La polic¨ªa monta una operaci¨®n para impedir el saqueo de buzones de uso exclusivo para carteros
La polic¨ªa ha establecido una operaci¨®n encaminada a impedir el robo de las sacas de correspondencia cuando estas se hallan depositadas en los buzones de uso exclusivo para carteros. Seg¨²n fuentes policiales, este a?o se est¨¢ produciendo una escalada en este tipo de hechos, de tal forma que cada d¨ªa se produce una media de tres robo en la regi¨®n. S¨®lo en la capital hay 3.200 buzones de esta clase. Los instigadores de esta campa?a delictiva son grupos de estafadores y falsificadores.
El a?o 1987 surgi¨® una nueva modalidad delictiva consistente en la sustracci¨®n de las sacas de Correos de los buzones de color verde oscuro, en los que un cartel advierte que son de "uso exclusivo para carteros". Pero fuentes policiales han comentado que desde el pasado verano se ha apreciado un alarmante aumento en el n¨²mero de asaltos. Un portavoz de la Direcci¨®n General de Correos no quiso facilitar ninguna informaci¨®n, alegando que "el caso est¨¢ en manos de la polic¨ªa".En la primera quincena del pasado mes de agosto, agentes del grupo octavo de la Brigada Provincial de Polic¨ªa Judicial de Madrid detuvieron a una pareja que presuntamente se dedicaba a reventar este tipo de buzones. Los detenidos fueron sorprendidos cuando circulaban por una calle del distrito de Chamber¨ª en un Peugeot 504, en el que acababan de introducir dos sacas postales sustra¨ªdas pocos minutos antes.
Los dos arrestados recorr¨ªan a diario la capital en un coche y, tras abrir el buz¨®n con una llave maestra, cargaban en el veh¨ªculo la saca de correspondencia sin levantar sospechas. Uno de los ladrones manifest¨® que entregaba las sacas a un falsificador que le abonaba 10.000 pesetas por cada una.
En otra ocasi¨®n, un desvalijador de buzones fue sorprendido en plena faena cuando cargaba la mercanc¨ªa en una moto Vespa, pintada de color amar?llo con objeto de hacer creer a los transe¨²ntes que era un empleado de Correos.
"Hay que convencer a los ciudadanos de que no env¨ªen por correo documentos mercantiles ni cheques", dice un funcionario policial. Y a?ade: "La gente debe saber que mandar por carta un tal¨®n, aunque sea cruzado o sea nominal, no es garant¨ªa de nada. Los estafadores lavan el nombre y la cifra que figura en el tal¨®n y luego lo cobran sin problemas. Si esto llega a producirse, el expendedor del cheque es el que paga el pato, no su banco".
Un tesoro para estafadores
Los buzones m¨¢s castigados por los ladrones son los situados en el centro de la capital, debido a que en esta zona hay un gran n¨²mero de oficinas. Tambi¨¦n se han producido asaltos en otros enclavados en Legan¨¦s, Getafe y diversas zonas industriales. Anteayer desaparecieron varias sacas en Torrej¨®n de Ardoz.
El contenido de los cargamentos postales constituye un verdadero tesoro para los falsificadores y estafadores. Adem¨¢s de poder alterar los cheques y hacerlos efectivos por cantidades de dinero m¨¢s elevadas, tales delincuentes consiguen datos muy valiosos sobre las personas y sus cuentas bancarias, lo que despu¨¦s utilizan para sus operaciones fraudulentas. "As¨ª se efect¨²a ahora el 90% de las estafas de Madrid", dice un experto.
Las fuentes consultadas reconocen que reventar los buzones de los carteros "es muy f¨¢cil y lucrativo". En efecto, la llave que abre los m¨¢s de 3.000 que hay en Madrid es la misma para todos ellos. La Direcci¨®n General de Correos ha comenzado a colocar cerraduras de seguridad, pero ¨¦stas son igualmente f¨¢ciles de violentar.
Los cacos que habitualmente sustraen los env¨ªos postales no suelen reventar los buzones con palanquetas u otras herramientas, porque eso provoca mucha bronca y puede hacer que alguien se d¨¦ cuenta de lo que est¨¢ haciendo.
1.000 pesetas por carta
Otros grupos delictivos se dedican a robar las cartas bancarias en los buzones particulares de los vecinos. Para ello fuerzan los cajetines met¨¢licos o utilizan unas pinzas con las que extraen la correspondencia. Ante esta situaci¨®n, las fuerzas de seguridad del Estado recomiendan que "los ciudadanos retiren las cartas de su buz¨®n lo antes posible".
Los estafadores llegan a pagar a los ladrones de cartas bancarias entre 200 y 1.000 pesetas por cada una. Gracias a eso, los delincuentes consiguen una valiosa informaci¨®n: la identidad y el n¨²mero de cuenta corriente de muchas personas, datos que posteriormente emplean para cometer todo tipo de fraudes.
Otras veces, los chorizos se apoderan de las tarjetas de cr¨¦dito y, haci¨¦ndose pasar por empleados del banco, consiguen que el titular les diga el n¨²mero secreto. De esa forma pueden retirar dinero de los cajeros autom¨¢ticos hasta que la tarjeta es invalidada.
Ante la proximidad de las Navidades suele incrementarse la actividad de los ladrones de correspondencia, atra¨ªdos sobre todo por los d¨¦cimos de loter¨ªa que miles de ciudadanos env¨ªan a sus parientes aprovechando las cartas con las felicitaciones navide?as.
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