Emoci¨®n y protestas en la despedida de los buques
La fragata Victoria y las corbetas Infanta Elena y Vencedora, con 518 tripulantes a bordo, 189 de reemplazo, zarparon a las diez de la ma?ana de ayer de las bases de Rota (C¨¢diz) y Cartagena (Murcia) rumbo a Creta (Grecia), donde esperar¨¢n para relevar a los tres buques espa?oles que operan en el Golfo. A la despedida faltaron muchos familiares, a los que la escasa antelaci¨®n con que se anunci¨® la salida impidi¨® asistir, y dos marineros, que desertaron de las corbetas.
El marinero Manuel Garc¨ªa, de 19 a?os, nunca ha o¨ªdo hablar de los misiles Scud, ni tampoco de los Patriot. No tiene "m idea" del conflicto ¨¢rabe-Israel¨ª. Con dificultad situar¨ªa Irak en un mapa mudo. Garc¨ªa parti¨® a las diez de la ma?ana de ayer de Cartagena (Murcia) a bordo de la corbeta Infanta Elena que, junto con la Vencedora, navega ahora hacia el puerto de Suda (Creta), donde esperar¨¢ el momento oportuno para relevar a los dos buques espa?oles que operan en el mar Rojo.La Infanta Elena y la Vencedora zarparon con un marinero menos cada una, ya que tanto Jos¨¦ Antonio Escalada, destinado en la primera, como Manuel Bl¨¢zquez, tripulante de la segunda, optaron por desertar para no viajar al golfo P¨¦rsico.
Decenas de familiares de los marineros se desplazaron hasta Cartagena para la despedida. Juan Luis S¨¢nchez, de tres meses de edad, fue el m¨¢s joven de los presentes en el Arsenal de Cartagena. Su padre, Manuel S¨¢nchez, de 26 a?os, militar profesional, parti¨® a bordo de la Vencedora. Este cabo primero asegur¨® que los barcos espa?oles son mucho m¨¢s eficaces de lo que cree la gente. Su esposa, Ana Mar¨ªa, dijo estar tranquila.
Muy diferente fue la actitud de muchos familiares de los marineros de reemplazo, quienes expresaron su indignaci¨®n por haberse enterado a trav¨¦s de la televisi¨®n de la salida de las corbetas. El Ministerio de Defensa, aseguran, les hab¨ªa prometido avisarles con un telegrama.
El marinero Santiago Sierra, de 19 a?os, duerme solo, desde hace d¨ªas, a bordo de la Infanta Elena. La cama de al lado est¨¢ vac¨ªa. Antes la ocupaba Jos¨¦ Antonio Escalada, que la pasada semana se march¨® "a la lavander¨ªa" y ya no volvi¨®. La Polic¨ªa Militar lo busca ahora y, si lo encuentra, ser¨¢ juzgado por deserci¨®n. Sierra cree que Escalada ha cometido un error. Otro marinero de su corbeta, Salustiano Jurado, considera que se ha "buscado l¨ªos" de forma innecesaria.
Las escenas de emoci¨®n se intensificaron al sonar las sirenas de los buques, que zarparon "bajo el patrocinio de la Virgen del Carmen", seg¨²n dijo el jefe de la Zona Mar¨ªtima del Mediterr¨¢neo, almirante Miguel Garc¨ªa de Lomas, tras desear "vientos propicios" a la expedici¨®n.
"Que Dios reparta suerte"
La protestas de los familiares por la escasa antelaci¨®n con que Fueron avisados de la partida de sus hijos protagonizaron la salida de la fragata Victoria del muelle numero 1 de la base naval de Rota (C¨¢diz). Los marineros fueron despedidos en medio de un intenso fr¨ªo por algo m¨¢s de un centenar de familiares y amigos que, agotados muchos de ellos por el largo y precipitado viaje, se mostraron emocionados y tensos.
"No hay derecho que se los lleven casi sin avisarnos", dec¨ªa entre gemidos la madre de un marinero onubense. "Espa?a no ten¨ªa que haber intervenido", a?ad¨ªa, mientras la novia de ¨¦ste era m¨¢s tajante: "Si Espa?a iba por la paz y ha estallado la guerra, qu¨¦ pintan all¨ª los nuestros, que se los traigan".
Los pocos familiares que acudieron a la despedida, incluso contra el consejo de los marineros, se emocionaron sin rubor alguno. Fundidos en un abrazo, un joven respond¨ªa a su madre entre sollozos: "Por qu¨¦ hab¨¦is venido, si no pasa nada". La madre, m¨¢s afligida a¨²n, le contestaba sin cesar: "No tengas miedo hijo, no tengas miedo", al tiempo que le colocaba en el bolsillo un rosario de plata.
Mientras que el comandante de la fragata, Antonio Gonz¨¢lez-Aller Suances, se mostraba orgulloso de su misi¨®n y elogiaba a "la mejor tripulaci¨®n de la Armada", el capell¨¢n Ram¨®n Garc¨ªa tranquilizaba a una familia que aguardaba a que su hijo bajase del barco. "Pensarnos en no venir", dec¨ªa el matrimonio, de El Ejido (Almer¨ªa), "pero luego decidimos coger el coche porque no sab¨ªamos qu¨¦ era peor".
La fragata fue despedida por el jefe de la flota, almirante Pedro Regalado Aznar, quien pronostic¨® que que "dentro de poco yo mismo vendr¨¦ a recibiros con el mismo orgullo que ahora", y concluy¨® su intervenci¨®n deseando "que Dios reparta suerte en esta singladura".
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