'Mirlo seis cinco'

A. ELa dotaci¨®n de la corbeta Descubierta cambi¨® ayer de uniforme para recibir a Mirlo seis cinco. El c¨®digo del avi¨®n de entrenamiento en el que volaba de cadete se ha convertido en el apodo con que los marinos llaman al pr¨ªncipe Felipe, seg¨²n relata un joven al que sus compa?eros llaman cari?osamente Narizotas.

A pesar de que el calor todav¨ªa castiga las costas del mar Rojo, la tripulaci¨®n tuvo que olvidarse por un rato del pantal¨®n corto de safari y los pa?uelos blancos enrollados a la cabeza al estilo ¨¢rabe, que protegen del sol y dan un aire simp¨¢tico a su vida de a bordo.

"De alguna forma tenemos que distraernos", coment¨® un recluta, quien prometi¨® que cuando concluya la mili no vuelve a subir a un barco en 10 a?os. Egipto tampoco parece que les vaya a dejar muy buen recuerdo a algunos de ellos. "Peor ser¨ªa que ganes un concurso y te den de premio un crucero por el Nilo", le amenaz¨® entre bromas otro compa?ero.

A pesar de que han tenido la ocasi¨®n de visitar las pir¨¢mides de Guiza y el Museo de El Cairo durante una breve estancia en la capital, los muchachos se quejan de las carencias del pa¨ªs y echan de menos "un poco m¨¢s de vidilla en las escalas". Adem¨¢s, la visita de Mirlo seis cinco ha coincidido con el descanso de la Descubierta, que ten¨ªa que haber llegado al puerto de Safaga la noche anterior.