Un sacerdote cat¨®lico es el principal favorito a la presidencia de Hait¨ª
Jean-Bertrand Ar¨ªstide, un sacerdote cat¨®lico suspendido por el Vaticano y sentenciado a muerte por los seguidores del ex dictador Duvalier, que le acusan de comunista, es el favorito para la victoria en las elecciones presidenciales que ma?ana se celebrar¨¢n en Hait¨ª, las primeras realmente democr¨¢ticas desde que este pa¨ªs alcanz¨® la independencia. Este candidato ofrece a los electores un mensaje populista y progresista.
Jean Bertrand Ar¨ªstide, un cura sin p¨²lpito de 37 a?os de edad al que los salesianos expulsaron de la orden en 1988, se ha convertido en la gran esperanza de justicia para los votantes del pa¨ªs m¨¢s pobre de Am¨¦rica Latina. Por las mismas razones, Ar¨ªstide, un pol¨ªtico con una tradici¨®n de lucha contra la dictadura, es tambi¨¦n el blanco de la c¨®lera de los antiguos tontons macoute duvalieristas, cuyo jefe, Roger Lafontant, ha advertido que "algo malo puede pasar en los pr¨®ximos d¨ªas"."Haremos todo lo posible para evitar ese peligro", dijo el dirigente ultraderechista al referirse a Ar¨ªstide, "porque no podemos consentir que el pa¨ªs caiga en las manos del comunismo".
Lafontant encabezaba una de las "listas que fueron descalificadas por el consejo electoral para participar en estos comicios" de los que ha quedado apartado igualmente el ex presidente Leslie Manigat. El consejo electoral se ha convertido en un elemento decisivo de independencia para hacer democr¨¢tico el proceso electoral dirigido por la presidenta provisional, Ertha Pascal, quien enfrenta un recurso de los partidos descartados contra la constitucionalidad del m¨¢ximo ¨®rgano rector de estos comicios.
La limpieza electoral ser¨¢, adem¨¢s, protegida por m¨¢s de 2.000 observadores internacionales de la ONU, la OEA y el ex presidente James Carter, quienes, siguiendo el modelo implantado en Nicaragua, intentar¨¢n que no se le arrebate a Ar¨ªstide un eventual triunfo en la primera vuelta.
Los asesores de Ar¨ªstide temen que en muchas zonas del pa¨ªs que quedan fuera del control de los observadores, el fraude perjudicar¨¢ las aspiraciones de su l¨ªder, quien, si tiene que pasar a la segunda vuelta, prevista para el pr¨®ximo mes de enero, deber¨¢ enfrentarse a todas las dem¨¢s fuerzas pol¨ªticas reunidas.
El principal contrincante del sacerdote es el economista Marc Bazin, de 59 a?os de edad, centrista y moderado, que form¨® parte del ¨²ltimo Gobierno de Duvalier, a quien termin¨® enfrent¨¢ndose por discrepancias sobre la reforma financiera.
Bazin es conocido en ambientes econ¨®micos hait¨ªanos como Don Limpio, por su fama de correcto y eficaz administrador, pero no ha conseguido durante su campa?a compensar el enorme arrastre del cura que estuvo a punto de perder la vida el 11 de septiembre de 1988 en la matanza perpetrada por elementos duvalieristas en la iglesia de San Juan Bosco.
Violencia institucional
El pasado 5 de diciembre fue atacado un acto electoral de Ar¨ªstide y siete personas resultaron muertas. Ar¨ªstide acus¨® a los tontons macoute del atentado y declar¨® que nadie le apartar¨ªa "del camino de la verdadera iglesia del pueblo de Dios". "Nos persiguen y nos matan", dijo, "porque seguimos haciendo solidaridad de verdad con los pobres".La victoria de Ar¨ªstide ser¨ªa el cambio m¨¢s profundo ocurrido en Hait¨ª desde el fin de la dinast¨ªa Duvalier en 1986. El sacerdote expulsado deber¨¢ vencer la resistencia de las Fuerzas Armadas, pese a que, institucionalmente, parecen por primera vez dispuestas a respetar el resultado de las urnas.
La c¨²pula militar, aparentemente fiel a la presidenta, no tiene aqu¨ª, seg¨²n advierten observadores, capacidad para controlar los movimientos de las distintas unidades o de los diferentes oficiales y suboficiales, que podr¨ªan en cualquier momento intentar acciones contra una victoria de Ar¨ªstide.
El sacerdote cat¨®lico ha anunciado que, adem¨¢s de acabar con los tontons macoute, investigar¨¢ y sancionar¨¢ los m¨²ltiples atentados contra los derechos humanos, venganzas y matanzas que se cometen diariamente en el pa¨ªs.
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