La incertidumbre econ¨®mica y la crisis del Golfo amenazan a los republicanos de EE UU
Millones de norteamericanos acuden hoy a las urnas para designar miles de cargos electivos, desde senadores hasta sheriffs de condado, en unas elecciones dominadas por la incertidumbre sobre la econom¨ªa y el conflicto del Golfo, que convierten los comicios en un refer¨¦ndum sobre la pol¨ªtica del actual titular de la, Casa Blanca, el republicano George Bush.
Tradicionalmente, el partido del Gobierno suele ser vapuleado en lo que en EE UU se conoce como las elecciones de medio mandato o mid-term elections, los comicios legislativos, estatales y municipales que se celebran a la mitad del t¨¦rmino de cada mandato presidencial, constitucionalmente establecido en cuatro a?os. La inc¨®gnita de hoy es la extensi¨®n de ese vapuleo.Cur¨¢ndose en salud, la Casa Blanca ha intentado a lo largo del ¨²ltimo fin de semana minimizar las posibles p¨¦rdidas republicanas en la C¨¢mara de Representantes y en las gobernadur¨ªas de los Estados recordando la tradici¨®n pol¨ªtica del pa¨ªs.
El jefe de gabinete de Bush John Sununu, predijo que las p¨¦rdidas del Partido Rep¨²blica no en la C¨¢mara baja no ascender¨ªan "a m¨¢s de ocho representantes, con un margen de error de m¨¢s o menos cuatro esca?os". Sin embargo, Sununu expres¨® su esperanza de que en el Senado los republicanos mantendr¨ªan sus actuales esca?os, con una p¨¦rdida, en el peor de los casos, de s¨®lo un senador.
Desde 1934, despu¨¦s de los primeros dos a?os de presidencia de Franklin Delano Reos(,-velt, el partido del presidente titular de la Casa Blanca ha perdido una media de 28 esca?os en"ia C¨¢mara baja y de seis en la alta. En la actualidad, los dem¨®cratas tienen 258 esca?os en la C¨¢mara de Representantes, por 175 losrepublicanos, mientras que en el Senado la oposici¨®n cuenta con 55 de los 100 senadores.En las elecciones de hoy, que se celebran, como las presidenciales y de acuerdo con el mandato constitucional, el primer martes despu¨¦s del primer domingo de noviembre, est¨¢n en liza la totalidad de los.435 esca?os de la C¨¢mara de Representantes, 34 de las 100 senadur¨ªas, 36 de las 50 gobernadur¨ªas de los Estados, un n¨²mero igual de legislaturas estatales -cada Estado reproduce a su nivel el sistema legislativo bicameral vigente en el Congreso de Washington-, adem¨¢s de miles de funcionarios municipales, policiales y judiciales a nivel de condado (el equivalente de la provincia espa?ola).
Alcald¨ªa de Washington
'Entre los cargos en litigio se encuentra la alcald¨ªa de Washington, donde se considera casi segura la elecci¨®n de la candidata dem¨®crata Sharon Pratt Dixon despu¨¦s de que el titular, Marion Barry, anunciara su retirada poco despu¨¦s de ser detenido y juzgado por posesi¨®n de drogas. Barry, que ha apelado su conde na de seis meses de c¨¢rcel, se presenta a concejal.El presidente Bush, cuya po pularidad se ha estabilizado en torno a los 56 puntos, despu¨¦s de una ca¨ªda vertical de 20 enteros como consecuencia de sus continuos cambios de opini¨®n en el tema de la subida de impuestos, ha intentado en los ¨²ltimos d¨ªas de campa?a limitar el efecto adverso de las encuestas en las candidaturas republicanas y ha multiplicado sus comparecencias electorales por todo el pa¨ªs.
Despu¨¦s de recorrer incansablemente el viernes y el s¨¢bado el Estado de California en apoyo del candidato republicano a gobernador -el hasta ahora senador Pete Wilson, que disputa una batalla codo a codo con la candidata dem¨®crata, la ex alcaldesa de San Francisco Diana Feinstein-, Bush decidi¨® dedicar los dos ¨²ltimos d¨ªas de campa?a a recorrer su Estado adoptivo de Tejas para tratar de cambiar la curva descendente en las encuestas del candidato de su partido Clayton Williams, uno de los personajes m¨¢s controvertidos de estas elecciones.
Williams, un ranchero y petrolero millonario cuyo ¨ªdolo es John Wayne, comenz¨® la campa?a con unas encuestas favorables de 17 puntos sobre su contrincante dem¨®crata, la tesorera del Estado, Ann Richards. Sus continuos ataques a los pasados problemas alcoh¨®licos de Richards, junto con una serie de incre¨ªbles declaraciones en las que compar¨® las violaciones con el mal tiempo -"si son inevitables, rel¨¢jate y goza"-, han reducido a cero su ventaja inicial, aunque, sin embargo, como reconoci¨® un analista local, "en Tejas todo es posible, hasta que Williams sea gobernador del Estado".
A pesar de que la atenci¨®n de Washington se centra en los resultados de las elecciones a las dos c¨¢maras del Congreso de Washington, la lucha por las gobernadur¨ªas es igualmente importante a efectos del control del Congreso en 1992, a?o en que George Bush se tendr¨¢ que presentar a la reelecci¨®n. De los gobernadores depende el nuevo dise?o del mapa electoral, que estar¨¢ basado en el censo de 1990 y que puede hacer bascular el voto hacia uno u otro partido, seg¨²n sea lit redistribuci¨®n de distritos electorales de acuerdo con el movimiento demogr¨¢fico.
Pesimismo nacional
Seg¨²n numerosos analistas pol¨ªticos, dos son los denominadores comunes en estos comicios: el pesimismo nacional sobre la situaci¨®n econ¨®mica y la incertidumbre sobre si habr¨¢ guerra en el Golfo y el rechazo del electorado hacia los pol¨ªticos profesionales.El Estado de Oreg¨®n es un ejemplo de este rechazo. Por primera. vez en este Estado, el senador republicano Mark Hatfield, un veterano con 24 a?os en el Senade., cuya posici¨®n parec¨ªa imbatible, se ha visto obligado a hacer Campa?a como un principiante ante el ascenso irresistible en las encuestas de su contrincante, un negociante local sin experiencia pol¨ªtica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.