La recesi¨®n llega al Reino Unido
El ministro Major admite la crisis anunciada por la patronal
John Major, responsable de la econom¨ªa brit¨¢nica, ya ha pronunciado, por fin, la palabra maldita: recesi¨®n. Hasta minutos antes de que el ministro de Hacienda rompiera el tab¨², la idea oficial, era que esa palabra ten¨ªa connotaciones peligrosas e incitadoras al p¨¢nico. La "modesta recesi¨®n de la segunda mitad de este a?o", dice Major, no ser¨¢ ni profunda ni larga, y para mediados del a?o entrante la econom¨ªa estar¨¢ saliendo del bache.
Las palabras del ministro vienen a confirmar lo que la patronal, las c¨¢maras de comercio y los distintos gabinetes de prospecti va del Reino Unido vienen diciendo desde hace semanas, aun que con diferencias de matiz. Para la Confederaci¨®n de la Industria Brit¨¢nica (CBI, patronal), la recesi¨®n es seria, para las c¨¢maras de comercio es severa y para la City es ligera. Estos ¨²lti mos analistas, sin embargo, se guardan las espaldas y miran ha cia el Golfo.La ¨²ltima voz en unirse al coro de las lamentaciones es la del Consorcio de Minoristas, que al amparo de la ca¨ªda del 1,1% del volumen de ventas dice: "Basta mirar a los comercios para tener pruebas de que esta mos en recesi¨®n y que hay que re bajar los tipos de inter¨¦s".
Major no ment¨® expl¨ªcita mente la recesi¨®n al presentar la pasada semana el presupuesto para el pr¨®ximo a?o fiscal, pero sus proyecciones eran puramente descriptivas de una econom¨ªa en retirada. Este a?o la econo m¨ªa va a crecer un 1%, y el ejercicio pr¨®ximo s¨®lo registrar¨¢ un crecimiento interanual del 0,5%, y gracias a que en la segunda mitad del a?o se confia en que todo el sistema avance un 2%.
La CBI est¨¢ deprimida ante las perspectivas, y al plantear sus miembros si son m¨¢s o menos optimistas ante la situaci¨®n econ¨®mica general del pa¨ªs de lo que cran hace cuatro meses se ha encontrado con que ante el sonriente 6% se levanta una masa de ce?o fruncido que alcanza al 53% de los industriales. Un d¨¦ficit del 47%, que no se recordaba desde el tenebroso 1980 en el que se fragu¨® una crisis que, por lo que al empleo se refiere, tard¨® siete a?os en superarse.
Ca¨ªda del empleo
Empresarios y analistas han confrontado la presente situaci¨®n con la de hace una d¨¦cada y han cocluido que los paralelismos no van m¨¢s all¨¢ de una ligera siinilitud. La CBI pronostica que en los tres pr¨®ximos meses van a perderse unos 30.000 empleos, mientras que en el ¨²ltimo trimestre de 1980 se perdieron m¨¢s de 10.000 semanalmente.[Seg¨²n los datos oficiales revelados ayer, el desempleo en el Reino Unido rompi¨® en octubre la. barrera sicol¨®gica de 1,7 millones al alcanzar a 1.702.700 personas, y sufri¨® el mayor incremento desde marzo de 1986.]
Hace una d¨¦cada la crisis fue provocada por una imprescindible readaptaci¨®n de un sistema productivo anquilosado, mientras que la presente deriva de los excesos consumistas provocados por un boom artificialmente inducido con vistas electorales hace casi cuatro a?os y reforzado luego por medidas destinadas a hacer frente a la amenaza de colapso provocada por el crash burs¨¢til de 1987. La crisis estall¨® a mediados de este a?o, pero su origen se encuentra en el colapso del mercado inmobiliario del verano de 1988. Al empantanamiento de la vivienda sigui¨® el de los productos dom¨¦sticos, que precedi¨® al del sector automovil¨ªstico. De ah¨ª al estancamiento de la industria mec¨¢nica en general no hubo m¨¢s que un paso, que se dio. Este forzado enfriamiento econ¨®mico -auspiciado por unos altos tipos de inter¨¦s sin precedentes en su cantidad (15%) y en el tiempo (un a?o)- llega ahora a un punto cr¨ªtico y se encuentra con que las econom¨ªas de otros pa¨ªses tambi¨¦n est¨¢n en periodo recesivo, con que los bancos no est¨¢n dispuestos a financiar proyectos y con que hay pocas perspectivas de que vayan a bajar m¨¢s los tipos de inter¨¦s.
La plena integraci¨®n de la libra en el Sistema Monetario Europeo (SME) elimina el viejo recurso a la depreciaci¨®n de la divisa para competir en el exterior y deja a la moneda estructuralmente expuesta a los tipos de inter¨¦s que rigen en Alemania, donde las tensiones inflacionistas generadas por el esfuerzo que requiere la regeneraci¨®n econ¨®mica del este del pa¨ªs amenazan con llevar al alza los tipos de inter¨¦s.
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