Aqu¨ª hay tomate

Ni las vacaciones infantiles, ni la cabalgata de Reyes, ni las declaraciones de la Administraci¨®n negando la existencia de datos que indiquen peligro sanitario por comer hamburguesas han contrarrestado los efectos del informe de la Organizaci¨®n de Consumidores y Usuarios (OCU). La duda ha cundido entre los consumidores habituales de estos productos c¨¢rnicos, y las hamburgueser¨ªas permanecen con la clientela a media asta.

Cabalgata de Reyes y merienda en una hamburgueser¨ªa era el plan que ten¨ªan todos los 5 de enero Lourdes y Paloma, dos madres de familia de unos treinta a?os, con sus maridos y sus cuatro v¨¢stagos, de edades comprendidas entre los tres y los siete a?os. Este a?o han decidido celebrar la Epifan¨ªa en una pizzer¨ªa. Por si las moscas."Estamos preocupadas por lo que cuentan los peri¨®dicos sobre las hamburguesas, eso de que la carne es bastante deficiente y de que existen en ellas bacterias contaminantes", dice Lourdes, rodeada de una marabunta de ni?os: sus dos hijos, los de Paloma y otros dos amiguitos. "Pero lo cierto es que el aspecto exterior de estos locales es tremendamente limpio, no como el de muchos bares de esta ciudad, que da asco s¨®lo con acercarte a la barra", apunta Paloma.

"Las hamburguesas son una porquer¨ªa", manifiesta con convencimiento Gonzalo, de 58 a?os, "pero", a?ade para explicar la paradoja de haber estado merendando con su familia en un establecimiento del ramo, "Ias tenemos que consumir porque estamos sometidos a la dictadura de los menores". Este padre de familia, que se autodenomina "tolerante y calzonazos", es suscriptor de la revista Compra Maestra, de la OCU, desde donde el pasado mi¨¦rcoles estall¨® la pol¨¦mica.

Meter por los ojos

"A los chavales les gusta como les gusta todo lo que les mete por los ojos la publicidad", explica Gonzalo. Sus dos hijos, Marta y Gonzalo, de 13 y 12 a?os, respectivamente, no est¨¢n de acuerdo con esta versi¨®n. "A nosotros nos gustan las hamburguesas por su sabor y porque cuando sales por ah¨ª con los amigos no puedes entrar a un restaurante de cinco tenedores", replica Marta muy convencida.Carolina, Dani, Sergio, Ra¨²l, Roberto y David forman una cuadrilla de amigos de entre 12 y 16 a?os que viven en el barrio de Bego?a. En la v¨ªspera de Reyes salen de una hamburgueser¨ªa de Cuatro Caminos sorbiendo con pajitas sendos refrescos en vasos de cart¨®n. "Hoy s¨®lo hemos comprado bebidas, y ahora vamos a merendar a una pasteler¨ªa, porque se nos han quitado las ganas de hamburguesas", afirma muy convencido Dani, un estudiante de octavo de EGB. "?Por qu¨¦?, pues por eso de que tienen colesterol, hormonas y contaminaci¨®n", asegura sin atisbo de duda Ra¨²l mientras consume su refresco. "A partir de ahora, bocatas de calamares", deciden ri¨¦ndose mientras se dirigen a comprar bollos.

"A m¨ª las hamburguesas me gustan y me la pela lo que digan mi madre y los peri¨®dicos", asegura Pedro, un estudiante de COU de 18 a?os que frecuenta estos locales.

El informe de la revista de consumidores denuncia la utilizaci¨®n de "la peor carne" y el alto ¨ªndice de colesterol de las hamburguesas, as¨ª como la existencia de contaminaci¨®n fecal en las ensaladas.

El Ministerio de Sanidad, el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid aseguran que no existe constancia de la presencia de problemas para la salud derivados del consumo de hamburguesas.