Comp¨¢s de espera
EN CIERTO modo, los ¨²ltimos d¨ªas han servido para reiterar con firmeza lo inexorable de las posiciones que se enfrentan por causa del conflicto del Golfo: mientras Sadam Husein sigue empecinado en su postura de anexi¨®n irreversible de Kuwait, la ONU le tiene impuesto un embargo total en espera de una salida negociada. ?sta podr¨ªa producirse siempre y cuando le precediera la retirada incondicional del ej¨¦rcito iraqu¨ª del territorio invadido y la liberaci¨®n de los rehenes. La opci¨®n final, hecha m¨¢s cre¨ªble tras el duro discurso del ministro sovi¨¦tico de Exteriores, Shevardnadze, ante la Asamblea General de la ONU, es la intervenci¨®n militar, que ocurrir¨¢ solamente si el embargo no da los resultados apetecidos o si el l¨ªder iraqu¨ª opta por una acci¨®n armada de provocaci¨®n. Dicho lo cual, es preciso dar al boicoteo oportunidad de ser eficaz; es evidente que medidas de esta naturaleza no dan fruto m¨¢s que a medio plazo.En los ¨²ltimos 10 d¨ªas se han producido dos matizaciones- muy importantes a la posici¨®n aliada. La primera, contenida en las ideas enunciadas por el presidente Mitterrand en la ONU, har¨ªa que Husein pudiera digerir m¨¢s f¨¢cilmente su propia derrota: "Todo es posible si Irak afirma su intenci¨®n de retirar sus tropas y si libera a los rehenes". Si es as¨ª, se pondr¨ªa en marcha un plan que, aunque p asa en primer lugar por una retirada iraqu¨ª "garantizada por Occidente", lo hace de modo que el arranque de la soluci¨®n, en lugar de ser fruto de un enfrentamiento y de la capitulaci¨®n, fuera consecuencia de la colaboraci¨®n entre todos. Dicho de otra manera: diluir la rotunda sensaci¨®n de la derrota para conseguir el comienzo de un fin compartido.
La segunda inflexi¨®n aparec¨ªa unos d¨ªas m¨¢s tarde en el discurso del presidente Bush ante el mismo organismo. Las condiciones para la paz siguen siendo las mismas, pero, a diferencia de cuanto afirm¨® tras la cumbre de Helsinki, Bush estar¨ªa dispuesto a ligar la soluci¨®n del problema iraqu¨ª con "el arreglo del con flicto que divide a los ¨¢rabes y a Israel". En otras pala bras, todo es posible a escala global si tiene ¨¦xito el ex perimento de soluci¨®n impuesta por la comunidad in ternacional en la cuesti¨®n de Kuwait. Es evidente que la resoluci¨®n pac¨ªfica del conflicto puede coadyuvar a la soluci¨®n de otros graves problemas en la zona. De pende ello, b¨¢sicamente, de la eficacia de las medidas econ¨®micas y pol¨ªticas impuestas o aceptadas por la inmensa mayor¨ªa de los pa¨ªses democr¨¢ticos. La flexibilidad de los presidentes, Mitterrand y Bush, las de claracioni es de ayer de Gorbachov en las que manifest¨® su convicci¨®n de no ser necesaria la utilizaci¨®n de la fuerza militar, y el sentido com¨²n, deslindan cada vez con mayor claridad la racionalidad -discutible parcialmente si se quiere- del delirio demag¨®gico.
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