Las dos almas del Partido Socialista
Decir que el 32? Congreso del PSOE ha concluido sin sorpresas, como preve¨ªamos, no es ejercer el ventajismo de los diagn¨®sticos a toro pasado. Pronosticar que nada relevante iba a suceder -salvo que a la normalidad se le quiera dar relevancia, que en casos de rigor tambi¨¦n cabe- s¨®lo requer¨ªa dejarse llevar por la l¨®gica del sentido com¨²n.Felipe Gonz¨¢lez ha reafirmado la pol¨ªtica del liberalismo econ¨®mico ("el mayor esfuerzo de liberalizaci¨®n econ¨®mica que ha habido en nuestro pa¨ªs") que tan considerables ¨¦xitos le ha proporcionado, y ha dado las gracias al aparato del partido, fruto de cuya cohesi¨®n, disciplina y trabajo son tres sonadas victorias electora les y un apoyo incondicional a su l¨ªnea aut¨®noma de gobierno A Solchaga y a Guerra, a cada cual lo suyo.
Los criterios de la pol¨ªtica econ¨®mica seguir¨¢n siendo los mismos, con Solchaga de ejecutor a buen seguro. Y Guerra continuar¨¢ dirigiendo efectiva mente el partido con una ejecutiva tan compacta y sin fisuras como la anterior; anal¨ªcense, si no, las significativ¨ªsimas incorporaciones de Chaves, Bono Saavedra... Jos¨¦ Mar¨ªa Benegas, que result¨® ser el mu?idor del nuevo equipo directivo, en el momento ¨¢lgido del congreso envi¨® el siguiente aviso para navegantes despistados: "Pero, eso s¨ª, que no nos pidan que eliminemos ninguna de nuestras herencias, que desequilibremos nuestro proyecto a favor de alguna sensibilidad particular" (EL PA?S, 9 de noviembre de 1990).
Sin embargo, Felipe Gonz¨¢lez ha optado enf¨¢ticamente por la renovaci¨®n en un p¨¢rrafo inequ¨ªvoco: ."El partido tiene que continuar siendo flexible, tiene que abrir sus filas para representar a la mayor¨ªa de la sociedad. Este partido no se puede dormir en los laureles. Tambi¨¦n se puede morir de ¨¦xito. Hemos de trabajar por un proyecto que necesita renovarse" (el subrayado es m¨ªo).
Alfonso Guerra, ha contesta do a la prensa que este p¨¢rrafo no necesita traducci¨®n, pues est¨¢ dicho en el espa?ol que todos entendemos. Y as¨ª es: renovarse o morir. No obstante, alguna hermen¨¦utica al sentido de "morir de ¨¦xito" -m¨¢s all¨¢ del directamente provenido del "dormirse en los laureles"- se me antoja que es procedente ?Un partido que va de ¨¦xito en ¨¦xito puede morir, aunque no se duerma en los laureles? Mi respuesta es que s¨ª, aunque la explicaci¨®n sea m¨¢s difi¨ªcil de articular que si se tratase de aquello de "caminar de derrota en derrota hasta la victoria final", al decir de Groucho Marx.
?Existen sensibilidades, culturas, herencias... diferentes en el PSOE? Como las meigas, no existen, pero haberlas, haylas.
Ingredientes
Fundamentalismo, esp¨ªritu jacobino, resentimiento de clase, despecho hacia las ¨¦lites acad¨¦micas, obrerismo como referente, agresividad verbal-radical, autoridad y ¨¦tica leninista, ascetismo ejemplarizante, religiosidad hacia el partido, aparatismo oligarqu¨ªzante, intervencionismo estatalista, sentido por lo social-concreto, populismo... Acto seguido, introd¨²zcanse estos otros ingredientes opuestos: competencia como credencial, liberalidad, desprecio a la mediocridad, autosuficiencia acad¨¦mica, interclasismo, distanciamiento expresivo, autoridad racional y formalismo moral, actitud hedonista ante la vida, reluctancia al aparato, reivindicaci¨®n de las "personalidades de reconocido prestigio", liberalismo a favor de la sociedad civil, transmoralidad tecnocr¨¢tica, racionalismo... Ag¨ªtese, d¨¦jese reposar y m¨ªrese al trasluz: la constelaci¨®n socialdem¨®crata (personificada en el guerrismo) y la constelaci¨®n liberal (personificada en los defensores del formalismo aperturista) se ver¨¢n dibujadas inequ¨ªvocamente en escorzo. Son las dos almas del PSOE. Las dos almas de la organizaci¨®n que en ocasiones ocupan un mismo cuerpo individual. Por ejemplo: Leguina, ?qu¨¦ es? Un h¨ªbrido que lleva la camiseta de un equipo y el pantal¨®n del contrario, y de ah¨ª sus problemas con la organizaci¨®n. En fin, estas almas tienen una textura que acaso se compadezca mejor con el formalismo de los modelos cient¨ªficos que con la inmaterialidad de los propios esp¨ªritus. El caso es que funcionan.
Para el actual ala liberal-reformista del PSOE la primac¨ªa de lo econ¨®mico es indiscutible. Primero es el crecimiento econ¨®mico y despu¨¦s la distribuci¨®n. La pobreza no genera r? parto. La l¨®gica de las cosas es as¨ª, aunque la verbalizaci¨®n se suavice afirmando el car¨¢cter instrumental de lo econ¨®mico... Consecuencia de esta jerarqu¨ªa de facto ha sido que, mientras sacar al pa¨ªs de la de presi¨®n econ¨®mica era lo fundamental entre los a?os 1983-1987, el lenguaje b¨¢sico del partido se haya visto drenado dr¨¢sticamente de su sem¨¢ntica esencial, sustituido por el l¨¦xico duro de un economicismo tecnocr¨¢tico sin paliativos.
Oferta program¨¢tica
En segundo lugar se propugna un mercado libre con las m¨ªnimas intervenciones para una producci¨®n econ¨®mica eficiente, y, correlativamente, en la esfera de lo pol¨ªtico se exige al partido que se abra y se haga m¨¢s flexible para comunicar fluidamente con la sociedad y recoger de ella las demandas que transmitir al Gobierno (por eso se pide que todas las sensibilidades est¨¦n representadas en la ejecutiva). En todo caso, en el mercado electoral la ley de la oferta y la demanda determinar¨¢ la oferta program¨¢tica del partido. Lo que la mayor¨ªa quiera (no importa por qui¨¦n est¨¦ integrada) ha de figurar en los programas, si se quiere ganar para gobernar, que acaba siendo lo mismo que gobernar para ganar.
Contrariamente, lo pol¨ªtico ocupa lugar preferente en el alma socialdem¨®crata. La actividad econ¨®mica se subordina al objetivo igualdad. El lenguaje trata de conservar la sem¨¢ntica social y se resiste a perder la referencia a los valores de una cultura anticapitalista. Se acepta el mercado como instrumento, pero controlado democr¨¢ticamente para evitar las lacras m¨¢s sangrantes de unas externalidades producidas por su ceguera social. En nombre del inter¨¦s general se reclaman pol¨ªticas activas en educaci¨®n, sanidad, prestaciones sociales, transportes, servicios p¨²blicos e infraestructuras.
En este caso, el partido sale al mercado electoral con un a prior? de principios program¨¢ticos para pactar con los sectores sociales dispuestos a integrarse en un proyecto de progreso superador de las desigualdades e injusticias.
En palabras de Victoria Camps, "el socialismo actual viene a decir: aceptemos la econom¨ªa capitalista como un mal necesario e inevitable, y tratemos de compensarlo con un buen ordenamiento democr¨¢tico. La democracia nos salvar¨¢ si se cumplen y van mejorando las reglas del juego: un buen procedimiento no puede dar malos resultados". ?Se entiende ahora por qu¨¦ los liberales del PSOE en la fase precongresual han llevado el debate al plano formal insistiendo en la apertura del aparato y en la necesidad de flexibilizar sus canales para mejorar la comunicaci¨®n sociedad-partido-Gobierno? Si se conf¨ªa en el libre juego de las fuerzas naturales de la sociedad, al partido le basta con ser lo suficientemente permeable para captar las demandas y aspiraciones de la mayor¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.