El estilo Gatsby

Los temerarios bolsistas vuelven a cantar las excelencias del mercado con brillo en las pupilas. La fiebre renueva los ¨¢nimos hasta desbordar los contornos invisibles de una industria de valores que hace apenas una semana s¨®lo tarareaba melod¨ªas funerarias. As¨ª es la Bolsa, finita pero ilimitada, como el mismo universo. Los operadores m¨¢s nerviosos vuelven a quemar sus naves y pasean el esqueleto por las mesas de dealers con camisas de seda y anchos tirantes. El modelo Gran Gatsby se encarna en estos muchachos cada vez que las, cotizaciones serpentean escalando posiciones. ?Qui¨¦n dijo miedo con el barril de crudo a la baja, aunque sea por unas horas? Nadie, salvo alg¨²n agorero estratega del medio y largo plazo, que tambi¨¦n los hay. Pensando en que los tipos en el mercado monetario no acompa?ar¨¢n y que la situaci¨®n sigue siendo conflictiva a escala internacional, uno de los pesimistas se?alaba que para la pr¨®xima ca¨ªda el sal¨®n de contrataci¨®n de la Lonja de Barcelona deber¨¢ disponer de una sala de los suspiros, como los antiguos ridottos venecianos, para que se refugien los perdedores a sufrir en silencio y soledad. De momento, el mercado s¨®lo descuenta la esperanza de recuperar con prisas el terreno perdido.