog¨ªn Barqu¨ªn, representa, seg¨²n los ¨²ltimos datos recabados por el Ministerio para las Administraciones P¨²blicas (MAP) el pasado 1 de enero y en t¨¦rminos porcentuales, el 32,87% de los funcionarios en activo. Este porcentaje (unas 630.000 funcionarias) tiene poco que ver con las que verdaderamente ordenan y mandan.
El poder de decisi¨®n
El poder de decisi¨®n en la Administraci¨®n central est¨¢ claramente reservado para los hombres y para una ¨¦lite de supermujeres, concretamente el 10,67%. Este cupo restringido se afina todav¨ªa m¨¢s en las distintas autonom¨ªas (aproximadamente el 6,1 %). Por otro lado, tan s¨®lo el 3,2% de las corporaciones locales son presididas, en estos momentos, por 248 alcaldesas.
En el grupo A, el m¨¢s alto de la Administraci¨®n, la admisi¨®n de mujeres se situ¨® en 1988 en el 43,04%, alcanzando un total de 4.977 puestos, 178 en el nivel 30. Su distribuci¨®n es muy desigual seg¨²n el tipo de colectivo afectado aunque hay algunos tradicionalmente feminizados. En contraste, es pr¨¢cticamente nula la aportaci¨®n de las mujeres a cuerpos con funciones t¨¦cnicas especializadas como la carrera diplom¨¢tica, abogados y economistas del Estado, t¨¦cnicos comerciales, ingenieros de caminos, canales y puertos, o ingenieros aeron¨¢uticos. En el extranjero, nada m¨¢s que 40 mujeres pertenecen al cuerpo diplom¨¢tico espa?ol con un total de 700 miembros.
Para la coordinadora del plan para la igualdad de la mujer en la Administraci¨®n, Mercedes Roig, dependiente del MAP, "las cosas est¨¢n cambiando bastante y para bien en los ¨²ltimos a?os", sobre todo en lo que a la estructura del Estado se refiere. La representatividad pol¨ªtica habr¨ªa que situarla al margen. Sin embargo, no s¨®lo es bajo el n¨²mero de diputadas o ministras, sino tambi¨¦n el de afiliadas a los principales partidos, que nunca supera el 20% del total. Entre las conclusiones m¨¢s relevantes del trabajo de este departamento se destaca que, en general, "no se detectan situaciones discriminatorias en el acceso" y s¨ª un incremento en el n¨²mero de funcionarias de carrera. En cualquier caso, y pese a la existencia de algunas divergencias en esta valoraci¨®n entre el Instituto de la Mujer y el MAP, Mercedes Roig cree necesario insistir en que "hace falta m¨¢s informaci¨®n y estimulaci¨®n para que las mujeres acudan a las oposiciones de los puestos donde est¨¢n infrarrepresentadas". El objetivo es concretar la igualdad real en un plazo de cinco a?os.
Mucho m¨¢s optimista es la visi¨®n que tiene, en este sentido, el secretario de Estado para las Administraciones P¨²blicas, Te¨®filo Serrano, de quien depende el departamento que gestiona Mercedes Roig. Serrano asegura que "actualmente no hay discriminaci¨®n de sexos en la Administraci¨®n" y que son mucho "m¨¢s progresistas los organismos p¨²blicos que las empresas privadas".
Opini¨®n matizada
Varias directoras generales consultadas se han ratificado tambi¨¦n en esta opini¨®n, pero inmediatamente la matizan. Gloria Mart¨ªnez Teller¨ªa lleva tres meses al frente de la Direcci¨®n General de Acci¨®n Social y desde su experiencia generacional, con algo m¨¢s de 40 a?os, apunta que las mujeres de su edad lo han tenido muy diricil y que muchas se han quedado por el camino porque no ten¨ªan energ¨ªas para soportar dobles y triples responsabilidades.
Gloria Mart¨ªnez est¨¢ convencida de que la situaci¨®n ahora es distinta, aunque considera que todav¨ªa hay puestos inaccesibles y sobre todo no se olvida de cuando ten¨ªa que firmar con iniciales su nombre para concurrir a algunos empleos s¨®lo para hombres. El fantasma a corregir, para esta directora general, es la coletilla que a¨²n se escucha en algunos despachos. "Aqu¨ª hace falta un t¨ªo", y a continuaci¨®n se especifican las caracter¨ªsticas masculinas precisas para el cargo.
Mar¨ªa del Carmen Lizarraga Madrue?o, directora general de Industrias Agrarias, se?ala que para la plena integraci¨®n queda mucho trecho que cubrir pero tambi¨¦n reconoce que "por lo menos ha desaparecido el factor negativo de la discriminaci¨®n". Carmen Lizarraga, que lleva nueve meses en el puesto y que en algunos trabajos fue rechazada por ser mujer, asegura que "ponemos un inter¨¦s especial en el trabajo porque hay que dejar bien a la poblaci¨®n femenina".
Masculinizacion privada y feminizaci¨®n p¨²blica
Mar¨ªa Teresa Mog¨ªn Barqu¨ªn, directora general de la Funci¨®n P¨²blica, defiende a ultranza el progresismo de la Administraci¨®n frente a la empresa privada a la hora de contratar mujeres para todos los niveles, incluidos los altos cargos. Teresa Mog¨ªn espera que el tiempo, con el acceso irrefrenable del cambio generacional, haga el resto.Sin embargo, Mog¨ªn tiene un temor. El hecho constatado de que la Administraci¨®n ponga menos reparos y ofrezca m¨¢s posibilidades para compaginar la vida privada con la profesional, sobre todo comparativamente con la feroz competitividad del sector privado, puede reducir a t¨¦rminos de gueto el ¨¢mbito de lo p¨²blico.
Adem¨¢s puede generar tambi¨¦n la impresi¨®n de que lo competitivo, lo mejor pagado, lo m¨¢s reconocido y prestigiado socialmente es lo privado, que es donde est¨¢n los hombres.
Esta negativa impresi¨®n se matiza siempre con la constataci¨®n de un cambio generacional. "La incorporaci¨®n creciente de las mujeres j¨®venes a la Administraci¨®n, en concurrencia con los hombres y, en muchos casos, con ventaja sobre ellos, es ya algo m¨¢s que una hip¨®tesis", enfatiza Mercedes Roig. Los acuerdos adoptados por el Gobierno, con la aplicaci¨®n de la Ley 3/1989, hacen de la normativa espa?ola, para Mercedes Roig, "una de las m¨¢s favorables a la integraci¨®n de la mujer entre los pa¨ªses de la CEE", donde Espa?a se coloca con un 8,8% a la cabeza en el segmento de representatividad femenina en la alta Administraci¨®n. Por encima, incluso, del Reino Unido (3,4%), Holanda (4,8%) o Francia (3,1%).
Entre los 25 y los 30 a?os la invasi¨®n femenina copa el 35,29% de los cargos de subdirectores, inspectores o secretarios generales en la Administraci¨®n.
Estos mismos puestos, antes de lajubilaci¨®n, son alcanzados solamente por el 3,2% de las mujeres. En el grupo A en general, entre los 26 y los 30 a?os, las reci¨¦n licenciadas han llegado ya a ocupar el 42,86% de los despachos.
La ampliaci¨®n del permiso de matern¨ªdad hasta 16 semanas, la garant¨ªa de la reserva del puesto de trabajo en caso de excedencia por cuidado de los hijos y las medidas para la prevenci¨®n del acoso sexual en el trabajo han sido las actuaciones estrella de una pol¨ªtica de igualdad de oportunidades que no ha terminado pero a la que se intuye, por fin, salida.
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