El Estatuto de nunca acabar
La tensi¨®n auton¨®mica se desplaza en el Pa¨ªs Vasco hacia el Tribunal Constitucional
El cumplimiento del Estatuto fue el gran caballo de batalla de los seis primeros a?os de autonom¨ªa en Euskadi. Jos¨¦ Antomo Ardanza marc¨® luego un cambio de estilo. Mejoraron las relaciones con Madrid y llegaron algunos traspasos de servicios. Pese a todo, 11 a?os despu¨¦s del refrendo popular del Estatuto, su desarrollo sigue siendo dif¨ªcil y pol¨¦mico. El conflicto se ha desplazado hacia el Tribunal Constitucional, mientras apunta un nuevo frente de tensi¨®n, el de la participaci¨®n del Pa¨ªs Vasco en los poderes del Estado y en la Europa en construcci¨®n.
El Gobierno de coalici¨®n entre peneuvistas y socialistas ech¨® a andar con buena estrella en 1987. Los engranajes de la comisi¨®n mixta de transferencias parec¨ªan engrasados como en los mejores tiempos y el di¨¢logo funcionaba. En junio se lleg¨® a un acuerdo para entregar al Pa¨ªs Vasco la sanidad p¨²blica y los servicios sociales (Insalud e Inserso), una negociaci¨®n bloqueada desde cuatro a?os antei por diferencias de valoraci¨®n econ¨®mica; en total, 15.000 funcionarios y cerca de 80.000 millones de pesetas de presupuesto.El Gobierno vasco consigui¨® introducir el criterio de financiaci¨®n de las nuevas transferencias con arreglo al concierto econ¨®mico. Eso significa que recibir¨¢ cada a?o el 6,24% del volumen econ¨®mico que representen en toda Espa?a los servicios transferidos. El acuerdo fue posible gracias a la decisi¨®n previa de dejar aparcado el resto de la Seguridad Social (recaudaci¨®n y prestaciones econ¨®micas), donde las diferencias entre los dos socios del Ejecutivo son abismales.
Seguridad Social
A la vuelta de las elecciones, el traspaso de la gesti¨®n econ¨®mica de la Seguridad Social volver¨¢ a plantearse. Todos los partidos nacionalistas la incluyen en sus programas con la aspiraci¨®n de que el Gobierno de Vitoria pueda recaudar cuotas y administrar los fondos. Para el PSE, en cambio, la existencia de una caja ¨²nica estatal es reflejo del criterio de solidaridad y no puede ponerse en juego durante ninguna negociaci¨®n.La mejora de relaciones en tre el Ejecutivo presidido por Jos¨¦ Antonio Ardanza y el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez ha ayudado a encauzar muchos problemas pero no ha eliminado las diferencias. El n¨²mero de contenciosos no ha disminuido. En los cuatro a?os de legislatura, el Gobierno vasco present¨® 11 recursos de inconstitucionalidad; el Gobierno central, cinco, y el Parlamento aut¨®nomo, seis. Entre todos instaron, por a?adidura, 63 conflictos de competencia.
La tensi¨®n auton¨®mica prin cipal se ha concentrado duran te los cuatro ¨²ltimos a?os, no obstante, en el Tribunal Constitucional. La introducci¨®n de criterios considerados desfavorables para las autonom¨ªas llev¨® al consejero de Presidencia el peneuvista Juan Ram¨®n Guevara, a solicitar una comparecencia ante la comisi¨®n institucional del Parlamento de Vitoria para dar un aldabonazo p¨²blico.
Guevara cree que la causa de la persistencia de la conflictividad es la falta de participaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas en los ¨®rganos de decisi¨®n pol¨ªtica. "Mientras esa participaci¨®n no se produzca y no haya verdadero di¨¢logo de Estado", concluye, "el Estado de las autonom¨ªas no saldr¨¢ de la fase de proyecto".
Los nacionalistas han llega do en Euskadi a la conclusi¨®n de que la organizaci¨®n auton¨®mica requiere reformar el Estado mediante un cambio dr¨¢stico del Senado y nuevos procedimientos para determinar la composici¨®n del Tribunal Constitucional.
Euskadiko Ezkerra emplea una f¨®rmula parecida a la de los socialistas catalanes y se pronuncia por una reforma en sentido federal del Estado. Eusko Alkartasuna va m¨¢s lejos y quiere una articulaci¨®n "cuasi confederal" entre Euskadi y el resto del Estado, con el derecho de autodeterminaci¨®n reconocido como una especie de cl¨¢usula de salvaguarda para los vascos.
Herri Batasuna propone un Estatuto Nacional de Autonom¨ªa basado en el reconocimiento de la soberan¨ªa de Euskadi. El PNV no se ha pronunciado por una f¨®rmula determinada, pero su presidente, Xabier Arzalluz, est¨¢ convencido de que falta mucho para completar el Estado de las autonom¨ªas tal y como se concibi¨® en la transici¨®n.
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