El llanto del quetzal
Cuando aparece una noticia en los peri¨®dicos referida a ese peque?o, hermoso e ignorado pais de Guatemala, suele tratarse de un hecho triste y sangriento. La violencia es moneda com¨²n en aquellas tierras, tanto lo es que el Gobierno de Guatemala, presidido todav¨ªa por Vinicio Cerezo, hace transacci¨®n y paga continuamente con ella.Hace unos meses estuve en el pueblo de Santiago de Atitl¨¢n comprobando la miserable e indignante situaci¨®n de sus gentes, que tampoco difiere a la del resto del pa¨ªs. La amabilidad, hospitalidad y la inocencia de los ind¨ªgenas pude sentirla en cuantas conversaciones mantuve con ellos, as¨ª como el temor que inspiraba el Ej¨¦rcito en su continuo patrullar y atropellar por los pueblos que bordean el lago de Atifi¨¢n.
Hablar de los derechos humanos en determinados pa¨ªses de Centroam¨¦rica es una raz¨®n suficiente para convertirse en desaparecido.
Continuaremos en Espa?a haciendo ret¨®rica sobre el V Centenario, gastando en espectacularidad importantes sumas de pesetas -pues se trata de crear imagen-, y aquellos que tuvieron la desdicha de nacer en Guatemala, de ser ind¨ªgenas y pobres, no podr¨¢n estar en la fiesta, pues carecen de padrino, y bastante suerte la suya si sobreviven al dram¨¢tico torbellino de violencia y Inuerte que les rodea.
Se?or Y¨¢?ez, acu¨¦rdese tambi¨¦n de ellos- .
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