El crimen de la holandesa coqueta
La muerte de una empleada de la Embajada de los Pa¨ªses Bajos, sin aclarar seis a?os despu¨¦s
?Qu¨¦ mano empu?aba el martillo que destroz¨® la cabeza a Marina de Pree? ?Lo hizo un esp¨ªa, un amante, un vecino? ?Cu¨¢l fue el m¨®vil del crimen? ?Qu¨¦ hab¨ªa hecho para despertar los odios del asesino? ?Sab¨ªa algo que no deb¨ªa saber? ?C¨®mo entr¨® y sali¨® el homicida de la casa sin dejar rastro? La polic¨ªa no ha logrado contestar a este c¨²mulo de interrogantes seis a?os despu¨¦s de la muerte de esta mujer, secretaria de la Embajada de Holanda en Madrid. Un caso empolvado por el tiempo, con todos los ingredientes para una novela negra.
Marina Hillegonda de Pree ten¨ªa 36 a?os cuando fue asesinada en su chal¨¦ de la calle del Valle de Laciana, en la urbanizaci¨®n madrile?a de Mirasierra. Fue hallada sobre la una de la tarde del lunes 27 de febrero de 1984, recostada en un sill¨®n, frente a un televisor que segu¨ªa encendido. Vest¨ªa un pantal¨®n azul de ballet, una camisa clara y unas zapatillas caseras. A sus pies estaba el Hola que le¨ªa cuando el agresor la golpe¨® a traici¨®n con un martillo hasta hacerle un agujero en el cr¨¢neo. Y ella cay¨® como fulminada por un zarpazo brutal.La holandesa fue hallada sin vida despu¨¦s de que su jefe, el agregado agr¨ªcola de la Embalada, telefonease a su esposa, Johana Gessine Brugginks, y le pidiese que se acercara a comprobar por qu¨¦ Marina no hab¨ªa acudido aquel d¨ªa a su puesto de trabajo. Johana y un vecino que ten¨ªa un duplicado de las llaves del chal¨¦ descubrieron horrorizados el motivo de su falta laboral: le era imposible ir al trabajo por la sencilla raz¨®n de que hab¨ªa causado baja en el mundo de los vivos.
El m¨¦dico forense pens¨® inicialmente que la atractiva secretaria hab¨ªa sido asesinada mediante un certero disparo de pistola. Pero los posteriores estudios t¨¦cnicos arrojaron una primera sorpresa: el arma asesina hab¨ªa sido un martillo de chapista con base cuadrangular y lados redondeados.
El Grupo de Homicidios de la Brigada Judicial descart¨® que el robo fuese el m¨®vil del crimen. Marina ten¨ªa en su casa una detallada relaci¨®n de todos y cada uno de los objetos que guardaba en la misma y, seg¨²n esa lista, no faltaba nada. Adem¨¢s, la vivienda era un aut¨¦ntico fort¨ªn de ventanas enrejadas, ninguna de las cuales hab¨ªa sido forzada. "Era muy miedosa y siempre ten¨ªa atrancadas con cerrojos las dos puertas de entrada a la casa", dijeron sus amistades.
De Pree, soltera, natural de la ciudad holandesa de 3ilthoven, resid¨ªa en Espa?a desde hac¨ªa cinco a?os. Era una mujer coqueta, bastante atractiva, capaz de despertar pasiones entre los hombres. En su agenda ten¨ªa fichados a decenas de varones. Todos ellos fueron investigados y sometidos a interrogatorio.
La secretaria sent¨ªa una enorme afici¨®n por el deporte del esqu¨ª. Tanto que el mismo d¨ªa de su muerte hab¨ªa preparado su equipo porque ten¨ªa previsto partir horas despu¨¦s hacia los Alpes, acompa?ada de un amigo polaco. Sus vecinos no la echaron en falta durante el fin de semana que precedi¨® al hallazgo del cad¨¢ver porque pensaron que estaba en uno de sus frecuentes viajes a la nieve.
Lo que m¨¢s extra?¨® a sus amigos es que una mujer tan coqueta como Marina pudiera estar sin vestir adecuadamente. Seg¨²n esos mismos testimonios, resultaba dif¨ªcil de creer que pudiese estar en zapatillas y con ropa de andar por casa. "No estaba as¨ª ni siquiera con un amigo de su total confianza", declar¨® uno de ellos. Y, sin embargo, debi¨® de ser as¨ª. Porque de otro modo resulta imposible de explicar que su asesino pudiera atacarla a traici¨®n.
La autopsia permiti¨® descubrir en el est¨®mago de la v¨ªctima frutas y yogur sin digerir. Estos alimentos eran los que habitualmente cenaba Marina, lo que indica que la muerte le sorprendi¨® poco despu¨¦s de haberlos ingerido. Sin duda, debi¨® ser asesinada en la noche del viernes 24 de febrero, horas despu¨¦s de haber abandonado su trabajo en la Embajada, de donde sali¨® ese mismo d¨ªa sobre las cinco de la tarde.
Anticonceptivos
Los inspectores encargados del caso encontraron en el dormitono una caja de p¨ªldoras anticonceptivas Microgynon. Marina no tom¨® el comprimido correspondiente al d¨ªa 24, lo que confirma que fue asesinada poco despu¨¦s de llegar al chal¨¦.Una de las dos camas existentes en el dormitorio estaba abierta y sobre ella hab¨ªa unos calcetines blancos deportivos y un camis¨®n. Todo estaba tal como la "met¨®dica, meticulosa y ordenada" Marina le ten¨ªa ordenado a su sirvienta. Todo normal.
Los hombres del Grupo de Homicidios se volcaron en las investigaciones del crimen. Tomaron declaraci¨®n a decenas de amigos, vecinos y conocidos de Marina de Pree. Vigilaron a varias personas, confeccionaron el retrato robot de un sospechoso e incluso no rechazaron las indicaciones de una vidente. Los pol¨ªc¨ªas estudiaron todas las hip¨®tesis: desde que el asesinato pudiera estar relacionado con el espionaje hasta que fuese un asunto pasional. Sin embargo, las averiguaciones no llegaron a desenmascarar al criminal. El caso sigue pendiente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.