Dudas sobre la precisi¨®n del bombardeo afiado

El margen de error es m¨¢s que acad¨¦mico. Pese al anuncio hecho por los portavoces del Ej¨¦rcito estadounidense de que la aviaci¨®n de EE UU est¨¢ destruyendo las bases de lanzamiento de los misiles Scud, exist¨ªa el viernes la creencia generalizada en Dharan en que esa noche ser¨ªan lanzados m¨¢s misiles Iraqu¨ªes sobre el centro de esta ciudad. En realidad, se comentaba que los cohetes solamente estaban afinando el blanco(algo que Irak podr¨ªa haber hecho con certeza cuando la cadena de televisi¨®n CNN estaba retrasmitiendo en vivo la destrucci¨®n del misil).En teor¨ªa, los misiles Scud iraquies son muy temibles. Pero ahora ya no est¨¢ tan claro.

Cuando hablan ante las c¨¢maras, los pilotos de la aviaci¨®n norteamericana lo hacen confortablemente, seguros de las sucesivas oleadas de bombardeos sobre Irak y Kuwait. Sin c¨¢maras, y cuando los periodistas dejan de tomar notas y apagan sus grabadoras, reconocen que quiz¨¢s s¨®lo una tercera parte de las bater¨ªas de misiles Scud -los servicios de inteligencia calculan que tiene 200- han sido destruidas. E Incluso que el c¨¢lculo de baterias puede estar exagerado.

Los pilotos brit¨¢nicos y norteamericanos tambi¨¦n reconocen, de nuevo off the record, que la escasa respuesta de la aviaci¨®n iraqu¨ª puede no deberse a timidez o a la falta de capacidad t¨¦cnica. Muchos aviones iraqu¨ªes han sido destruidos, pero los pilotos han observado vuelos sobre sus aviones en Irak. "Est¨¢n aprendiendo de nosotros", dec¨ªa un piloto el jueves.

Los generales norteamericanos tambi¨¦n admiten que son Incapaces de preel sar el da?o causado a la fuerza a¨¦rea iraqu¨ª, ni siquiera cu¨¢ntos bombardeos han acertado en los silos donde los iraqu¨ªes guardan sus aviones.

Aunque Norman Schwarzkopf, comandante en jefe de las fuerzas aliadas, anunciase ayer que se hab¨ªa acertado en el 80% de los casos, este porcentaje refleja el n¨²mero de veces que los aviones han descargado bombas sobre el objetivo, y no los blancos alcanzados. El personal de las fuerzas a¨¦reas estacionadas en la provincia Oriental de Arabia Saud¨ª as¨ª lo asegura, bajo condici¨®n de que no se cite su nombre.

Fue Winston Churchill quien, como estadista y estratega, hablaba de la necesidad para una naci¨®n en guerra de rodearse de una "guardia de mentiras". No se puede concebir que la guerra actual en el Golfo fuese la primera en prescindir de esta m¨¢xima. Mentiras puede ser una palabra muy fuerte, es m¨¢s exacto hablar de desinformaci¨®n.

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