Ronresalia nocturna
MEDIANTE UNA enmienda presentada en el Senado por el Grupo Parlamentario Socialista han quedado eliminadas de los presupuestos para 1991 las partidas destinadas a ayudas a la prensa. En realidad, las ayudas directas -por difusi¨®n, en compensaci¨®n por el consumo de papel nacional y para la reconversi¨®n tecnol¨®gica- contempladas en la ley de 1984 hab¨ªan desaparecido ya. De aquella ley s¨®lo quedaban en pie las llamadas ayudas indirectas: beneficios de car¨¢cter tributario, crediticio, postal, de distribuci¨®n y an¨¢logos. Tales ayudas indirectas nunca llegaron a ser plenamente desarrolladas, y desde hace meses exist¨ªan negociaciones entre los editores de peri¨®dicos y la Administraci¨®n para fijar las modalidades precisas de llevarlas a la pr¨¢ctica. Entonces, y antes de cualquier otra consideraci¨®n, es preciso llamar la atenci¨®n sobre el m¨¦todo seguido por el Grupo Socialista para introducir su enmienda. Por sorpresa, sin consulta previa o comunicaci¨®n a los interesados, en el Senado, y tras haber pasado por el Congreso sin menci¨®n al asunto, en ausencia de explicaciones a la opini¨®n p¨²blica, aprovechando el relajo de las vacaciones navide?as: casi con nocturnidad.Para justificar este vaciamiento de una ley cuya existencia fue reiteradamente solicitada por los socialistas cuando estaban en la oposici¨®n ser¨ªa preciso demostrar que los motivos entonces aducidos, y que figuran en el pre¨¢mbulo de la norma aprobada el 2 de agosto de 1984, han desaparecido. La prensa, se dec¨ªa en dicho pre¨¢mbulo, "cumple la importante funci¨®n de contribuir a formar una opini¨®n p¨²blica pluralista", por lo que "la mayor¨ªa de los pa¨ªses democr¨¢ticos ha establecido una pol¨ªtica de ayudas estatales para asegurar la supervivencia de una prensa plural acorde con las distintas concepciones que conviven en una sociedad libre". Tales ayudas, se a?ad¨ªa, "tienen su ¨²ltimo fundamento en el inter¨¦s del ciudadano, que se convierte en el destinatario de las mismas a trav¨¦s de las empresas period¨ªsticas". En el caso de Espa?a, factores como el "aumento acelerado de los costes de producci¨®n, los gastos de distribuci¨®n y la competencia de los modernos medios audiovisuales, unidos a los bajos ¨ªndices de lectura", justificaban, seg¨²n precisaba la ley, la aplicaci¨®n de las ayudas directas e indirectas que se enumeraban.
Las directas a la difusi¨®n y por consumo de papel prensa -en realidad una subvenci¨®n a la industria papelera- fueron suprimidas a finales de 1988 en funci¨®n, seg¨²n se dijo entonces, de un requerimiento de la Comunidad Europea. Las destinadas a la reconversi¨®n desaparecieron en junio pasado. Las indirectas ahora eliminadas, y que se aplican en mayor o menor medida en casi todos los pa¨ªses civilizados, tienen el mismo fundamento que el que justifica las subvenciones, exenciones fiscales y dem¨¢s ventajas aplicadas a otras iniciativas culturales: impulsar el h¨¢bito de la lectura, favorecer el aumento del caudal informativo de los ciudadanos, estimular la difusi¨®n de la cultura espa?ola en el extranjero, etc¨¦tera. Ese sentido tiene que la mayor parte de los Gobiernos apliquen tarifas postales especiales para la distribuci¨®n de peri¨®dicos a domicilio, reduzcan el impuesto sobre el valor a?adido (IVA) de la prensa, establezcan descuentos en las telecomunicaciones utilizadas por los diarios, faciliten el acceso a cr¨¦ditos oficiales con bonificaciones.
Si no se aducen razones que contradigan los argumentos en nombre de los cuales se regularon las ayudas y tampoco se explica qu¨¦ medidas sustitutorias han sido previstas para cumplir las funciones de inter¨¦s social que cumpl¨ªan, y si la supresi¨®n de tales ayudas coincide con el momento de m¨¢xima tensi¨®n entre el poder pol¨ªtico y los medios, y si finalmente la medida se toma poco menos que a escondidas, ?c¨®mo evitar la impresi¨®n de que se trata de una represalia?
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