Aut¨¦nticas gangas b¨¦licas

"No quisieramos en absoluto capitalizar la guerra", dice Brian Burton, de la distribuidora Rank.Tanto Stan Fishman, que comercializa pel¨ªculas para el Circuito Odeon de la Rank, como Stuart Hall, su colega de Path¨¦ (antes Cannon), se muestran inexorables en cuanto a revisar sus programaciones. "No queremos gangas as¨ª", dice Hall, "ser¨ªan de mal gusto".

Prev¨¦n un descenso en las entradas mientras dure el conflicto. La II Guerra Mundial signific¨® un auge nunca visto antes para el cine brit¨¢nico, pero ello suced¨ªa antes de la era de la televisi¨®n.

Las Malvinas

Stuart Hall recuerda que durante la crisis de las Malvinas, en 1982, "tuvimos ¨¦xito al principio, pero fue porque no hab¨ªa muchos productos atractivos por esos d¨ªas".

Aunque las perspectivas son ahora m¨¢s halag¨¹e?as, Hall y Fishman calculan que la gente estar¨¢ m¨¢s interesada en el verdadero drama visto en la televisi¨®n, y por otra parte sufrir¨¢ los efectos de la guerra en su disponibilidad monetaria.

Pero hay algunas armas formidables en el arsenal: en un futuro bastante cercano podremos ver en las pantallas cinematogr¨¢ficas belicosos ejemplos como Three men and a little lady o Look whos talking too, y a Arnold Schwarzeneger no en plan de patear traseros, sino de acariciar cabecitas infantiles en Kindergarten cop. "Creo que tenemos alg¨²n que otro peque?o alivio que ofrecer a la gente", dice Stuart, "montones de bonitas pel¨ªculas para toda la familia".