"La especulaci¨®n es imprescindible en un sistema capitalista"
"Los grandes problemas de atascos de tr¨¢fico no son m¨¢s que muestra de un mayor bienestar"
Pregunta. Usted dise?¨® el Plan General de Ordenaci¨®n Urban¨ªstica de Madrid de 1985 sobre una perspectiva de crecimiento cero. ?El avance de revisi¨®n de planeamiento preparado recientemente por el Ayuntamiento quiebra con esta idea de que la ciudad ya no crece m¨¢s?Respuesta. Es verdad que la reflexi¨®n del Club de Roma plante¨® un tema in¨¦dito en la cultura del planeamiento. Realmente no era previsible entonces un crecimiento sostenido, que hab¨ªa sido la base de los planes generales para construir un mundo futuro magn¨ªfico de ensanche y desarrollo. Pero se hab¨ªa abandonado la preocupaci¨®n por la ciudad existente y se enfatiz¨® la nueva ciudad a?adida. ?C¨®mo planificar sin crecimiento9 Aunque no haya crecimiento hay cambio. El Plan General de Madrid se asienta en esa cultura de la ciudad existente, como instrumento pol¨ªtico de gobierno de la ciudad sustentado en la legitimidad de quienes lo impulsamos desde la lucha ciudadana y las reivindicaciones de una mejor ciudad y una mayor democracia.
Campos de golf
P. Otros sectores pol¨ªticos y econ¨®micos insisten en que el Plan ha envejecido pronto.
R. Ante la posible miserabilidad o ceguera del Plan General de Madrid de 1985 hay que decir que desde la situaci¨®n econ¨®mica de principios de los ochenta no era previsible un relanzamiento de la econom¨ªa con las tasas de crecimiento que ha habido a partir de 1986. Sin embargo, hay una profec¨ªa cumplida por el Plan: en toda la regi¨®n no se han construido las 25.000 viviendas al a?o previstas, ni en los momentos del boom inmobiliario. En 1985 sobraban en Madrid unos 75.000 metros cuadrados de oficinas. ?Cu¨¢ntos a?os estuvo parada la torre Picasso con una licencia caducada? El Plan previ¨® lo que no era previsible por el crecimiento econ¨®mico, que tambi¨¦n ha desatado una enorme demanda de movilidad y e mejor vivienda. ?Qui¨¦n pensaba hace cuatro a?os en los parques acu¨¢ticos o en los campos e goIf?. No hay que encasillarse en el Plan de 1985, basta con aceptar su bondad sobre reservas de suelo para viviendas de protecci¨®n oficial o la reparcelaci¨®n econ¨®mica, que no han sido aplicadas por falta de voluntad pol¨ªtica. No me averg¨¹enzo de hacerme equivocado por no haber revisto la M-40 si acert¨¦ con la urgencia de mejorar los distritos e la capital.
P. ?Tambi¨¦n hab¨ªa previsto la expulsi¨®n de las capas populares a la periferia?
R. S¨ª, ese tema fue analizado rigurosamente. Por eso reservamos el 70% del suelo urbanizable para viviendas protegidas.
P. El documento preparado por el Ayuntamiento para revisar el Plan General asegura que presenta soluciones imaginativas. ?Qu¨¦ reconoce usted como suyo en la propuesta municipal?
R. El documento hace una lectura pueril del Plan General. Y con mala conciencia, ya que se olvida de lo que no le interesa. Los que hoy plantean este avance progresista se olvidan de que el plan fue muy agresivo contra las pr¨¢cticas de promoci¨®n pura y dura, y arbitr¨® mecanismos de reparto de las cargas urban¨ªsticas. La ret¨®rica de buscar soluciones imaginativas es un camuflaje a las soluciones m¨¢s antiguas que se han inventado en el urbanismo especulativo: calificaci¨®n pura y dura de suelo r¨²stico.
P. ?Con el Plan General en vigor no se ha producido especulaci¨®n urban¨ªstica?
R. En Madrid se ha especulado a pesar del Plan General, que no es un instrumento todopoderoso: s¨®lo es un tablero de juego. Pueden m¨¢s las decisiones sobre pol¨ªtica hipotecaria o desgravaciones fiscales que todos los planes de urbanismo del mundo. Pero no se ha dado un compromiso real con el Plan General, que ten¨ªa instrumentos para haber actuado coercitivamente ante los incumplimientos de los promotores privados. El crecimiento econ¨®mico que se ha dado en estos a?os ha tenido una alt¨ªsima connotaci¨®n de inversiones especulativas en el sector inmobiliario, donde se ha limpiado mucho dinero negro.
Una ciudad din¨¢mica
P. ?Qu¨¦ hicieron entonces los socialistas en el poder auton¨®mico y nacional y en el municipal hasta junio de 1989?
R. Posiblemente todos tengamos la culpa de la especulaci¨®n. Sin embargo, los fen¨®menos especulativos, ciertamente perversos, tienen un saldo positivo, en tanto que suponen la recuperaci¨®n de la vitalidad econ¨®mica de una gran ciudad. Aunque perverso y perseguible, el fen¨®meno especulativo es imprescindible en un sistema capitalista, pero compensa por los beneficios obtenidos. Los grandes atascos no son m¨¢s que la muestra de un mayor bienestar, de una mayor riqueza de los ciudadanos. Recordando el discurso pesimista del crecimiento cero, prefiero enfrentarme con los problemas de una ciudad din¨¢mica, aunque sean muy graves, que con los de una ciudad estancada.
P. Usted siempre habla de difundir la centralidad urban¨ªstica desde la ciudad hacia la periferia. ?Para qu¨¦ una descentralizaci¨®n de Madrid?
R. La aparici¨®n de un Gobierno regional legitimado ha permitido por primera vez entender la regi¨®n como un territorio que requer¨ªa de una direcci¨®n pol¨ªtica. Madrid, desde Felipe II, obedece a una decisi¨®n pol¨ªtica; es una regi¨®n voluntariamente inducida. Tan metr¨®poli es El Escorial como el paseo de la Castellana, los pantanos de la sierra como el Retiro. Pero este tejido metropolitano est¨¢ mal configurado. Hay un n¨²cleo rico donde est¨¢n todos los servicios, mientras la periferia carece de ellos. Nuestro objetivo es que esta riqueza se difunda, llegue a todos los rincones.
P. ?Esta opci¨®n parece que rompe con las leyes del mercado?
R. S¨ª, va contra la ley del mercado, contra las sinergias del mercado. Creo que hay que oponer la lucha por una geograf¨ªa voluntaria frente a un urbanismo espont¨¢neo. En Valencia o el Pa¨ªs Vasco el territorio se ha especializado de manera espont¨¢nea. Pero Madrid es un territorio ¨¢rido, donde lo m¨¢s importante ha sido su configuraci¨®n pol¨ªtica como capital. Todos sus ciudadanos pueden participar del don de vivir en un ¨¢rea metropolitana mediante una doble estrategia: crear nuevos focos de atracci¨®n, como el eje del arroyo Culebro, el parque empresarial de Las Rozas, Tres Cantos, la Universidad Carlos III..., y, al mismo tiempo, acercar a los ciudadanos a los bienes que nunca se podr¨¢n trasladar: la Castellana, el Museo del Prado, el cachondeo de la Gran V¨ªa... Madrid es m¨¢s que Madrid, y no puede acaparar todos los recursos.
"Ser¨ªa malo que la capital creciera sin control"
J. C. S. Pregunta. ?El avance de revisi¨®n del Plan General de Madrid dise?ado por el Ayuntamiento se separa mucho de sus tesis?
Respuesta. Este documento es una regresi¨®n respecto al aprobado en 1985. Adem¨¢s se ampara en una ret¨®rica muy antigua: vuelve a las f¨®rmulas m¨¢s caducas del desarrollismo de los a?os sesenta y recupera la vieja teor¨ªa de la ciudad sat¨¦lite mediante la recalificaci¨®n del campo como base del negocio inmobiliario. Desde el punto de vista de un proyecto regional es profundamente insolidario. Este avance, adem¨¢s, es una pura finta electoralista.
P. ?Teme que la ciudad capital crezca sin control, como una mancha de aceite?
R. Eso ser¨ªa malo. S¨®lo servir¨ªa para agravar los problemas sin resolver. La oferta municipal de levantar una nueva ciudad en el sureste ser¨ªa volver a repetir los errores del urbanismo concertado. ?D¨®nde es m¨¢s ¨²til y eficaz el crecimiento? Es mejor apoyar el crecimiento de Alcal¨¢ de Henares, consolidar Rivas-Vaciamadrid y cimentar el sur de Getafe y Pinto. Mientras tanto, el Ayuntamiento propone extender esa mancha de aceite a Manoteras, Hortaleza y la Moraleja e invadir un espacio que podr¨ªa ser la Casa de Campo del noreste. Y desmantelar el ¨¢rea industrial de M¨¦ndez ?lvaro-Arganzuela para transformarla en un gran solar. Esto ya se intent¨® en 1979 y lo par¨® el nuevo Ayuntamiento democr¨¢tico.
Competencia desleal
P. ?Y por qu¨¦ se van las industrias de Arganzuela a Castilla-La Mancha?
R. Con todos mis respetos, la pol¨ªtica territorial de esa comunidad aut¨®noma es equivocada. Me parecer¨ªa muy bien que los Incentivos que le proporciona la Comunidad Europea se utilizasen para atraer industrias a Ciudad Real o Toledo y regenerar el tejido industrial de esas ciudades. Pero no me parece leg¨ªtimo que se apliquen en Illescas o en Azuqueca, saltando la raya de la Comunidad de Madrid. Eso supone una competencia desleal.
P. ?Sigue siendo pesimista respecto al crecimiento de Madrid?
R. No hay ning¨²n estudio solvente sobre la necesidad de vivienda en Madrid que asegure que se vayan a construir durante los pr¨®ximos 10 a?os m¨¢s de 30.000 viviendas al a?o. El dinero hay que dedicarlo a cosas m¨¢s necesarias.
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