Por una mayor participaci¨®n
Para los articulistas, el divorcio entre el Gobierno y los sindicatos es el aspecto m¨¢s negativo de la gesti¨®n entre el ¨²ltimo congreso del PSOE y el que comienza el 9 de noviembre. De ¨¦l esperan una mayor participaci¨®n en las decisiones para construir una organizaci¨®n plenamente democr¨¢tica y plural.
El 32? Congreso Federal del PSOE es un buen momento para hacer balance de la gesti¨®n desarrollada por los socialistas en estos ¨²ltimos tiempos. Desped¨ªamos al anterior congreso, en enero de 1988, con las palabras de Nicol¨¢s Redondo pidiendo un giro en la pol¨ªtica econ¨®mica y social del Gobierno de la naci¨®n. Aquel requerimiento no fue atendido y las consecuencias de aquella omisi¨®n se vieron el 14 de diciembre de aquel mismo a?o. La huelga general convocada por los sindicatos y secundada por amplios sectores ciudadanos constituye uno de los acontecimientos m¨¢s importantes del periodo de gesti¨®n que los socialistas tenemos que analizar en el pr¨®ximo congreso.Aquella huelga, y la incapacidad posterior del Gobierno para tender la mano a las organizaciones sindicales, acentu¨® la separaci¨®n entre el Gobierno y el conjunto del movimiento sindical y, dentro del espacio socialista, entre el PSOE y la UGT. Si tuvi¨¦ramos que se?alar la mayor sombra de toda esta gesti¨®n no dudar¨ªamos en mencionar ¨¦l divorcio sobrevenido entre el Gobierno socialista y las organizaciones representativas de los intereses de los trabajadores.
Partido y sindicato
La pol¨ªtica de incomprensi¨®n acerca de la necesidad de un "giro social" s¨®lo empez¨® a ser revisada tras las elecciones generales de octubre de 1989 cuando comenzaron a negociarse los contenidos de la Plataforma Sindical Prioritaria. Esta correcci¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica y social no ha ido acompa?ada; sin embargo, de una modificaci¨®n en la tesis sostenida por la direcci¨®n del partido entorno de la posibilidad de realizar un proyecto socialista aut¨®nomamente definido, sin relaci¨®n con movimientos sociales espec¨ªficos. Izquierda Socialista plantear¨¢ en el pr¨®ximo congreso la necesidad de mantener la convergencia estrat¨¦gica entre partido y sindicato para realizar una pol¨ªtica socialista.
En los ¨²ltimos tiempos se han hecho p¨²blicas distintas posiciones adoptadas por figuras relevantes de nuestra organizaci¨®n. La mayor¨ªa de ellas han reafirmado su adscripci¨®n a la corriente mayoritaria del PSOE y al proyecto que lidera Felipe Gonz¨¢lez. Queremos recordar que una mayor¨ªa s¨®lo lo es s¨ª a su vez existe una minor¨ªa y que, por tanto, ser¨ªa pintoresco pensar que el debate y sus conclusiones se puedan reducir a los matices ideol¨®gicos, o a las leg¨ªtimas aspiraciones de poder de todos los que comparten el mismo proyecto, secundan el mismo liderazgo y forman parte de la misma mayor¨ªa. Izquierda Socialista considera que este intento de reducir el debate a un problema "dentro de la mayor¨ªa" del PSOE limita la participaci¨®n de posiciones diferenciadas en el seno de nuestra organizaci¨®n. Posiciones que han protagonizado en el pasado debates de indudable relevancia pol¨ªtica y estrat¨¦gica. Queremos recordar, brevemente, la posici¨®n demuestra corriente favorable a la salida de Espa?a de la OTAN y al desmantelamiento de las bases militares norteamericanas en nuestro territorio. Ha sido Izquierda Socialista, igualmente, el ¨²nico colectivo del partido que se ha pronunciado a favor de las peticiones de los sindicatos antes y despu¨¦s de la huelga del 14 de diciembre y es tambi¨¦n el sector que ha postulado con m¨¢s ah¨ªnco una posici¨®n favorable al di¨¢logo y la colaboraci¨®n de las distintas fuerzas de izquierda.
Puede que algunos piensen que un socialismo abierto a las reivindicaciones del movimiento obrero organizado y a las perspectivas que plantean los nuevos movimientos sociales no tiene sitio en el actual partido socialista. Los que argumentan de esta manera lo pueden hacer bien porque apuestan por un socialismo liberal, centrista, antisindical, atlantista, o porque consideran que la ¨²nica izquierda real est¨¢ situada fuera del partido socialista. Frente a ambas posiciones, Izquierda Socialista defiende la necesidad de construir una casa amplia de la izquierda donde el socialismo democr¨¢tico, pacifista anticapitalista pueda contribuir con los sindicatos y los nuevos movimientos sociales a llenar de contenido la democracia, la libertad, la justicia y la solidaridad. No creemos que nuestros esfuerzos sean los ¨²nicos en esta direcci¨®n, pero s¨ª pensamos que ni los debates dentro del partido socialista se pueden agotar en las aspiraciones de poder de distintos l¨ªderes que comparten el mismo proyecto, ni tampoco que sea posible hacer pol¨ªtica de izquierdas en Espa?a sin hacer girar al partido socialista, desde dentro, hacia la izquierda.
Reivindicaci¨®n ¨¦tica
Un giro a la izquierda pasa en nuestro pa¨ªs por atender los contenidos de la segunda parte de la Plataforma Sindical Prioritaria y por avanzar en la democracia econ¨®mica y social. Ese giro pasa igualmente por una reivindicaci¨®n ¨¦tica de la pol¨ªtica, por una coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, lo que se promete y lo que se realiza. Una coherencia que no debe circunscribirse ¨²nicamente a la vida privada o a la vida p¨²blica de los dirigentes socialistas, sino que debe abarcar toda una serie de posiciones sobre los asuntos nacionales e internacionales. El socialismo debe aprender de otras experiencias hist¨®ricas fallidas, que no es posible recurrir sistem¨¢ticamente a la raz¨®n de Estado, sin acabar desnaturalizando los valores socialistas. Por decirlo m¨¢s claramente: ni las pol¨ªticas de seguridad interna se pueden realizar conculcando la libertad y los derechos humanos, ni es posible defender la solidaridad internacional aline¨¢ndose incondicionalmente con los Estados Unidos de Am¨¦rica en menoscabo de nuestra autonom¨ªa como Estado. Si queremos profundizar la democracia y construir un nuevo internacionalismo, el respeto m¨¢s escrupuloso a los derechos humanos (tambi¨¦n cuando se combate al terrorismo) y a los principios que animan a construir un nuevo orden internacional (tambi¨¦n cuando estallan conflictos como el del Golfo) deben prevalecer.
?stas y otras posiciones propias de la cultura pol¨ªtica de izquierdas las defenderemos en el pr¨®ximo 32? congreso federal. Desgraciadamente, nuestro voto no podr¨¢ ser contabilizado a la hora de evaluar la gesti¨®n de la Comisi¨®n Ejecutiva Federal saliente ni a la hora de elegir la ejecutiva entrante. Un sistema a nuestro juicio no democr¨¢tico y ya agotado que prima a las cabezas de delegaci¨®n sobre los delegados individuales impide que aquellos que discrepamos de la actual gesti¨®n podamos expresar nuestro voto. Deseamos que ¨¦stas y otras limitaciones organizativas sean superadas por el 32? congreso federal, ya que s¨®lo mediante el desarrollo de la democracia interna ser¨¢ posible construir una organizaci¨®n pol¨ªtica habitable, atractiva y aut¨¦nticamente plural. Una organizaci¨®n que culmine el proceso de discusi¨®n interna mediante f¨®rmulas de integraci¨®n y no de exclusi¨®n. Una gran organizaci¨®n pol¨ªtica capaz de representar los intereses del amplio bloqueo social de progreso que apoya el ideal socialista.
Discusiones colectivas
Desde 1985 hemos sido miembros del Comit¨¦ Federal, como corriente de opini¨®n reconocida por la Conferencia de Organizaci¨®n y Estatutos celebrada en marzo de 1983. No sabemos si en el pr¨®ximo congreso contaremos con el suficiente apoyo de los delegados para seguir en el ¨®rgano m¨¢ximo del partido. Sea cual sea el resultado, es imprescindible dotar de aut¨¦ntica relevancia pol¨ªtica a esta instancia de nuestro partido. No podemos compartir que antes de la huelga del 14 de diciembre de 1988, que antes del discurso de investidura del presidente del Gobierno en diciembre de 1989, o cuando se produjo m¨¢s recientemente la posibilidad de dimisi¨®n del vicepresidente del Gobierno, en ninguna de estas ocasiones se haya reunido el Comit¨¦ Federal del PSOE. Los debates a posteriori son importantes, pero queremos que en el futuro las discusiones y las decisiones sean realizadas por todos y no por unos pocos. S¨®lo as¨ª construiremos una organizaci¨®n pol¨ªtica plenamente democr¨¢tica, aut¨¦nticamente plural y participativa.
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