Noticia de Juli¨¢n Zugazagoitia

El d¨ªa 9 de noviembre de 1940, Juli¨¢n Zugazagoitia era fusilado en el cementerio del Este, en Madrid. Ten¨ªa 41 a?os y una trayectoria pol¨ªtica, period¨ªstica y literaria que hacen incomprensible el olvido que pesa sobre ¨¦l.Hijo de un metal¨²rgico y de una cigarrera, naci¨® en 1899, en el barrio obrero de Bilbao La Vieja, de la capital vizca¨ªna, en el que el socialismo vasco, de la mano de Facundo Perezagua, inici¨® su organizaci¨®n. Su padre, Ferm¨ªn Zugazagoitia, fue uno de los primeros adheridos, siendo concejal socialista entre 1905 y 1909.

Desde muy joven frecuent¨® los medios socialistas, integr¨¢ndose en sus organizaciones. Su participaci¨®n en el movimiento huelgu¨ªstico revolucionario de 1917 en Bilbao le acarrear¨¢ su primera experiencia carcelaria. Volver¨ªa a tener problemas con la justicia en 1924 a ra¨ªz de un art¨ªculo en El Liberal, en el que criticaba a un sacerdote, por el que fue desterrado durante tres a?os, y en 1934 ingresar¨ªa en la c¨¢rcel Modelo de Madrid, entre la plana mayor socialista que tom¨® parte en los sucesos de octubre. En 1920 ocupa la presidencia de la Juventud Socialista de Bilbao y en ese mismo a?o desempe?aba el cargo de tesorero de La Lucha de Clases, semanar¨ªo socialista de Bilbao que rivalizaba en difusi¨®n y calidad con el ¨®rgano nacional del partido, El Socialista. Desde mayo de 1921 ser¨ªa director del seminario bilba¨ªno, a ra¨ªz de lo cual es claramente observable un cambio en la orientaci¨®n y los contenidos de esta publicaci¨®n, dando mayor cabida a los terrias culturales y literarios hacia los que Zugazagoitia tuvo una especial sensibilidad, no muy extendida en los medios socialistas vizca¨ªnos anteriores a la generaci¨®n de j¨®venes que Tom¨¢s Meabe, fundador de las Juventudes Socialistas, aglutin¨® en torno a s¨ª y en los que, como en el caso de Indalecio Prieto, Emilio Beni, y quiz¨¢ especialmerte Zugazagoitia, dej¨® profunda huella -probablemente agigantada por su trayectoria a contrapelo y su temprana muerte- que testimoniar¨ªan a lo largo (le sus vidas. A partir de 1921 aparecen colaboraciones suyas en El Socialista y en El Liberal de Bilbao, diario que Indalecio Prieto inspiraba y cuya propiedad, andando el tiempo, adquiri¨®.

En 1925 publica Pablo Iglesias. Una vida heroica, cuyos ejemplares se pusieron a la venta en el entierro del l¨ªder socialista; Tom¨¢s Meabe. una vida humilde y la novela Una vida an¨®nima, ambas de 1927, completaban con aqu¨¦lla la Trilog¨ªa de los hombres, en la que late el anhelo de transformaci¨®n de la sociedad que inspiraba la lucha del movin¨²ento obrero socialista, en las primeras d¨¦cadas del siglo, a trav¨¦s de la trayectoria de sus l¨ªderes y la de an¨®nimos y humildes militantes, y late en estas obras un sent¨ªmiento de homenaje a los hombres de los primeros tiempos del socialismo.

A Una vida an¨®nima se la ha considerado como la primera novela "plenamente social" de la corriente del realismo cr¨ªtico de preguerra, a cuyos autores se designa ya como la otra generaci¨®n del 27 y de la que Zugazagoitia forma parte. Recientemente, he tenido acceso a un art¨ªculo autobiogr¨¢fico que Zugazagoitia public¨® en diciembre de 1935 en la revista de Veracruz Ruta, en el que se refiere a una novela suya, V¨ªctima -sobre la que firma que contiene un fragmento de su vida-, de la que no exist¨ªa noticia antes de ahora y que quiz¨¢ sea anterior a Una vida an¨®nima.

Escribi¨® otras dos biograf¨ªas sobre Pablo Iglesias durante los a?os de la Rep¨²blica, de tono menos sentimental que la primera y m¨¢s politizadas.

El bot¨ªn, de 1928, iniciaba la Trilog¨ªa de los trabajos. Esta obra es la novela del Bilbao que recibe dichoso la ola de riqueza que el comercio con los pa¨ªses beligerantes en la Gran Guerra generaba. Se recogen tambi¨¦n en ella los acontecimientos pol¨ªticos y sociales de 1917, que iban a culminar en el fracaso y la represi¨®n de la primera huelga revolucionaria.

En 1929 aparec¨ªa la novela El asalto, que es la historia de los or¨ªgenes del socialismo en Vizcaya. Es en esta obra en la que lleva especialmente a la pr¨¢ctica los prop¨®sitos educadores de sus concepciones sobre la literatura.

Se consideraba ¨ªncompleta esta segunda trilog¨ªa, pero en carta reciente me comunicaba J. M. Villar¨ªas Zugazagoitia, nieto del pol¨ªtico socialista, la existencia de una novela in¨¦dita titulada Los trabajos clandestinos, que la completa.

Fue teniente de alcalde del Ayuntamiento de Bilbao, diputado de las constituyentes republ¨ªcanas y desde 1932 director de El Socialista. Ministro de Gobernaci¨®n en el primer Gobierno de Negr¨ªn y secretario general del Ministerio de Defensa en el siguiente. En el enfrentamiento entre Negr¨ªn y Prieto fue el hombre bisagra, sin conseguir que ambos l¨ªderes l¨ªmaran sus diferencias. Antes de ser detenido por la Gestapo en Par¨ªs hab¨ªa concluido una de las memorias m¨¢s ecu¨¢nimes sobre la contienda, Guerra y vicisitudes de los espa?oles. Testimonio de su entereza durante el proceso, dio, entre otros, Rivas Cherif y de que afront¨® su muerte "corno ap¨®stol" el saderdote F¨¦lix Garc¨ªa, que lo atendi¨® en los ¨²ltimos momentos.