Centenario con esc¨¢ndalo

La ¨²ltima corrida de la Feria del Centenario de la hist¨®rica plaza de Talavera transcurri¨® en medio de un impresionante esc¨¢ndalo por la bochornosa invalidez de los toros. El pacienzudo p¨²blico aguant¨® estoicamente la pantomima hasta el tercero, pero despu¨¦s estall¨® en justificada c¨®lera. Aquello era una lastimosa estampa sin integridad ni emoci¨®n; ni siquiera se acercaba a un espect¨¢culo de tauroballet; simplemente era una verg¨¹enza.Los pobres animalejos se acamaban de continuo mientras los toreros intentaban aplicarles mantazos a diestro y siniestro. Todos los toretes fueron cambiados tras el cl¨¢sico monopuyazo, a excepci¨®n del quinto, que milagrosamente recibi¨® tres. Tres de ellos no fueron muertos a estoque sino que se echaron de aburrimiento. Suerte tienen los que manejan la fiesta de que los santos aficionados aguanten, pero la paciencia llega hasta un l¨ªmite.

Y a ese l¨ªmite llegaron los sufridos talaveranos cuando salt¨® al cenizoso ruedo el insignificante y derrengad¨ªsimo cuarto, que fue sustituido por otro de la misma condici¨®n. Recreci¨® la protesta y Ortega Cano, descentrado ante esos gritos, requer¨ªa con aspavientos explicaciones a los tendidos. Desde all¨ª le contestaron lo que ten¨ªa que hacer: matar al bicho. En su lugar, Ortega Cano tir¨® de prosopopeya e intent¨® molerlo a derechazos. Hasta que por fin conect¨® con el p¨²blico y se decidi¨® a despenarlo. Volvi¨® a desconectar cuando sali¨® a saludar a las regodeantes ovaciones que profer¨ªan los espectadores con gritos de sorna de "torero, torero".

Tambi¨¦n se descentr¨® en el escurridillo que abri¨® el nefasto festejo de efem¨¦rides. En vista de lo cual acab¨® de hinojos en actitud desafiante, lo que al respetable le import¨® un bledo.

Juan Mora, que sustituy¨® al enfermo de ¨²ltima hora Espartaco, al menos tore¨® de sal¨®n y con regusto a su primer enemiguete. Ribete¨® el arte con el percal al acariciarlo con las manos bajas, mientras que con la fl¨¢mula mezcl¨® estos arreboles con feas trapacinas. Lo ¨²nico destacable que ocurri¨® mientras lidiaba el quinto fue la bronca que se llev¨® la banda de m¨²sica por iniciar un pasodoble sin raz¨®n aparente.

Lozano arranc¨® palmas de compromiso tras acabar mediocremente con el tercero. El ¨²ltimo arroll¨® a Gregorio Lalanda y su nobleza devino en bronquedad. Lozano le ech¨® arrestos y le ret¨® con escalofriante valor y profesionalidad suma, aunque volvi¨® a fallar con la tizona.