Cuesti¨®n de pie
Si es que la gente no se entera. ?Si est¨¢ clar¨ªsimo! El pisot¨®n al ¨¢rbitro del partido Barcelona-Real Madrid del d¨ªa 5 de diciembre de 1990 no se lo dio Stoichkov, sino Chendo, que, tras haber realizado un curso intensivo en Sofia, se camufl¨® entre la marabunta y le pis¨® al ¨¢rbitro en b¨²lgaro. El entrenador que poco despu¨¦s salt¨® al campo y chillaba enloquecido no era otro m¨¢s que Di St¨¦fano con una peluca holandesa. Como muy bien protestaron los directivos del Barcelona, con los apol¨ªticos, pac¨ªficos y deportivos N¨²?ez y Gaspart a la cabeza, los jugadores del Madrid no hicieron m¨¢s que provocar todo el tiempo (?la mera presentaci¨®n del Real Madrid para jugar el partido ya es una provocaci¨®n!). Y, por supuesto, los hinchas que tiraron objetos e invadieron el campo no fueron del Barcelona, sino unos lun¨¢ticos del paseo de la Castellana y sus alrededores.Los arranques de adrenalina con Cruyff son ya suficientemente conocidos por la afici¨®n, mostrados ya cuando era jugador del Barcelona (un jugador del Celta de Vigo llamado Manolo puede dar fe de ello) y ¨²ltimamente como entrenador, curiosamente casi siempre que su equipo juega con el Real Madrid.
Con respecto a los jugadores, tambi¨¦n se conoce c¨®mo algunos de ellos act¨²an violentamente y pierden los papeles (Amor, Koeman, por citar algunos nombres). No creo que haga falta se?alar la hipocres¨ªa y la violencia que con frecuencia se acompafian las declaraciones de algunos directivos del Barcelona, siendo Gaspart su mejor exponente.
Lo sucedido el d¨ªa 5 de diciembre de 1990 s¨®lo tiene los siguientes calificativos clar¨ªsimos: agresi¨®n de un jugador del Barcelona al ¨¢rbtiro, violencia de ese jugador y de algunos hinchas del Barcelona con invasi¨®n al campo, defensa y justificaciones bochornosas e hip¨®critas de estos hechos por el entrenador y directivos del Barcelona. Esto es as¨ª y usted lo sabe. EL PA?S debe condenar la violencia, venga de donde venga.
Si los medios de informaci¨®n no se muestran lo suficientemente cr¨ªticos con estos hechos, es posible que la pr¨®xima vez se pierdan un par de navajazos o que alguna bala perdida se incruste en alg¨²n cuerpo.-
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