Choque de culturas

El cine canadiense llega hasta nosotros, cuando llega, poco a poco, con un ritmo exasperante, aunque de cuando en cuando haya momentos de relativa abundancia, como ha ocurrido recientemente gracias al ciclo monogr¨¢fico -demasiado breve quiz¨¢- ofrecido por Televisi¨®n Espa?ola con productos de esa nacionalidad. Y es una pena que veamos tan pocas muestras de esa industria, porque tiene productos muy inteligentes y bien elaborados.C¨®mo hacer el amor con un negro sin cansarse, de t¨ªtulo largo y sugerente (tanto, por lo menos, como su imaginativo cartel), pretende seguir la este la ir¨®nica y ¨¢cida de filmes como El declive de? imperio americano y Jes¨²s de Montreal, ambos dirigidos por D¨¦nys Arcand, lo que no es raro, porque Jacques Benoit, el director de la pel¨ªcula, fue antiguo ayudante de Arcand. As¨ª se justifica el tono dislocado y burl¨®n que distingue esta historia, en la que dos j¨®venes negros (que comparten un piso en dicha ciudad) conviven con la sociedad blanca. Ambos son muy distintos, y mientras Buba dedica su tiempo a la lectura de Freud, el an¨¢lisis del Cor¨¢n y la m¨²sica de jazz, el otro, Man, s¨®lo est¨¢ preocupado por conocer bien a las mujeres.

C¨®mo hacer el amor... es un filme que pretende despertar la reflexi¨®n del espectador sin excluir el entretenimiento ni el placer del p¨²blico, para que as¨ª sea aceptado mejor su impl¨ªcito mensaje antirracista.

Humor

El eje central de C¨®mo hacer el amor... no es tanto el sexo -aunque no falten escenas construidas en torno a este eje narrativo- cuanto el choque, de culturas entre los fundamentos antropol¨®gicos de la negritud y los valores occidentales, tratado siempre con humor e iron¨ªa.El presupuesto es escaso, -pero las ideas son abundantes y surgen- de una estructura narrativa ¨¢gil y original.. Aunque la pel¨ªcula sea irregular y sus elementos chirr¨ªen a menudo ' el conjunto resulta eficaz y atractivo.