Gorbachov, llama de la esperanza
POCAS VECES la decisi¨®n del comit¨¦ noruego del Premio Nobel de la Paz -tan pol¨¦mica siempre que ha distinguido a alg¨²n pol¨ªtico en activo- suscitar¨¢ una unanimidad comparable a la que rodea la decisi¨®n de este a?o. Frente al determinismo extremo que atribuye cualquier cambio hist¨®rico a las condiciones sociales, el ejemplo de Gorbachov ilustra el papel singular de los individuos, de algunos individuos, en la historia de la humanidad. Seguramente exist¨ªan todo tipo de razones estructurales que favorec¨ªan una evoluci¨®n como la que ha auspiciado la perestroika. Pero ello ya ocurr¨ªa hace no menos de una d¨¦cada o dos, y todo hubiera seguido igual de no mediar la decisi¨®n de Gorbachov.Porque es un hecho que nada de cuanto ocurre en el mundo de hoy, desde la distensi¨®n al reforzamiento del papel de la ONU, hubiera acontecido sin la audacia y valent¨ªa personal con que el l¨ªder de la perestroika plante¨® la necesidad de reformar profundamente un sistema en el que ¨¦l mismo era un privilegiado. El hecho de que goce de un prestigio mucho mayor fuera que dentro de su pa¨ªs no disminuye su m¨¦rito; por el contrario, pone de relieve las dificultades de la tarea en que est¨¢ empe?ado.
En apenas cinco a?os -periodo que sin duda ser¨¢ recordado como una de las etapas m¨¢s intensas de la historia pol¨ªtica del siglo XX-, Gorbachov ha sido capaz de encender la llama de la esperanza en el mundo languideciente y sin futuro del socialismo real y ha trastocado los fundamentos mismos de un orden internacional basado durante lustros en la guerra fr¨ªa y en la disuasi¨®n nuclear. Ha contado para ello con la asistencia de otros, sin cuya intervenci¨®n -por v¨ªa de apoyo o de cr¨ªtica- las cosas no hubieran podido llegar tan lejos. Pero no puede regate¨¢rsele la visi¨®n y el coraje que eran necesarios para desactivar la escalada armamentista, abrir nuevas e inesperadas v¨ªas de convivencia en el mundo y enfrentarse casi en solitario a la ingente y conflictiva tarea de cambiar el rumbo de su propio pa¨ªs. El Nobel de la Paz constituye el reconocimiento internacional a ese coraje.
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