Cristina Barrios
Una mujer al frente del protocolo de la pol¨ªtica exterior
"Las embajadas en Madrid se han vuelto muy pedig¨¹e?as" desde que se agrav¨® la crisis del golfo P¨¦rsico, comenta, entre llamadas telef¨®nicas de diplom¨¢ticos extranjeros que requieren una mayor protecci¨®n espa?ola, Cristina Barrios Almazor, de 44 a?os de edad, la primera mujer que en Espa?a, e incluso en Europa, ha sido nombrada al frente del delicado protocolo de un Ministerio de Asuntos Exteriores. Otra mujer s¨ª se hizo cargo, en tiempos del presidente James Carter, del protocolo de la Casa Blanca norteamericana.Cristina Barrios se estren¨® en su nuevo cargo de nombre rimbombante, "introductora de embajadores, jefa superior de protocolo, canciller¨ªa y ¨®rdenes", el pasado 9 de enero. Ese d¨ªa anunci¨® solemnemente en el palacio de Oriente la entrada de cada uno de los 85 embajadores y sus esposas en la recepci¨®n de A?o Nuevo que los Reyes ofrecieron al Cuerpo Diplom¨¢tico acreditado en Espa?a.
Pero la vocaci¨®n de esta donostiarra por el protocolo viene de lejos. A lo largo de sus 12 a?os de carrera diplom¨¢tica ha pasado casi nueve en esa Direcci¨®n General de Exteriores, y aunque "le llena de satisfacci¨®n" el nombramiento de una mujer para un puesto tradicionalmente "reservado a se?ores con edad y jerarqu¨ªa", no le ha sorprendido demasiado. S¨®lo le llama la atenci¨®n que entre las felicitaciones que le han llegado "abunden las de mujeres".
Cristina Barrios se rebela contra las "ideas anticuadas" que a¨²n perduran sobre los diplom¨¢ticos adscritos al protocolo, que, seg¨²n sus detractores, "s¨®lo saben ir de c¨®ctel en c¨®ctel y colocar a los comensales en una mesa". "Esos mismos", ironiza, "se vuelven despu¨¦s locos por ser invitados a una cena de gala en el palacio de Oriente cuando viene a Madrid alguna personalidad extranjera".
Los 35 funcionarios que est¨¢n a sus ¨®rdenes, incluidos dos prestados por el Ministerio del Interior, no se ocupan s¨®lo de organizar la mesa en un almuerzo en el palacio de Viana, adyacente al Ministerio de Exteriores. Su labor abarca el ceremonial de las visitas oficiales, las franquicias aduaneras para diplom¨¢ticos, otorgar los permisos de armas para escoltas de personalidades extranjeras y hasta redactar las notas de protesta cuando, por ejemplo, la polic¨ªa iraqu¨ª viola en el aeropuerto de Bagdad la valija diplom¨¢tica espa?ola o cuando un funcionario sovi¨¦tico sale de Madrid por carretera sin el imprescindible permiso.
Pero el principal m¨¦rito del protocolo es, para Cristina Barrios, "evitar conflictos". "Es muy c¨®modo, por ejemplo, disuadir a una personalidad extranjera de paso por Espa?a de que se entreviste con alguien o que acuda a un determinado lugar alegando razones de protocolo cuando los verdaderos motivos son de ¨ªndole pol¨ªtica".
Aunque, por regla general, "las monarqu¨ªas europeas son las m¨¢s estrictas en materia de protocolo, junto con los ex pa¨ªses socialistas", la tarea de un jefe de protocolo en Espa?a resulta facilitada, comenta Cristina Barrios, "por el f¨¢cil acceso a los mandatarios y su receptividad a casi todas las sugerencias que les hagamos". Los menos protocolarios son, en cambio, los pa¨ªses j¨®venes de Latinoam¨¦rica, y la nueva directora general reconoce que a veces "su improvisaci¨®n le pone muy nerviosa".
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