Los frescos de Quintanilla sobre la guerra civil aparecen en un cine 'porno' de Nueva York
Un experto piensa que el pintor vendi¨® las obras para decorar la sede de un sindicato
Cinco frescos del pintor figurativo espa?ol Luis Quintanilla (Santander, 1893-Madrid, 1978) sobre la guerra civil espa?ola, encargados por el Gobierno de la Rep¨²blica para decorar el pabell¨®n espa?ol de la Feria Mundial de Nueva York en 1939 -que se cre¨ªan destruidos en los a?os cuarenta-, han sido descubiertos en un cine pornogr¨¢fico gay del Village neoyorquino. Los frescos cuatro paneles horizontales y uno vertical, de dos metros de alto por dos metros de ancho cada uno-, bajo el lema Ama la paz, odia la guerra, son de tipo realista social y llevan por t¨ªtulo: Soldados, Destrucci¨®n, Hambre, Dolor y Fuga.
"No hay duda, son los frescos originales que todos cre¨ªamos destruidos en los a?os cuarenta", dijo en declaraciones a EL PA?S el profesor norteamericano Jerald R. Green -director del Center for Spanish and Latin American Art y catedr¨¢tico de lengua espa?ola de la City University of New York- quien ha dedicado muchos a?os de su vida a escribir la biograf¨ªa de Quintanilla.
"Mi teor¨ªa", dice, "es que el pintor, andando mal de dinero como siempre andaba, los vendi¨® en 1944 con destino a la sede de la Free World House, una especie de sindicato obrero u organizaci¨®n antifaseista ubicada donde ahora est¨¢ el cine".
El profesor Green -que tiene las Memorias de Quintanilla, fechadas en 1960 en Par¨ªs y todav¨ªa in¨¦ditas- fue quien avis¨® al Consulado General de Espa?a en Nueva York, y, gracias a sus esfuerzos, se est¨¢n haciendo las gestiones oficiales oportunas para que estos frescos ahora descubiertos en el pasillo de un cine pornogr¨¢fico neoyorquino "se rescaten y se lleven a Espa?a, al Museo de Arte Contempor¨¢neo donde hay mucha obra de Quintanilla, porque es all¨ª donde deben estar, ya que tienen un gran valor hist¨®rico y art¨ªstico", a?ade.
"Los frescos no est¨¢n en perfectas condiciones, desde luego, pero no hay nada que no se pueda restaurar f¨¢cilmente".
Una biograf¨ªa
Luis Quintanilla naci¨® en Santander en 1893. Empez¨® su ca rrera pict¨®rica en Par¨ªs en 1912 En 1924-26 estudi¨® pintura al fresco en Italia gracias a una beca del Gobierno espa?ol. Volvi¨® a Espa?a y, en 1928, Negr¨ªn y Araquistain le convencen para hacerse miembro del partido socialista.
En 1934 expone en el Museo de Arte Moderno de Madrid. Ese mismo a?o, Hemingway -con quien le un¨ªa una gran amistad desde que se conocieran en Par¨ªs en 1922- le patrocin¨® una exposici¨®n de sus grabados en la Pierre Matisse Galery, una de las galer¨ªas m¨¢s prestigiosas de Nueva York.
Dicha exposici¨®n se inaugur¨® estando preso Quintanilla -junto a Carrillo, Zugazagoitia y Caballero, entre otros- en la c¨¢rcel Modelo de Madrid, a ra¨ªz de los acontecimientos de octubre de 1934 en los que tom¨® parte. Estando en la c¨¢rce lo retrat¨® a plumilla a todos los presos y cuando sali¨®, en 1935, public¨® la colecci¨®n de dibujos titulada La c¨¢rcel por dentro.
En 1936 -poco antes de comenzar la guerra civil- termina el monumento a Pablo Iglesias en el Parque del Oeste de Madrid -Quintanilla pinta los frescos sobre su vida y su obra, el arquitecto Esteban de la Mora realiza el p¨®rtico, y el escultor Barral esculpe la gran cabeza-. El monumento fue destruido en 1959; sin embargo, posteriormente, se desenterr¨® la gran cabeza, que est¨¢ actualmente a la entrada de la sede del PSOE en Madrid.
En 1938 -de nuevo patrocinado por Hemingway-, Quintanilla expone sus dibujos sobre la guerra civil espa?ola en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, siendo alabado por The New York Times como uno de los artistas espa?oles m¨¢s importantes de la ¨¦poca.
Ese mismo a?o, el Gobierno de la Rep¨²blica presidido por Negr¨ªn le encarga pintar los frescos de la guerra civil espa?ola -por los que Quintanilla recibi¨® un total de 8.000 d¨®lares- con destino a las paredes del pabell¨®n espa?ol de la Feria Mundial de Nueva York de 1939.
Un Gobierno fantasma
Al hacerse Franco con el poder, no hubo pabell¨®n espa?ol en dicha feria, y Quintanilla -que hab¨ªa pintado los frescos en un estudio de la Quinta Avenida neoyorquina- se encontr¨®, de pronto, en un pa¨ªs extranjero, sin medios, y con cinco grandes paneles a sus espaldas "propiedad de un gobierno fantasma", seg¨²n cita en sus Conversaciones, in¨¦ditas.
Expone los frescos de la guerra en la galer¨ªa Associated American Artists de Nueva York, y en 1940, vuelve a exponerlos, junto con los dibujos y estudios preparatorios, en la New School, de la misma ciudad. A partir de entonces -tal vez temiendo que el Gobierno franquista los reclamara y los destruyera- el mismo Quintanilla hizo creer a todos que los hab¨ªa almacenado en Long Island y que, durante un fuerte aguacero, el techo se hab¨ªa derrumbado, destrozando los frescos. Quintanilla se march¨® a Par¨ªs en 1957, donde vivi¨® hasta 1976, en el que -con el dinero percibido por una considerable venta de cuadros suyos a un coleccionista catal¨¢n- se traslad¨® a Madrid. Ya enfermo, no pint¨® m¨¢s, dict¨® sus Conversaciones a su sobrino, y muri¨® en 1978.
[Fuentes del Ministerio de Cultura, que desconoc¨ªan ayer la noticia, manifestaron que se realizar¨¢ una investigaci¨®n para saber si el Estado tiene la propiedad de las obras y en caso afirmativo reclamarlas. El director del Centro de Arte Reina Sofia destac¨® el hallazgo como un importante documento hist¨®rico.]
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.