Irregular e inestable

La jornada de ayer en el mercado de valores madrile?o fue un pasar el tiempo, un estar y no estar marcado por la apat¨ªa, un volumen de negocio m¨ªnimo y des¨¢nimo evidente en los comienzos a causa de los datos llegados del exterior. En la bolsa actual, no se mueve nadie, no invierte nadie y no opina nadie. No obstante, el anuncio de posibles contactos entre representantes iraqu¨ªes y estadounidenses propici¨® una cierta recuperaci¨®n vespertina que permiti¨® al ¨ªndice general, renovado en su composici¨®n, mantener la cota del 220% perdida por la ma?ana.Pero no hay fuerza. La subida de la tarde se diluy¨® en el escepticismo, incrementado por las noticias poco alentadoras del principal mercado de referencia, Nueva York. La gran R de recesi¨®n pesa como una losa en todo el mundo y quien todav¨ªa tiene motivos para mirar las cotizaciones se limita a esperar c¨®mo se desgrana la gran cuenta atr¨¢s.

Pocos son los inversores que esperan ganar algo en los pr¨®ximos d¨ªas y la ¨²nica pregunta es hasta d¨®nde llegar¨¢ el desgaste. Mientras tanto, sociedades y agencias de valores, que durante 1990 comenzaron sopesar dimensiones, plantillas y viabilidad, observan con preocupaci¨®n como lo que fue tarta se convierte en pastel y amenaza con transformarse en apenas chocolatina.