Cuentos de Navidad

"Quiero deciros que sois ahora mismo lo mejor del pa¨ªs. Esto no me lo ha soplado nadie, que yo no soy tonta para decir esto", dijo con emoci¨®n navide?a Marta S¨¢nchez a la tripulaci¨®n de la fragata Numancia, atracada en el puerto de Abu Dabi (Emiratos Arabes Unidos). Con el pelo rubio te?ido y alisado, recogida en un traje negro ce?ido hasta los tobillos, intentaba encantar a unos marineros que no hab¨ªan sentido ning¨²n arrebato al verla en el escenario. Sus primeras palabras cantadas, "con s¨®lo una mirada, con s¨®lo una palabra me puedes aliviar", no resultaron prof¨¦ticas para la tropa. Los marineros echaron de menos algo que no estaba en el escenario.

La recepci¨®n inicial del p¨²blico fue tan tibia que la cantante se vio obligada a decir: "Voy a cantar una canci¨®n, que para esto me he puesto este traje... Pero bueno, decidme algo". Marta S¨¢nchez trat¨® de combatir esta distancia -acentuada por la infinidad de c¨¢maras de v¨ªdeo con las que los marineros filmaban la actuaci¨®n- acumulando comentarios bienintencionados.En la cubierta de la fragata se dej¨® sentir la ausencia de varios oficiales y algunos marineros, que hab¨ªan preferido ir a la ciudad, ya que la asistencia al concierto era libre, para hacer compras o tomar copas. Los pocos que estaban de guardia autorizados por sus mandos e levarse cada 20 minutos para seguir el concierto. La fiesta se hizo notar en los servicios de comunicaci¨®n del buque: de los 200 mensajes que se reciben como media cada d¨ªa, la Nochebuena trajo s¨®lamente cinco o seis.

Marta S¨¢nchez se decidido a mostrar los aspectos menos dudosos de su personalidad en la segunda canci¨®n: Te dar¨¦ todo. Se enfund¨® un minivestido de licra multicolor y, consciente de que estaba siendo sometida a un escrutinio no ce?ido a las canciones, pareci¨® recuperar el control de la situaci¨®n.

"Sois guap¨ªsimos"

Entonces se permiti¨® tina confesi¨®n personal: "Nova a ser todo felicidad, tambi¨¦n hay que hacer algo por nuestra gente y vosotros sois m¨¢s que nuestra gente. Y estamos encantados, porque yo no aguanto a mi madre. Me hab¨¦is librado de una buena".

M¨¢s animada, cruz¨® elogios con los marineros, que iban entrando poco a poco en el concierto: "Vosotros tambi¨¦n s¨®is guap¨ªsimos. El sol de aqu¨ª os sienta muy bien". La cantante pidi¨®: "Las c¨¢maras. que tomen a todo el mundo para que las familias vean a todo el mundo". Reconfortados por el comentario y animados por la siguiente. canci¨®n, Una chica ye-ye, los aplausos fueron subiendo de ritrno.

La actuaci¨®n de Marta S¨¢nchez dio paso entonces a la de Ra¨²l S¨¦nder, que ya se liab¨ªa encargado de la presenu.ci¨®n del espect¨¢culo. S¨¦nder comienz¨® su salutaci¨®n con un "bumas noches, marinerazos", que fue traduciendo al catal¨¢n y al gallego.

S¨¦nder se refiri¨® al "inmenso honor" de compartir con los marineros "estas horas de alegr¨ªa, el turr¨®n, el cava, el mazap¨¢n y el mareo que vamos a pillar, porque, digan lo que digan, esto se mueve". A continuaci¨®n rese?¨® humor¨ªsticamente falsos env¨ªos de cartas y objetos por parte de las familias espa?olas a los marineros, para acabar su presentaci¨®n con un "pap¨¢, ven en tren" muy celebrado por el p¨²blico.

En el intermedio, entre las dos fases de la actuaci¨®n de Ol¨¦ Ol¨¦, S¨¦nder se visti¨® de "botella de T¨ªo Pepe", en sus propias palabras, para encarnar a una tonadillera loca y ensartar chistes y gui?os que consiguieron remontar el ¨¢nimo de la mariner¨ªa.

Las chicas del coro

El regreso al escenario de Marta S¨¢nchez, los otros miembros del grupo, Juan Tarodo, Gustavo Montesano y Marcelo Montesano, y la chicas del coro, Patricia Redondo y Anita Espina, cuyas apariencias externas cortaron la respiraci¨®n a los asistentes, dio paso a la canci¨®n m¨¢s esperada del d¨ªa: Soldados del amor.

Marta S¨¢nchez, vestida ahora con una especie de mono de charol de apenas una cuarta de pantal¨®n y algo m¨¢s de escote, envar¨® la voz y dijo: "Esto es para nosotros casi, casi como venir a cantaros un himno, porque yo creo que es casi como un nimno".

"No s¨®lo se la vamos a dedicar a estos chicos espa?oles, sino que es una canci¨®n para todo el mundo que est¨¢ aqu¨ª ahora mismo, para todos los barcos, para todos los soldados, para todos los marinos. Para el del turbante [en presumible referencia a Sadam Husein, el dictador iraqu¨ª]", a?adi¨®.

"Tranquilos, que aqu¨ª no va a pasar nada, que eso lo pido yo, os lo aseguro. Tranquilo todo el mundo en Espa?a que aqu¨ª no se est¨¢ tampoco tan mal", dijo. Como si quisiera persuadir a los marineros, Marta S¨¢nchez enton¨® la canci¨®n, en la que repiti¨® 10 veces el estribillo "soldados sin batallar" y, al acabar la canci¨®n, remat¨® su infusi¨®n de optimismo: "Vamos a estar alegres todo el mundo. Que para eso hemos venido. Que hoy es Noche buena y ma?ana Navidad".

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