Carlos Fuentes comienza con 'La campa?a' su fresco del siglo XIX
El novelista termina el rodaje de 'El espejo enterrado'
La an¨¦cdota de la que parte Carlos Fuentes para contar de arriba abajo el siglo XIX en Latinoam¨¦rica es el trueque, en la cuna, del hijo de una virreina por el de una prostituta negra azotada en el puerto de Buenos Aires. Con una erudici¨®n s¨®lo posible en quien ha vivido en casi toda Latinoam¨¦rica, Fuentes comienza con La campa?a (Mondadori) la trilog¨ªa El tiempo rom¨¢ntico; seguir¨¢n La novia muerta y El baile del centenario.
Carlos Fuentes se tom¨® con tanto inter¨¦s una conversaci¨®n de tres horas con periodistas -el martes por la noche en Madrid- que pr¨¢cticamente se qued¨® sin cena. El escenario, el apartado de un restaurante madrile?o en el que se cocieron la mitad de las intrigas pol¨ªticas del siglo XIX, era adecuado a la presentaci¨®n de su trilog¨ªa, pero tambi¨¦n a sus modales de embajador y a su iron¨ªa florentina. Fuentes no opina, por ejemplo, sobre la corriente de la narrativa espa?ola que prima la historia sobre la experimentaci¨®n -en contra de lo que ¨¦l practica-, pero a cambio comenta: "Por eso hay que preservar a Juli¨¢n R¨ªos" (el experimentalista por excelencia de la literatura espa?ola). Y cuando se le pregunta sobre su compatriota Octavio Paz, reciente premio Nobel de Literatura, con quien mantiene una relaci¨®n m¨¢s bien tensa, Fuentes se felicita por el premio, incuestionablemente merecido y en cualquier caso tard¨ªo, pero se niega a hablar de sus diferencias personales con Paz, pues "dejar¨ªan de ser personales".En realidad, Fuentes no ha venido a Espa?a principalmente a presentar su libro sino a terminar las ¨²ltimas tomas de una serie de la BBC sobre Espa?a y Latinoam¨¦rica, El espejo enterrado, que lleva rodando desde hace un a?o. El programa no pretende dar una visi¨®n universal y objetiva de la cultura hispanoamericana (se omite la cultura portuguesa), sino precisamente la subjetiva de Fuentes. ?l anuncia que, desde luego, no ser¨¢ complaciente con Espa?a, pero en,cualquier caso tampoco se alinear¨¢ con la leyenda negra, que recrearon los imperios rivales de Espa?a, notablemente Gran Breta?a. Seg¨²n coment¨® Fuentes, Espa?a cometi¨® barbaridades en sus posesiones de ultramar, como los dem¨¢s imperios, pero fue la ¨²nica que reflexion¨® sobre ellas: v¨¦anse las obras de fray Bartolom¨¦ de las Casas o el padre Vitoria, entre otros.
Representante y tambi¨¦n te¨®rico de la gran literatura latinoamericana, Fuentes dice no distinguir entre la literatura espa?ola y la latinoamericana, sino que se refiere a una ¨²nica literatura en castellano.
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