Saben qu¨¦ hacer, pero no d¨®nde ir

La necesidad de realizar una campa?a para reducir el n¨²mero de embarazos entre adolescentes se plante¨® hace ya casi seis a?os, seg¨²n Victoria Abril, responsable en aquel momento de los temas de salud en el Instituto de la Mujer. "Como primera medida se realiz¨® una campa?a informando de los m¨¦todos anticonceptivos a la poblaci¨®n general, porque nunca se hab¨ªa hecho nada en ese sentido. La informaci¨®n dirigida la las adolescentes plantea un problema adicional: saben qu¨¦ hacer, pero no tienen d¨®nde ir para solicitar los m¨¦todos anticonceptivos. No hay apenas nada enfocado a ellos", dice Victoria Abril.Una j¨®ven que quiera acudir a un ginec¨®logo se encuentran ante la disyuntiva de pedir la cartilla de la Seguridad Social a sus padres, con lo cual ¨¦stos se enteran de que mantiene relaciones sexuales, o pagar una consulta privada. Pero ¨¦stas tienen, generalmente, un precio considerado alto por los m¨¢s j¨®venes.

Para obviar este problema se han puesto en marcha iniciativas aisladas como la de Comunidad Aut¨®noma de Madrid. Cuatro centros privados, beneficiarlos de una subvenci¨®n de 19 millones de la Consejer¨ªa de Salud de la Comunidad Madrid, con el fin de "facilitar a las j¨®venes una atenci¨®n ginecol¨®gica y de planificaci¨®n familiar a una edad en la que no se dispone de efectivos econ¨®micos", seg¨²n Margarita Garc¨ªa Baquero, portavoz del Servicio Regional de Salud.

Para recibir la subvenci¨®n deben satisfacerse dos requisitos: no establecer listas de espera para estas adolescentes, entre 16 y 21 a?os, porque si se ven obligadas a esperar durante un periodo largo pueden desanimarse y cambiar de opini¨®n y, en segundo lugar, los centros deber¨¢n establecer un d¨ªa fijo cada semana para atender a las adolescentes, con el fin de evitar que las chicas se puedan encontrar con sus madres o conocidos en la sala de espera.

La subvenci¨®n de 19 millones de pesetas se reparte tambi¨¦n en otros doce centros municipales de planificaci¨®n de la comunidad madrile?a.