Instrumento para el futuro
LA ELECCI?N el pasado domingo de 70 parlamentarios que integrar¨¢n una nueva Asamblea Constituyente de Colombia es una buena noticia. Como ha afirmado el presidente C¨¦sar Gaviria, la Asamblea es un "instrumento de conciliaci¨®n" nacional, ¨²nica v¨ªa que queda ya abierta para que la ciudadan¨ªa colombiana alcance la paz y la libertad que lleva d¨¦cadas mereciendo. A partir de febrero, la Asamblea intentar¨¢ en sus seis meses de sesiones modificar la estructura del Estado, la distribuci¨®n de poderes y el equilibrio entre los mismos, encarrilando los tres problemas que han retrasado el progreso pac¨ªfico de Colombia: el azote del narcotr¨¢fico, el descontrol del Ej¨¦rcito y el desarrollo econ¨®mico desequilibrado.Las actividades del todopoderoso narcotr¨¢fico, orientadas m¨¢s a consolidar su impunidad que a incrementar sus beneficios, explican por qu¨¦, hasta ahora, lo ¨²nico que han temido es la extradici¨®n a EE UU. Se han defendido de ella con u?as y dientes, y, consiguientemente, las actividades de los jefes mafiosos han sido siempre desestabilizadoras para la democracia colombiana. Han pasado del ofrecimiento de hacerse cargo de la deuda exterior de Colombia, si se les dejaba en paz, hasta la casi imposici¨®n de un refer¨¦ndum -naturalmente ama?ado por la coacci¨®n- sobre si val¨ªa la pena que el Gobierno abandonara la pol¨ªtica de extradiciones a cambio de obtener el cese de la violencia. Ceder a las narcopropuestas, con lo que ello implicar¨ªa de enmascaramiento del problema de fondo, habr¨ªa sido un flaco servicio a la democracia, sobre todo considerando que las iniciativas de aqu¨¦llos se han apoyado en ejecuciones por pistoleros, atentados y secuestros de personalidades p¨²blicas.
En el otro platillo de la balanza, las actividades incontroladas del Ej¨¦rcito, apoyado en la extrema derecha, han contribuido, al menos tanto como el narcotr¨¢fico, a desestabilizar la democracia colombiana. No s¨®lo sus m¨¦todos, sino su selecci¨®n de v¨ªctimas (y la selecci¨®n paralela hecha por las bandas paramilitares al servicio de los ganaderos y latifundistas) han contribuido a dificultar la concordia nacional. Baste recordar su salvaje actitud para con los terroristas arrepentidos y reinsertados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC) o del M-19. Nada de esto ocurrir¨ªa realmente si la econom¨ªa colombiana hubiera conseguido sustraerse a los males end¨¦micos del subdesarrollo latinoamericano.
La votaci¨®n del domingo ha servido para elegir la Asamblea Constituyente prevista en la s¨¦ptima papeleta de los comicios municipales del pasado marzo. Al inclinarse por ella, los colombianos optaban entonces por un nuevo esfuerzo de pacificaci¨®n. Ahora, la importancia de la abstenci¨®n (70%) disminuye el peso espec¨ªfico e influencia de la voluntad de una parte de la ciudadan¨ªa por cambiar su vida pol¨ªtica. Tambi¨¦n resta eficacia al refer¨¦ndum la inconcreci¨®n de los programas de reforma constitucional con que cada grupo pol¨ªtico acud¨ªa a la consulta. Pero, con o sin concreci¨®n, se dir¨ªa que, para los colombianos, todo debe ser reformado. No andan descaminados.
Lo m¨¢s significativo del refer¨¦ndum no reside en el tama?o del censo ni en si el retraimiento de los electores se debi¨® al miedo o a la indiferencia, sino en qui¨¦nes han resultado elegidos. Al haber sido legalmente excluidos de la elecci¨®n tanto los parlamentarios como los cargos p¨²blicos -lo que ha sido la mejor garant¨ªa de objetividad obligada-, 19 de los 70 esca?os han ido a parar al antiguo grupo guerrillero M-19. Que hayan ganado pese a la ejecuci¨®n en la primavera pasada de su l¨ªder y candidato presidencial, Carlos Pizarro (que sumaba as¨ª su muerte a la del l¨ªder del brazo pol¨ªtico de las FARC, Bernardo Jaramillo), indica claramente la preferencia de los colombianos por una alternativa que nada tiene que ver con la estructura de poder actual. Que tambi¨¦n haya obtenido resultados positivos (unos 11 esca?os) la lista encabezada por el conservador ?lvaro G¨®mez, un antiguo secuestrado del M-19, es-asimismo revelador del deseo de una reforma lograda sobre la concordia previa de los actores reales del drama colombiano.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.