Felicidades

Recibes en el correo varias felicitaciones inesperadas por algo que para ti carece de inter¨¦s tanto como de m¨¦rito: el cumplea?os. Se ve que es una moda esto de que las grandes empresas, aquejadas de indiferencia y amnesia colectiva, rescaten a sus asalariados del anonimato gracias a la memoria electr¨®nica del ordenador.Lo primero que esperas al abrir una de estas cartas, fechada el mismo d¨ªa del aniversario de tu nacimiento, es que pueda tratarse de alguna excepcional noticia. Tal vez, piensas buscando la luz, te comunican el aumento de sueldo o un ascenso en el escalaf¨®n. Pero no. Lo que te ofrecen es s¨®lo un recuerdo efusivo: "Un a?o m¨¢s tenemos la satisfacci¨®n de dirigirnos a ti para enviarte un abrazo de todos en el d¨ªa de tu cumplea?os", dice el escrito, que firma el jefe de un departamento a quien el destinatario ni siquiera tiene el gusto de conocer. Te preguntas: ?qui¨¦nes son todos los que me abrazan? ?El citado jefe rodeado de su familia? ?Ese mismo Se?or y los subordinados de su planta? ?La empresa entera encabezada por el Consejo de Administraci¨®n?

M¨¢s exultante y conmovedora a¨²n es la misiva de los concesionanios de la marca del autom¨®vil que adquiriste hace tiempo, sin que entonces lograras, a pesar de tu insistencia, que ni siquiera te regalaran las alfombrillas delanteras, pero ahora aquello est¨¢ olvidado y te dicen, entre otras zarandajas: "Queremos hacerle part¨ªcipe de nuestro efusivo recuerdo y mejores deseos de felicidad en el d¨ªa de su inolvidable cumplea?os, que esperamos celebre en la dicha del hogar". Tambi¨¦n te dan un fort¨ªsimo abrazo, que sin duda repetir¨¢n dentro de 12 meses, incluso si te la has pegado de morros contra un cami¨®n.

Sin embargo, la mejor carta es la del banco que recuerda el aniversario de la apertura de la cuenta corriente. Rasgas el sobre y se dispara un microprocesador musical con la murga del Happy birthday to you en vez de darte aquel cr¨¦dito que les hab¨ªas pedido hace meses.