La trama negra de El Salvador
Los testigos contra los 'escuadrones de la muerte' se ocultan en EE UU
Si C¨¦sar Vielman Joya Mart¨ªnez vuelve a El Salvador, ser¨¢ asesinado. Lo mismo ocurrir¨¢, probablemente, con Luc¨ªa Cerna. Ambos saben demasiado sobre los cr¨ªmenes de los escuadrones de la muerte salvadore?os. ?l perteneci¨® a los escuadrones y desert¨® por sentirse amenazado; ella fue testigo de la matanza de jesuitas en la Universidad Centroamericana de San Salvador, hace un a?o. Ambos se refugiaron en Estados Unidos.
No se trata de otra historia sobre los guerrilleros salvadore?os que se enfrentan a los escuadrones de la muerte del Ej¨¦rcito de su pa¨ªs. Luc¨ªa Cerna es una empleada dom¨¦stica y Joya Mart¨ªnez estaba adscrito al Ej¨¦rcito de El Salvador. En realidad, era un miembro muy activo de un escuadr¨®n de la muerte. Su nombre de guerra era Alex. Tiene 28 a?os y lo sabe todo sobre los m¨¦todos para obligar a la gente a hablan. No se march¨® de El Salvador disgustado con su trabajo. Es sincero cuando habla de su funci¨®n en el escuadr¨®n de la muerte. "Estaba all¨ª por dinero; no es que no fuera patriota", dice. "Estaba all¨ª porque necesitaba vivir".Joya Mart¨ªnez es un fugitivo porque el a?o pasado tuvo la mala suerte de participar en un escuadr¨®n que cometi¨® una chapuza en su misi¨®n. A los oficiales del Ej¨¦rcito salvadore?o no les gusta que sus escuadrones de la muerte confundan las cosas. Es poco profesional y, adem¨¢s, crea problemas. Un miembro del escuadr¨®n fue asesinado, y Joya Mart¨ªnez temi¨® que ser¨ªa el siguiente. Desert¨®, y en julio del a?o pasado entr¨® en Estados Unidos ilegalmente. Para evitar ser devuelto a su pa¨ªs decidi¨® provocar un esc¨¢ndalo: dir¨ªa todo lo que sab¨ªa. Habl¨® M apoyo que el presidente ultraderechista Alfredo Cristiani dio a los escuadrones de la muerte cuando result¨® elegido el a?o pasado, a pesar de que intentaba presentarse como un moderado.
Conexi¨®n norteamericana
Joya Mart¨ªnez fue m¨¢s lejos al dar todo lujo de detalles sobre la implicaci¨®n de los Gobiernos norteamericanos en los escuadrones de la muerte, cuyo origen procede directamente del apoyo incondicional de Estados Unidos al Ej¨¦rcito de El Salvador. Esta implicaci¨®n era un secreto a voces en El Salvador, pero nunca hab¨ªa quedado demostrada fuera del pa¨ªs. Como miembro de un escuadr¨®n de la muerte, Joya Mart¨ªnez trabajaba diariamente con personal militar de EE UU. Cuando su escuadr¨®n necesitaba dinero, ellos lo proporcionaban.
Despu¨¦s de hablar en diversas conferencias de prensa, Joya Mart¨ªnez fue invitado por miembros del Congreso norteamericano, a quienes present¨® sus pruebas durante varios d¨ªas, hasta el 13 de noviembre del a?o pasado en el Capitolio. Tres d¨ªas despu¨¦s, un escuadr¨®n de la muerte del Ej¨¦rcito entr¨® de nuevo en acci¨®n en la Universidad Centroamericana de San Salvador.
A trav¨¦s del testimonio de Joya Mart¨ªnez, el Congreso norteamericano ya hab¨ªa sido alertado de lo que podr¨ªa ocurrir. Hacia las dos de la ma?ana del 16 de noviembre, Julia Ramos y su hija Celina, de 15 a?os, que trabajaban corno empleadas del hogar, fueron asesinadas por el escuadr¨®n de la muerte, junto a seis jesuitas, entre ellos Ignacio Ellacur¨ªa, una figura clave en la b¨²squeda de una soluci¨®n negociada para acabar con 11 a?os de guerra civil en El Salvador.
El Ej¨¦rcito salvadore?o ignoraba que hubo un testigo del asesinato. El d¨ªa anterior, Luc¨ªa Barrera de Cerna, su marido Jorge y su hija Geraldina, de cuatro a?os, se hab¨ªan refugiado en la universidad gracias a la ayuda del padre Ignacio Mart¨ªn-Baro. Cuando empezaron los disparos, Luc¨ªa se asom¨® a la ventaria. Oy¨® las ¨²ltimas palabras de Mart¨ªn-Baro: "?Esto es una injusticial ?Es abominable!".
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