El Congreso aprueba finalmente una reducci¨®n dr¨¢stica del d¨¦ficit presupuestario de EE UU
Estados Unidos super¨® ayer la peor crisis fiscal de su historia al aprobar el Senado la m¨¢s dr¨¢stica reducci¨®n del d¨¦ficit presupuestario de la historia norteamericana, casi 500.000 millones de d¨®lares en los pr¨®ximos cinco a?os. George Bush, que se encuentra reunido en Hawai con los l¨ªderes de nueve naciones del Pac¨ªfico, ha anunciado que firmar¨¢ "con reticencias" la legislaci¨®n aprobada por las C¨¢maras cuando regrese a Washington. La C¨¢mara de Representantes ya hab¨ªa dado el visto bueno al proyecto de ley tras una maratoniana sesi¨®n de 14 horas, que termin¨® al amanecer del s¨¢bado.
El sol comenzaba a iluminar la c¨²pula del Capitolio, en una dram¨¢tica y extra?a votaci¨®n, en la que la mayor¨ªa de los diputados republicanos votaron en contra de las medidas recomendadas por su propio presidente, el republicano, George Bush.El Senado se pronunci¨® tambi¨¦n por la aprobaci¨®n de la nueva ley presupuestaria por s¨®lo nueve votos de diferencia, 54 a favor y 45 en contra. La legislaci¨®n aprobada por el Congreso, tras ocho meses de peleas con el poder ejecutivo, introduce un paquete de medidas fiscales y reducci¨®n de gastos destinado a reducir el astron¨®mico d¨¦ficit presupuestario norteamericano en medio bill¨®n de d¨®lares, de los cuales 40.000 millones corresponden al a?o fiscal 1991, que empez¨® a contar sin acuerdo presupuestario el d¨ªa uno de octubre.
El resultado de la votaci¨®n en la C¨¢mara baja, -228 votos a favor (181 dem¨®cratas y 47 republicanos) frente a 200 en contra (74 dem¨®cratas y 126 republicanos)-, refleja elocuentemente la conflictividad de las medidas aprobadas, tanto entre los parlamentarios como en la opini¨®n p¨²blica norteamericana, estupefacta ante el incapacidad de los legisladores y de la Casa Blanca para llegar a un acuerdo que ponga fin a lo que ya se conoce como el embrollo presupuestario.
De la reacci¨®n del ciudadano medio puede dar idea el hecho de que ayer se celebraron manifestaciones en todos los Estados, convocadas por la Asociaci¨®n Nacional de Contribuyentes, en las que los norteamericanos expresaron su disgusto con los pol¨ªticos esgrimiendo escobas, con la amenaza de limpiar el Congreso de sus actuales inquilinos en las pr¨®ximas elecciones legislativas del seis de noviembre.
Situaci¨®n insostenible
La continua elevaci¨®n del d¨¦ficit presupuestario norteamericano, heredada de la anterior presidencia de Ronald Reagan, lleg¨® este a?o a una situaci¨®n insostenible, como consecuencia del incremento continuo de los gastos de defensa acompa?ados de una reducci¨®n dr¨¢stica de la presi¨®n fiscal directa en el per¨ªodo 1980-1988.
Precisamente el viernes, cuando los diputados de la C¨¢mara de Representantes iniciaban sus reuniones, el departamento del Tesoro anunci¨® que el d¨¦ficit presupuestario del ejercicio 1990, que finaliz¨® el 30 de septiembre pasado, ascend¨ªa a 220.000 millones de d¨®lares, un incremento del 44% sobre la cifra de 1989, que alcanz¨® los 153.000 millones y ligeramente inferior a la cifra r¨¦cord de 221.200 alcanzada en 1986. A pesar de los 40.000 millones de reducci¨®n previstos para el a?o fiscal 1991 en el paquete aprobado por la C¨¢mara, el d¨¦ficit de este pa¨ªs alcanzar¨¢ en este ejercicio la cifra de 180.000 millones de d¨®lares. El endeudamiento total norteamericano, totalmente financiado por la inversi¨®n exterior, ha pasado de menos de un bill¨®n de d¨®lares en 1979 a m¨¢s de tres billones en la actualidad.
A pesar de la presi¨®n ejercida directamente por Bush cerca de los diputados de su propio partido, el presidente ha pagado la crisis presupuestaria con la p¨¦rdida de m¨¢s de 20 puntos en las encuestas de opini¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.