Catorce n¨²cleos chabolistas de venta de droga rodean la ciudad

La Casa de Campo es el ¨²nico espacio que falta para completar el cintur¨®n de la droga. El resto, desde Fuencarral hasta Latina, est¨¢ plagado de grup¨²sculos chabolistas que proliferan de forma tan an¨¢rquica com inevitable siguiendo el sendero de la M-30. El Ranco del Cordob¨¦s, el Bronx de Hortaleza, la avenida de la Muerte y Pan Bendito son s¨®lo los m¨¢s antiguos de un c¨ªrculo que cada vez se estrecha.

Los taxistas que frecuentan el barrio de San Blas saben que en la Cruz (el cruce donde comienza la calle de Garc¨ªa Noblejas) es muy f¨¢cil montar j¨®venes que se dirigen a la avenida de la Muerte, que es como ellos conocen la avenida de Guadalajara, donde se encuentra el suburbio de Los Focos. "Cuando paso por esa zona de noche siempre bajo el cartel de libre, lo pongo al rev¨¦s, de tal forma que siempre tengo la posibilidad de parar a quien quiero porque a nadie le da tiempo de leer Hortaleza cuando est¨¢ invertido el letrero", asegura un taxista que oculta su nombre. Afirma tambi¨¦n que no quiere llevar pantalla de protecci¨®n porque s¨®lo le librar¨ªa de las navajas y las jeringas. "Cuando los camellos llevan pistola les basta con bajar su cristal y ponerla en el nuestro, a la altura de la oreja". Hasta el momento, la construcci¨®n de la M-30 y la M-40 no ha provocado excesivos trastornos en el cintur¨®n de la droga. En la avenida de la Muerte, sin embargo, donde se encuentra Los Focos, las chabolas se resisten a dejar paso al asfalto. Apenas se ha trazado la l¨ªnea de la M-40 que dividir¨¢ en dos al poblado, han comenzado los primeros desalojos, y ya se escuchan las voces de no pasar¨¢n en las gargantas de algunos chabolistas ilegales (los que no fueron censados en 1986).El Consorcio de la Poblaci¨®n Marginal espera que a medida que se aloje en casas prefabricadas a los 2.000 legales vaya desapareciendo la droga que se esconde tras muchas chabolas. Pero sus responsables saben que la proximidad de las elecciones municipales -el 26 de mayo- no favorece precisamente el realojo, ya que pocos son los concejales dispuestos a ofrecer su distrito a las casas prefabricadas.