Cuando la injusticia se hace c¨¢rcel
La asociaci¨®n vasca Salhaketa ha asumido la defensa de los presos
"La c¨¢rcel es un fracaso y una injusticia, el reflejo de una sociedad enferma e insolidaria". Con mensajes como ¨¦ste, una asociaci¨®n vasca de apoyo a presos clama desde hace nueve a?os en el desierto del manido discurso sobre la seguridad ciudadana. Desde su misma denominaci¨®n, Salhaketa (Denuncia), esta agrupaci¨®n recalca su vocaci¨®n de revulsivo social y asume la condici¨®n de portavoz de un colectivo con mala prensa.
Un reducido grupo de abogados, familiares de presos y personas relacionadas con el entorno carcelario comenz¨® a reunirse en Bilbao a finales de 1981 para tratar los problemas de la poblaci¨®n penitenciaria. Un a?o despu¨¦s constituyeron formalmente la asociaci¨®n, que hoy agrupa a cerca de 60 miembros activos en la comunidad aut¨®noma vasca y Navarra, adem¨¢s de algunos centenares de simpatizantes.Numerosas denuncias sobre las condiciones de vida de los presos y sobre los incumplimientos de la propia legislaci¨®n penitenciaria han jalonado ocho a?os de actividad. Los enfrentarnientos con la direcci¨®n de prisiones han sido moneda corriente, pero la asociaci¨®n cuenta tambi¨¦n en su haber con victorias ante los tribunales en su defensa de los derechos de la poblaci¨®n reclusa.
A instancias de Salhaketa, los tribunales han reconocido el trabajo penitenciario a efectos de subsidio de desempleo, han suprimido los cacheos vejatorios previos a las visitas cara a cara y han obligado a mejorar los furgones para el traslado de presos. Han prohibido tambi¨¦n pr¨¢cticas como esposar a la cama a los presos ingresados en hospitales o han suprimido de las convocatorias de empleo p¨²blico la exigencia de un expediente sin antecedentes penales.
Otro aspecto de la actividad de Salhaketa ha sido la confecci¨®n de gu¨ªas para asesorar a los reclusos. Xabier Zapir¨¢in, uno de los cuatro liberados de la asociaci¨®n, explica que "lo que m¨¢s agradecen los presos son las cosas concretas y ¨²tiles, y la gu¨ªa ha tenido un gran ¨¦xito, porque les ha servido para conseguir con mayor facilidad los pocos beneficios a que tienen derecho".
Gu¨ªa de recursos
La segunda edici¨®n se encuentra en fase de preparaci¨®n, una vez agotados los 4.000 ejemplares de la primera. En el cap¨ªtulo editorial se incluyen tambi¨¦n una gu¨ªa de recursos sociales y la publicaci¨®n bimensual Barrutik (Desde dentro), confeccionada en parte con textos y cartas enviados desde 70 prisiones y de la que se tiran unos 2.500 ejemplares. La correspondencia regular con las prisiones a menudo encuentra dificultades. "En muchas c¨¢rceles, el remite de Salhaketa basta para intervenir una carta", afirman sus miembros. Los logros de estos a?os no inducen a los, socios al optimismo. "No es que lo conseguido sea anecd¨®tico", se?ala el abogado ?ngel El¨ªas, "pero es insuficiente cuando la situaci¨®n general del preso no ha mejorado; hay m¨¢s hacinamiento que nunca, las penas se cumplen muy lejos del punto de origen del recluso y aumentan las muertes en las prisiones".Salhaketa reconoce su fracaso en la tarea de aumentar la conciencia de los presos, uno de sus principales objetivos. "Lo normal es que cada uno intente salvar su pellejo y que la c¨¢rcel se convierta en una radiografia muy en negro del exterior, con sus clases sodiales y sus trapicheos, aunque en ocasiones tambi¨¦n se dan gestos de solidaridad impresionantes", explica Jos¨¦ Manuel Azpeitia, otro de los portavoces.
La asociaci¨®n muestra su radical oposici¨®n a ciertos t¨®picos, como el de que "el delincuente entra por una puerta del juzgado y sale por la otra". Su experiencia apunta justamente lo contrario. "Se recurre con demasiada facilidad a la c¨¢rcel", sostienen.
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